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Los pilotos pueden dormir entre 10 y 40 minutos mientras el avión vuela de forma estable y el otro piloto los supervisa. Foto: Yakobchuk Olena/Pexels . |
Puede parecer increíble, pero en muchos vuelos de larga distancia, a los pilotos se les permite dormir, e incluso forma parte de los procedimientos de seguridad. Esto no es pereza, sino una estrategia aprobada y supervisada rigurosamente por las autoridades de aviación para reducir la fatiga y mantener la cabina de mando lo más alerta posible cuando sea necesario.
Según la Fundación Internacional para la Seguridad en los Vuelos (FSF), una organización sin ánimo de lucro, los vuelos de larga distancia pueden durar más de 10 a 14 horas, lo que exige a los pilotos mantenerse en constante alerta en un entorno de alta presión. La fatiga se considera uno de los mayores riesgos para la seguridad aérea, y diversos estudios han demostrado que la falta de sueño afecta los tiempos de reacción tanto como el alcohol.
Para abordar este problema, organizaciones internacionales de aviación como la OACI, la IATA y la IFALPA han establecido un marco de directrices denominado «gestión del riesgo de fatiga». Una parte fundamental de este sistema es el «descanso controlado» en la cabina de pilotaje.
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En la normativa de seguridad aérea, dormir a las horas adecuadas también se considera una medida de seguridad. Foto: Global Moments/Pexels. |
El «sueño controlado» suele durar entre 10 y 40 minutos, se realiza con el avión en vuelo estable y es supervisado por el otro piloto. Las aerolíneas deben cumplir condiciones estrictas, como dormir solo cuando las condiciones meteorológicas y de vuelo sean estables, establecer un temporizador para despertarse y tener siempre un segundo piloto completamente despierto.
En vuelos largos, especialmente los nocturnos, los pilotos pueden dormir en una zona separada detrás de la cabina de pilotaje. Skybrary la describe como un «compartimento de descanso para la tripulación», donde los pilotos se turnan para descansar toda la noche, asegurando así que quien regresa a la cabina esté en óptimas condiciones. Esto es especialmente importante en rutas de 14 a 17 horas, como la de Europa-Asia o la de Estados Unidos-Australia.
Dormir a la hora adecuada no solo es una necesidad fisiológica, sino también una medida de seguridad. Según una investigación de la NASA, una siesta breve de 20 a 30 minutos ayuda a los pilotos a mejorar significativamente su velocidad de reacción y su estado de alerta, reduciendo el riesgo de microsueños (un estado en el que el cerebro se desconecta durante unos segundos) sin que la persona se dé cuenta. Por eso, muchos expertos consideran el descanso controlado como un elemento de seguridad esencial en la cabina de vuelo.
Sin embargo, no todos los países tienen las mismas regulaciones. En Estados Unidos, la normativa restringe dormir en la cabina de pilotaje, mientras que muchas otras regiones, como Europa, Canadá y Asia, permiten descansos controlados más extensos con estándares estrictos. Esta diferencia refleja cómo cada país equilibra los riesgos de fatiga con la seguridad operacional.
Desde la perspectiva de un pasajero, que un piloto duerma en pleno vuelo puede ser motivo de preocupación. Sin embargo, un descanso adecuado es fundamental para garantizar que los dos tripulantes estén alerta cuando sea necesario. En otras palabras, una siesta en la cabina no es una distracción, sino parte de una estrategia de seguridad cuidadosamente diseñada y científicamente formulada.
Fuente: https://znews.vn/phi-cong-co-the-ngu-khi-dang-bay-post1604114.html








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