Sembrando silenciosamente cartas en el gran bosque
La persona que ilumina esa aula cada noche es el Sr. Cao Huu Tuyen, nacido en 1990 en Quang Tri , quien ha dedicado más de una década a llevar cartas al pueblo étnico Mong en las tierras altas cubiertas de niebla durante todo el año.

El profesor Tuyen llegó a Lai Chau hace más de diez años. Según él, la decisión de abandonar las tierras bajas para venir al noroeste fue un viaje para «echar raíces en el gran bosque».
El primer día que llegó a Mu Sang, tuvo que caminar 18 km por un camino de barro debido a la lluvia en la selva. A pesar de las dificultades, nunca pensó en regresar. Durante el día, daba clases a alumnos de primaria; por la noche, se encargaba de abrir un aula de alfabetización para adultos en el pueblo.

Actualmente, la clase de alfabetización cuenta con 22 estudiantes, la mayoría de la etnia Mong. Muchos de ellos asistían a la escuela, pero tuvieron que abandonarla después de tercero o cuarto grado debido a las labores agrícolas. Al regresar a clase, las letras les resultaban desconocidas y les temblaban las manos al tomar el lápiz.
Cada noche, unos quince minutos antes de clase, el profesor envía un mensaje al grupo para recordarles a todos que hagan la tarea. La clase se imparte después del anochecer, pero el ambiente es cálido y acogedor. En ese pequeño espacio, el profesor enseña palabras, anima a cada alumno y explica con paciencia aquello que aún les resulta confuso. Algunos se quedan después de clase y le preguntan al profesor: "¿Podría repetir esto mañana?". Estas preguntas sinceras hacen que el profesor se encariñe aún más con la clase.
Las pequeñas aspiraciones provocan grandes cambios
Para llegar a clase, muchos estudiantes tienen que cruzar caminos de tierra resbaladizos tras una agotadora jornada de trabajo en el campo. Llevan cuadernos viejos en la mano y acuden a clase con constancia mientras el pueblo duerme. Lo que el Sr. Tuyen notó con mayor claridad fue su cambio: más seguros de sí mismos, más audaces, ya no tenían miedo de preguntar ni de leer como antes.
Para el Sr. Tuyen, ver a sus alumnos escribir sus nombres por primera vez es una alegría indescriptible. «No espero que estudien mucho, solo quiero que superen el miedo a las letras. Me alegra que puedan leer el nombre de su hijo o firmar documentos», afirmó.

En clase, cada uno tiene un pequeño objetivo: algunos escriben con cuidado el nombre de su hijo, otros practican la lectura de notas para asuntos de negocios. Para ellos, la escritura es la clave para ser más proactivos en la vida.
El curso termina a finales de junio. Lo que más preocupa al Sr. Tuyen no son los resultados finales, sino si los alumnos mantendrán sus hábitos de estudio. «Solo espero que recuerden los caracteres, que sigan escribiendo y que los apliquen en la vida», comentó el Sr. Tuyen.
Lo que más deseo es que los padres que hayan asistido a la clase de alfabetización se conviertan en compañeros de aprendizaje de sus hijos.
El Sr. Mai Anh Thang, director del internado de primaria Mu Sang para minorías étnicas, evaluó al Sr. Tuyen como un profesor responsable, dedicado y ejemplar.
“En la clase de lectoescritura, demostró un espíritu pionero, siguiendo de cerca a cada estudiante. Desde la preparación de la lección hasta animar a cada persona a asistir a clase, lo hizo todo con mucho cuidado y dedicación”, comentó el Sr. Thang.
El Sr. Tuyen no solo imparte clases, sino que también coordina con organizaciones y sindicatos locales para movilizar a la gente a estudiar, llevando el espíritu del aprendizaje a cada aldea. Su perseverancia y constancia han contribuido a despertar el deseo de aprender a lo largo de la vida en un lugar con tantas carencias como Dao San.
En Dao San, donde las cartas solían llegar después de la cosecha, el maestro Cao Huu Tuyen mantiene viva la llama del conocimiento cada día, llevando la luz del aprendizaje a todos los hogares del vasto Noroeste.
Fuente: https://daidoanket.vn/nguoi-thay-mang-con-chu-len-manh-dat-dao-san.html






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