Los líderes del Frente de la Patria de Vietnam de Ciudad Ho Chi Minh (antes de la operación del aparato de gobierno local de dos niveles) llevaron a cabo actividades de supervisión en proyectos de infraestructura en el área. |
No se trata sólo de organizar el poder estatal, sino también de una manifestación concreta del funcionamiento democrático, transparente y eficaz de la gobernanza nacional.
En la práctica, en muchos lugares, todavía existe una situación en que los comités del Partido "hacen cosas en nombre" del gobierno, y el gobierno "abandona" toda responsabilidad al Partido, mientras que la supervisión, especialmente la supervisión del Frente, las organizaciones de masas y el pueblo, sigue siendo formal, carente de profundidad y eficacia.
El resultado es un aparato disfuncional, la falta de mecanismos de control transversal y la difuminación de las responsabilidades del servicio público. Ante estos desafíos, la cuestión no es solo corregir las técnicas organizativas, sino también contar con una mentalidad política moderna para restablecer el orden de roles: el Partido lidera con los roles adecuados, el Estado gestiona con las funciones adecuadas y el pueblo supervisa con la máxima responsabilidad, como garantía fundamental para una gobernanza eficaz y sostenible.
Liderazgo correcto
El liderazgo integral del Partido es el principio fundamental que rige todo el sistema político de nuestro país. Sin embargo, el liderazgo no significa poner excusas, hacer cosas por otros ni interferir en la administración. Es liderazgo a través de plataformas, directrices y políticas; mediante la inspección y supervisión; mediante el prestigio político y la calidad del personal.
En el sistema político moderno, el establecimiento por parte del Partido de un papel estratégico adecuado, sin invadir las funciones de gestión del Estado ni la supervisión del Frente y del pueblo, es una manifestación del perfeccionamiento de sus métodos de dirección.
El Artículo 41 de la Carta del Partido Comunista de Vietnam establece claramente que el Partido dirige el Estado y las organizaciones sociopolíticas mediante su plataforma política, estrategias, políticas y directrices; mediante el trabajo ideológico, la organización, el personal y la inspección y supervisión de su implementación. La Plataforma para la Construcción Nacional en el Período de Transición al Socialismo (complementada y desarrollada en 2011) también enfatiza que el Partido dirige, pero no reemplaza, a los organismos estatales y las organizaciones sociopolíticas en el desempeño de sus funciones y tareas.
Los documentos del XIII Congreso Nacional del Partido afirman consistentemente este punto de vista y exigen innovación en el método de dirección del Partido en la dirección de desempeñar adecuadamente su papel de orientación estratégica, no haciendo cosas por otros, no poniendo excusas, no imponiendo y no interfiriendo en el trabajo de las organizaciones en el sistema político.
La práctica demuestra que cuando el Partido "hace cosas" para el gobierno -desde dirigir etapas profesionales detalladas, aprobar planes socioeconómicos, hasta gestionar presupuestos y personal específicos- difumina los límites funcionales, pierde la iniciativa y creatividad del gobierno, lo que lleva a una situación de "los superiores dan órdenes, los subordinados esperan", los subordinados no se atreven a hacer las cosas por miedo a cometer errores.
El resultado es una disminución de la eficacia administrativa, un aparato operativo complejo y la falta de mecanismos claros de retroalimentación y rendición de cuentas. Esta es también la causa subyacente del estancamiento actual en la reforma administrativa y la descentralización.
Por el contrario, en las localidades que han implementado adecuadamente las normas de coordinación entre los comités del Partido y las autoridades, la eficiencia de la gobernanza ha mejorado significativamente. A partir de estas experiencias, se puede afirmar que el Partido solo es verdaderamente fuerte cuando dirige las funciones correctas, se centra en las decisiones estratégicas, construye un sistema político racionalizado y no se solapa; al mismo tiempo, mejora la capacidad del personal para garantizar que cada institución desempeñe sus funciones adecuadamente.
Cuando el Partido se retira de etapas administrativas específicas, es también el momento en que el gobierno adquiere verdadero poder, promoviendo así el espíritu de innovación, creatividad, responsabilidad y eficiencia en el gobierno del país.
