hábitos perjudiciales para ahorrar tiempo
En el ajetreo de la sociedad moderna, el hábito de comer demasiado rápido se ha convertido en una tendencia común, especialmente entre las personas con agendas muy ocupadas.
La presión del tiempo por el trabajo, los estudios o las actividades sociales lleva a muchas personas a comer deprisa, a menudo dedicando solo unos minutos a completar una comida. Pueden comer mientras trabajan, navegan por el teléfono o incluso comen sobre la marcha, lo que provoca que no presten atención a masticar bien ni a disfrutar del sabor de la comida.
Según el Maestro, Doctor Nguyen Trong Tin, del Hospital Universitario de Medicina y Farmacia de la Ciudad de Ho Chi Minh, Campus 3, el hábito de comer demasiado rápido, aunque conveniente, trae consigo muchas consecuencias negativas para la salud.
Comer demasiado rápido consiste en introducir una gran cantidad de comida en la boca, masticarla rápidamente y tragarla de forma continua en un corto periodo de tiempo. Este hábito es común en entornos urbanos, donde el ritmo acelerado de la vida y la presión laboral reducen el tiempo disponible para comer.

Comer rápido en el escritorio es un hábito común entre muchos jóvenes hoy en día (Foto: Freepik).
Según el Dr. Tin, el proceso digestivo comienza tan pronto como vemos u olemos la comida.
El sistema nervioso parasimpático estimula las glándulas salivales, las glándulas gástricas y el páncreas para que secreten jugos digestivos. Al saborear y masticar, las glándulas salivales secretan amilasa para descomponer el almidón, mientras que la acción mecánica de trituración reduce el tamaño de los alimentos, lo que ayuda a disminuir la carga sobre el estómago.
Al tragar, la peristalsis esofágica trabaja con los esfínteres esofágicos superior e inferior para mover los alimentos hacia el estómago.
El estómago recibe los alimentos y se contrae, mezclándolos con el jugo gástrico que contiene ácido clorhídrico y muchas enzimas diferentes para digerir las proteínas, las grasas y los almidones de los alimentos, al tiempo que controla la velocidad a la que los alimentos son expulsados al duodeno.
Toda esta cadena de reacciones requiere una coordinación cuidadosa entre los órganos y necesita cierto tiempo para lograr resultados óptimos.
Si comes demasiado rápido, tu cuerpo no tendrá tiempo de completar las reacciones fisiológicas mencionadas. Este es un mal hábito porque altera el ritmo digestivo natural, lo que conlleva una serie de consecuencias como una digestión menos eficiente, mayor riesgo de reflujo, obesidad, trastornos de la motilidad y daños en la mucosa gástrica.
Digestión mecánica reducida: Los alimentos no se trituran, la superficie de contacto con las enzimas digestivas se reduce, lo que provoca que la amilasa de la saliva actúe con menos eficacia, lo que a su vez provoca que el estómago se contraiga con más fuerza para compensar, causando fácilmente fatiga del músculo liso y un vaciamiento gástrico lento.
Sobrecarga gástrica repentina: La ingesta rápida de grandes cantidades de alimentos provoca una fuerte distensión de la pared del estómago, lo que estimula a las células G a secretar un exceso de gastrina, irritando fácilmente la mucosa, especialmente en personas con úlceras preexistentes, lo que agravará los síntomas.
Trastorno de coordinación esofágica-gástrica: Al tragar continuamente, el esfínter esofágico inferior debe abrirse y cerrarse rápidamente, lo que aumenta el riesgo de reflujo debido a la alta presión estomacal que empuja el ácido hacia arriba del esófago.
Señales de saciedad reducidas: El centro de la saciedad en el hipotálamo necesita entre 15 y 20 minutos para recibir suficientes señales de las hormonas colecistoquinina y leptina; comer rápidamente provoca que la ingesta de calorías exceda la necesidad, lo que lleva al aumento de peso y la obesidad.
Mayor riesgo de hinchazón e indigestión: Tragar rápidamente suele ir acompañado de tragar mucho aire, lo que, combinado con una digestión lenta, provoca gases en el estómago y los intestinos, causando hinchazón y eructos.
¿Cómo alimentarse correctamente?
Por lo tanto, para tener un sistema digestivo saludable, el Dr. Tin recomienda que todos se alimenten adecuadamente.
"Al comer, las personas necesitan usar todos sus sentidos, como ver los colores, oler los aromas, sentir los sabores, escuchar los sonidos de la masticación... Esto ayuda a maximizar el reflejo de secreción digestiva", explicó el médico.
Además, debes evitar comer mientras trabajas, miras el teléfono o piensas en cosas estresantes. Debes practicar masticar bien y tragar despacio.
Cada bocado debe masticarse entre 20 y 50 veces para triturarlo y mezclarlo bien con la saliva antes de tragarlo; después de tragar, espere unos segundos antes de llevarse el siguiente alimento a la boca. La comida principal debe ingerirse en un plazo de 20 a 30 minutos para asegurar que la sensación de saciedad sea efectiva.
Los hábitos alimenticios adecuados no solo ayudan al sistema digestivo a funcionar de manera óptima, sino que también mejoran el control del peso y reducen el riesgo de enfermedades digestivas a largo plazo.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/mot-thoi-quen-an-uong-hien-dai-de-tan-pha-da-day-20250828162927947.htm






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