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Tras más de 100 días de lucha, el presidente Donald Trump "devuelve capital" a Estados Unidos desde el Golfo

(Baothanhhoa.vn) - Después de más de 100 desafiantes primeros días de su mandato, el presidente Donald Trump ha elegido la región del Golfo, el centro geopolítico del mundo islámico y también un "punto caliente" de competencia global, como destino de su primer viaje internacional (del 13 al 16 de mayo). Pero esta no es simplemente una visita diplomática. Se trata de una medida estratégica para reposicionar el papel de liderazgo de Estados Unidos, consolidar el poder en el país y prepararse para mayores confrontaciones, especialmente con China e Irán.

Báo Thanh HóaBáo Thanh Hóa16/05/2025

Tras más de 100 días de lucha, el presidente Donald Trump

El presidente Trump visita el Golfo: Tres pilares para un Estados Unidos resurgente

El primer viaje al exterior del presidente Donald Trump a tres estados del Golfo, incluidos Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), no es sólo el lanzamiento de la nueva política exterior de la Casa Blanca, sino también una declaración estratégica sobre cómo Trump está reposicionando el papel de Estados Unidos en un mundo en remodelación. Los excelentes resultados obtenidos durante el viaje muestran que el enfoque de Trump en Oriente Medio se basa en tres pilares estratégicos: seguridad - inversiones - industria, creando un nuevo modelo de asociación en el que los intereses bilaterales están estrechamente vinculados a la geopolítica global.

El primer y más importante pilar de la estrategia del Presidente Trump en el Golfo es reformular las relaciones de seguridad regionales, no sólo con el propósito de contrarrestar el terrorismo o proteger a los aliados, sino por el imperativo geopolítico vital de mantener la posición de Estados Unidos frente al ascenso de China, Rusia e Irán.

Los aspectos más destacados son un acuerdo de armas por 142 mil millones de dólares con Arabia Saudita, el mayor acuerdo de defensa en la historia de los dos países, y más de 26 mil millones de dólares en contratos de defensa con Qatar. No se trata simplemente de un tráfico de armas. A nivel estratégico, es la manera que tiene Washington de mantener un "círculo de influencia" en los sistemas militares de los países del Golfo mediante entrenamiento, mantenimiento y transferencia de tecnología durante las próximas décadas.

Un pilar igualmente importante es atraer inversiones en gran escala de países ricos en recursos a Estados Unidos. Arabia Saudita prometió 600 mil millones de dólares, mientras que Qatar contribuyó con más de 240 mil millones de dólares, y los Emiratos Árabes Unidos en particular se comprometieron a invertir 1,4 billones de dólares, cifras sin precedentes en la relación de inversión bilateral entre Estados Unidos y el Golfo.

Es de destacar que este flujo de capital no fluye hacia el mercado financiero sino hacia áreas estratégicas como la manufactura avanzada, las tecnologías limpias, la infraestructura digital, la salud y el big data, que son las bases que la economía estadounidense quiere reconstruir para reducir la dependencia de la cadena de suministro global, especialmente de Asia.

Más que un simple flujo de caja, se trata de un flujo de capital de reestructuración, que conlleva claras implicaciones geoestratégicas. No sólo crea cientos de miles de empleos de alta tecnología, sino que también reconstruye el ecosistema industrial nacional y fortalece la autosuficiencia, lo cual es especialmente necesario en la era de la competencia estratégica multipolar.

Si la seguridad es el eje estratégico y la inversión es la palanca financiera, entonces el tercer pilar –la reindustrialización de Estados Unidos– es el objetivo central de la política interna y la identidad económica que el presidente Trump siempre ha perseguido. Los acuerdos comerciales firmados durante la visita no sólo generaron ingresos récord por exportaciones, sino que también reafirmaron la confianza mundial en la capacidad de fabricación y la calidad de ingeniería estadounidenses, un valor que se había perdido en la era de la globalización generalizada.

Lo que llama la atención es el cambio de mentalidad: de una economía de consumo a una economía creativa, de “comprar al mundo ” a “vender al mundo” las cosas más avanzadas. Estos contratos de exportación son un “impulso” industrial, que crea empleos en Estados Unidos y al mismo tiempo mantiene el impulso de la innovación, un factor vital para mantener la superioridad tecnológica en el siglo XXI.

