El telescopio espacial CHEOPS detectó anillos concéntricos de luz con colores del arco iris en WASP-76b, un exoplaneta con lluvia de hierro.
Simulación del exoplaneta WASP-76b y su halo arcoíris. Imagen: ATG/ESA
Los astrónomos han descubierto la primera evidencia de un halo, un fenómeno meteorológico colorido similar a un arcoíris, en un exoplaneta (un planeta fuera del sistema solar), informó IFL Science el 5 de abril. El nuevo estudio fue publicado en la revista Astronomy & Astrophysics.
Los halos son anillos concéntricos de luz con los colores del arcoíris: rojo por fuera y violeta por dentro. Aunque también se forman cuando las gotas de agua desvían la luz, se diferencian de los arcoíris en que la luz retrodispersada se difracta entre las gotas de agua, en lugar de refractarse a través de ellas. El fenómeno recibe este nombre porque se asemeja a los halos que rodeaban las cabezas de los santos en las pinturas medievales.
Hay una razón por la que esta corona nunca se había observado fuera de nuestro sistema solar. Este fenómeno requiere condiciones muy especiales. En primer lugar, requiere partículas atmosféricas casi perfectamente esféricas, completamente homogéneas y lo suficientemente estables como para ser observadas durante largos periodos. La estrella cercana al planeta debe brillar directamente sobre él, y el instrumento —en este caso, el telescopio espacial CHEOPS— debe apuntar en la dirección correcta —afirmó Olivier Demangeon, autor principal del estudio y astrónomo del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio de Portugal—.
El exoplaneta WASP-76b está tan cerca y caliente de su estrella que se cree que llueve hierro. Esta proximidad provoca que una cara de WASP-76b esté bloqueada por las mareas y siempre orientada hacia su estrella anfitriona, llamada "cara diurna", alcanzando temperaturas de hasta 2400 grados Celsius. La otra cara del exoplaneta, la "cara nocturna", siempre orientada hacia el espacio y es más fría, pero está sujeta a fuertes vientos causados por la diferencia de temperatura. Cerca del límite entre el día y la noche, los metales vaporizados de la cara diurna se condensan y caen en forma de lluvia de hierro.
Se necesitan más pruebas para confirmar que el fenómeno observado por el telescopio espacial CHEOPS en WASP-76b es una rareza. De ser cierto, sugeriría la presencia de nubes compuestas por gotitas de agua perfectamente esféricas que han existido durante al menos tres años, o que estas nubes se renuevan constantemente. Si las nubes son longevas, la temperatura atmosférica de WASP-76b también debería haberse mantenido estable a lo largo del tiempo. Este es un dato interesante, que sugiere estabilidad en un exoplaneta que, de otro modo, se consideraría caótico.
Los nuevos hallazgos también sugieren que los expertos en exoplanetas pueden estudiar mundos distantes en busca de fenómenos luminosos similares, como la luz estelar reflejada por lagos y océanos líquidos. Esto es importante en la búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar.
Thu Thao (Según el espacio, IFL Science )
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