Gestión adecuada de funciones
Si el Partido desempeña el papel de dirección política y orientación estratégica, el Estado es el sujeto que ejerce el poder público, organiza y gestiona directamente el desarrollo socioeconómico, garantiza los derechos y obligaciones de los ciudadanos y el funcionamiento estable de todo el sistema administrativo.
En el modelo de sistema político moderno, el Estado no es sólo una agencia que “implementa” resoluciones, sino que también necesita jugar un papel proactivo en su creación, tener autoridad real y ser en última instancia responsable ante el pueblo de los resultados del desarrollo.
Sin embargo, en algunos lugares, persiste la mentalidad administrativa de dependencia del Comité del Partido, llegando incluso a caer en un estado de "delegación inversa", donde el gobierno espera instrucciones específicas del Comité del Partido antes de actuar. En algunos lugares, la toma de decisiones, la asignación de personal y recursos se delegan completamente en el Comité del Partido, lo que lleva al gobierno a perder la iniciativa y el sentido de responsabilidad personal.
Esta situación corre el riesgo de erosionar la eficacia administrativa y desdibujar la línea entre el poder político y el poder público, lo que es contrario al espíritu de descentralización y la clara asignación de tareas establecido en la Resolución 6 del XII Comité Central.
Para superar esta situación, en primer lugar, el Estado, en su rol como aparato de gobernanza nacional, debe estar plenamente facultado y tener responsabilidades claras. La descentralización del nivel central al local no puede limitarse a los documentos, sino que debe vincularse con la capacidad de implementación y los mecanismos de inspección y supervisión.
Los gobiernos locales deben ser proactivos en el desarrollo de planes de desarrollo, la asignación de presupuestos, la contratación y el empleo de personal, y al mismo tiempo ser responsables ante la ciudadanía y las autoridades competentes. Cuando se otorga al gobierno "poder real" y se le anima a innovar en la gobernanza, la eficiencia operativa aumenta significativamente.
Y sólo cuando el aparato administrativo tenga suficiente poder, capacidad y transparencia en su funcionamiento podrá promover plenamente el papel de un Estado de derecho, un gobierno creativo y servicial: base esencial del desarrollo sostenible.
Supervisión con máxima responsabilidad: Del pueblo a la organización del Partido
En un sistema político democrático de derecho, la supervisión del poder no es sólo un mecanismo de alerta, sino también una institución de control sustantiva para prevenir la degeneración del poder, garantizando la publicidad, la transparencia y la responsabilidad de los actores del servicio público.
El funcionamiento eficaz del aparato no puede separarse de un mecanismo de control multidimensional: desde dentro y desde fuera, desde la organización hasta las personas.
Para construir un sistema político eficaz y eficiente, es necesario implementar simultáneamente soluciones en materia de instituciones, personal, tecnología y comunicaciones, y mecanismos de retroalimentación y supervisión. Estos son los pilares fundamentales para facilitar la correcta asignación de roles, la delegación de autoridad suficiente, el control estricto del funcionamiento del poder estatal, la generación de confianza ciudadana y la garantía del liderazgo adecuado del Partido.
Por ello, es urgente completar la normativa de coordinación entre el Partido, el Gobierno, el Frente de la Patria y las organizaciones sociopolíticas a todos los niveles, para garantizar una clara división de funciones, tareas y autoridad de cada institución en el sistema político.
Esto no es solo una cuestión de gestión técnica, sino que también contribuye a establecer un mecanismo estricto, eficaz y democrático de asignación, coordinación y control. El establecimiento y la aplicación de esta regulación de coordinación contribuirán a superar la duplicación, la evasión de responsabilidades, la "jugada al fútbol mientras se denuncia" o la burocratización del trabajo del partido; al mismo tiempo, sienta las bases para construir un sistema político racionalizado, que opere con la función correcta, sincrónicamente y conectado con la vida práctica.
Esto también es una necesidad urgente en el contexto de la firme promoción de nuestro Partido por la construcción y la rectificación de un sistema político y partidista integral, limpio y sólido. Además, será imposible garantizar la correcta distribución de roles en el sistema político si los cuadros, especialmente los líderes, no tienen la capacidad, el coraje y el sentido de responsabilidad suficientes para asumir sus propios roles.
Por ello, es necesario centrarse en mejorar la calidad del personal, especialmente del personal clave en todos los niveles, porque no sólo son quienes dirigen la organización sino también modelos de pensamiento, ética pública y comportamiento ejemplar.