El Golfo y los cálculos estratégicos globales del presidente Trump

Tras más de 100 días de lucha, el presidente Donald Trump

La elección de Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos como destinos del primer viaje al exterior del presidente Trump no sólo es simbólica, sino que también muestra claramente la posición estratégica de la región del Golfo en la estructura de poder global que la Casa Blanca de Trump quiere remodelar. La visita a los tres países del Golfo es un eslabón de la nueva estrategia de política exterior estadounidense y, al mismo tiempo, envía tres mensajes políticos claros.

Después de más de 100 días de mandato con dificultades y desafíos, el presidente Trump necesita una “victoria” para cambiar la opinión pública y consolidar su posición de liderazgo en el país. Con acuerdos por cientos de miles de millones de dólares en el Golfo, el Sr. Trump no sólo afirma el lema "Estados Unidos primero", sino que también demuestra su capacidad de negociación y promueve la economía estadounidense. Estas cifras impresionantes fueron utilizadas como evidencia convincente ante el público y los legisladores de su eficacia ejecutiva. En el contexto de divisiones internas del Partido Republicano y fuertes contraataques demócratas, los resultados de la visita se convirtieron en una "vacuna política" para ayudar a Trump a consolidar el apoyo interno.

El segundo mensaje que envió el presidente Trump fue un claro cambio estratégico: Medio Oriente ya no es una prioridad para una intervención profunda como lo fue bajo presidentes anteriores, sino que se ha convertido en una región que necesita ser "rápidamente estabilizada" para que Estados Unidos pueda concentrarse en competir de manera integral con China en el Indo-Pacífico.

En consecuencia, la Casa Blanca decidió fortalecer las asociaciones pragmáticas con las potencias del Golfo a través de la cooperación económica, de defensa y de seguridad energética. Estados Unidos, bajo la presidencia de Trump, prioriza el mantenimiento de la estabilidad regional a través de alianzas basadas en intereses, especialmente contratos de defensa, inversión en infraestructura y energía. Este enfoque permite a Estados Unidos liberar recursos estratégicos para centrarse en la competencia a largo plazo con China, especialmente en el contexto de las tensiones entre ambos países, aunque ha habido un “alto el fuego” temporal en la guerra comercial pero ninguna “reconciliación”.

Los analistas dicen que las enormes inversiones de los países del Golfo en EE.UU. (desde armas e infraestructura hasta finanzas) serán un recurso importante para ayudar a Washington a promover el proceso de "reconstrucción de la industria estadounidense" sin tener que depender de la tecnología y el capital de China. Se trata de una medida estratégica profunda, dado que la estructura comercial asimétrica y la competencia tecnológica con China siguen siendo potenciales “factores de inflamación” que podrían provocar que los conflictos comerciales estallen nuevamente en cualquier momento.

El tercer y más importante mensaje del viaje es enviar una señal clara a Irán, al que la administración Trump considera un factor desestabilizador en Oriente Medio. En el contexto de unas negociaciones nucleares que aún no han dado resultados concretos, Trump ha optado por construir una alianza de defensa regional para contener el creciente poder geopolítico de Teherán.

No es coincidencia que los mayores acuerdos de defensa durante la visita estuvieran destinados a modernizar los ejércitos de los aliados sunitas de Estados Unidos, incluida la transferencia de sistemas de defensa de misiles, vehículos aéreos no tripulados y tecnología de comando avanzada. El objetivo es crear un “cinturón defensivo” en el Golfo, capaz de contrarrestar a Irán y sus fuerzas subsidiarias lideradas por Teherán desde Yemen, Irak y Líbano.

El primer viaje del presidente Trump al Golfo es una jugada estratégica de tres niveles: consolidar el poder interno, reestructurar las prioridades estratégicas para competir con China y establecer una postura de seguridad para contener a Irán. Todo esto se hace a través de acuerdos económicos y de defensa que valen cientos de miles de millones de dólares: un estilo diplomático pragmático y transaccional característico de Trump. Esto no sólo refleja el nuevo enfoque de Estados Unidos en Medio Oriente, sino que también describe más claramente la estrategia de poder global que Trump ha seguido durante su mandato.

Hung Anh (colaborador)

Fuente: https://baothanhhoa.vn/sau-hon-100-ngay-chat-vat-tong-thong-donald-trump-doi-von-ve-my-tu-vung-vinh-248921.htm


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