Cuenta la leyenda que un grupo de monjes portugueses navegaba hacia Macao cuando se encontraron con mal tiempo y desembarcaron en Nagasaki, lo que contribuyó a cambiar la cocina japonesa.
La escala accidental cambió Japón y su gastronomía para siempre cuando los visitantes trajeron un ingrediente simple pero apreciado: azúcar.
En el siglo XVI, Nagasaki, en la isla de Kyushu, era la única ciudad donde los extranjeros podían comerciar con los japoneses. Por ello, muchos de los wagashi (dulces) que se disfrutan hoy en Japón son originarios de Kyushu.
Pastel Castella, un famoso dulce japonés. Foto: Alamy stock
Una de ellas es la castella, un pastel de inspiración portuguesa con un ingrediente típicamente japonés: jarabe de mizuame, elaborado con arroz malteado mezclado con azúcar. La castella se corta en cuadrados, se envuelve individualmente en un envoltorio colorido y se presenta en una caja de regalo. El mejor lugar para comprar estos dulces como recuerdo es Fukusaya, una famosa cadena de pastelería que abrió su primera tienda en Nagasaki en 1624. Aunque hay muchas castellas con sabores especiales, como flor de cerezo en primavera o chocolate en Navidad, el sabor clásico sigue siendo el más vendido, según el personal de la tienda.
Otro dulce europeo que ha sido adaptado por los japoneses es el macaron, cuya versión local está hecha con harina de maní en lugar de harina de almendras y presenta sabores tradicionales japoneses como té verde y frijoles rojos.
En los últimos 50 años, la pastelería ha despegado en Japón y muchas pastelerías de Europa y del mundo se han inspirado en productos japoneses, según Michele Abbatemarco, pastelero del Hotel Four Seasons de Tokio.
Uno de los dulces más populares y reconocibles de Japón es el konpeito, que también tiene una conexión con la gastronomía portuguesa. Estos pequeños terrones de azúcar de color pálido se asemejan a estrellas o flores. Antiguamente, el azúcar era un ingrediente caro en Japón, reservado solo para los ricos y nobles. Tradicionalmente, los invitados reales, como jefes de estado y miembros de familias reales de otros países, recibían cajas plateadas de estos dulces como regalo de bienvenida al llegar a eventos importantes.
Un frasco de caramelos Konpeito de colores. Foto: Alamy stock
Hoy en día, algunos chefs japoneses intentan recuperar productos locales de antes de la importación del azúcar. El chef Abbatemarco ha encontrado mieles raras que se utilizaban para endulzar alimentos antes de la llegada del azúcar.
En Est, el restaurante francés con estrella Michelin del Four Seasons, el equipo de Abbatemarco crea minipasteles con sabor a miel. Para él, es una forma de homenajear a los pequeños pasteleros japoneses y venderlos a los turistas.
Anh Minh (según CNN )
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