Al mismo tiempo, debemos formar gradualmente una cultura de “autorresponsabilidad” entre el personal, en lugar de la mentalidad de “seguir el proceso pero no atreverse a tomar decisiones”, “esperar que los superiores den órdenes” o evitar la responsabilidad cuando ocurren incidentes.
Sólo cuando los cuadros son suficientemente valientes, se atreven a pensar, se atreven a hacer, se atreven a tomar responsabilidad, puede el mecanismo de compartir roles en el sistema político funcionar eficazmente, limitando la situación de "una persona hace, muchas personas evitan" que causa estancamiento y desorden en la organización.
Este es un requisito urgente para construir un Estado de derecho verdaderamente socialista, donde el poder vaya de la mano con la responsabilidad. Además, la mejora de la transformación digital, el gobierno electrónico y los medios digitales desempeñan un papel clave en la transparencia y la supervisión de la gestión del poder.
Es necesario seguir invirtiendo sincrónicamente en plataformas digitales, entre ellas: Sistema de gestión de datos públicos, portal de sugerencias y retroalimentación en línea y mapa de responsabilidad pública actualizado en tiempo real.
Se trata de herramientas eficaces para que las personas, las empresas y la prensa supervisen, evalúen y formulen recomendaciones sobre el funcionamiento del aparato público, mejorando así la responsabilidad y la integridad de los funcionarios y servidores públicos.
En particular, es necesario construir un espacio de crítica abierto y verdaderamente democrático, donde todos los sujetos de la sociedad tengan las condiciones y herramientas para participar en el proceso de formulación y seguimiento de políticas de manera igualitaria, constructiva y efectiva.
Para lograrlo, primero debemos institucionalizar claramente el papel del Frente de la Patria, de las organizaciones sociopolíticas, de las asociaciones profesionales, de los intelectuales-científicos y de la prensa en la crítica política y la supervisión de las actividades públicas.
Al mismo tiempo, es necesario ampliar las formas de diálogo político, los foros en línea de crítica y aplicar la tecnología digital para crear un mecanismo para responder a las opiniones sociales en tiempo real.
Esto no solo mejora la calidad de las políticas, sino que también fomenta una cultura democrática en la sociedad. En particular, es necesario establecer el derecho de la ciudadanía a la supervisión, no solo nominalmente, sino también mediante herramientas específicas y un cauce legal completo, desde el acceso a datos abiertos y la expresión de opiniones en portales gubernamentales hasta la reflexión a través de la prensa, el Frente y las instituciones intermediarias.
Cuando el poder se coloca bajo el escrutinio de la sociedad y cuando las personas tienen la capacidad de ejercer su derecho a la supervisión en la realidad, entonces el poder democrático puede transformarse verdaderamente en una fuente efectiva, saludable y sostenible de control del poder.
Este es un requisito previo para prevenir el abuso de poder, creando las bases para una gobernanza abierta, transparente y orientada a la gente... Al construir un sistema político moderno, eficaz y eficiente, se afirma cada vez más claramente una verdad: no puede haber buena gobernanza sin una adecuada división de funciones, responsabilidades claras y mecanismos de control estrictos.
La función del Partido es ejercer liderazgo estratégico, dirección política, inspección y supervisión, no intervenir administrativamente ni suprimir la función de gestión del Estado. El Estado debe gestionar conforme a la ley, organizar la ejecución de los servicios públicos y rendir cuentas al pueblo.
Un gobierno fuerte no es un gobierno omnipotente, sino un gobierno debidamente descentralizado, capaz de implementar medidas y dispuesto a rendir cuentas.
El pueblo, como sujeto del poder, necesita tener herramientas y espacio real para supervisar todo el poder, garantizando así la democracia y la transparencia en la gobernanza.
Sólo cuando cada sujeto del sistema político actúe con el papel y la responsabilidad adecuados y en función del interés común, se consolidará firmemente la base del poder, habrá un consenso popular y el país se desarrollará de manera sostenible en la era de la modernización y la integración integral.
Fuente: https://huengaynay.vn/chinh-tri-xa-hoi/lanh-dao-dung-vai-quan-ly-dung-chuc-nang-giam-sat-den-tan-cung-trach-nhiem-156142.html
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