Muchas personas intentan ocultar sus canas, considerándolas un signo negativo de envejecimiento. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Cell Biology ha cambiado esta perspectiva.

El estrés puede afectar negativamente al ADN, provocando envejecimiento e incluso cáncer. (Ilustración: Adobe Stock).
El color natural del cabello está determinado por la melanina, un pigmento producido por células especializadas llamadas melanocitos. Cuando nuestro cabello se vuelve gris, se debe a la disminución gradual de melanocitos en los folículos pilosos.
Las células madre son únicas porque pueden autorrenovarse y diferenciarse en muchos tipos distintos de células y tejidos del cuerpo. Las células madre de melanocitos (McSCs) se encuentran en los folículos pilosos y pueden diferenciarse en melanocitos.
En este estudio, científicos de la Universidad de Tokio exploraron cómo las células madre de melanocitos (McSCs) en los folículos pilosos responden al daño del ADN.
Por lo tanto, cuando el cuerpo está estresado, las células madre del melanoma reaccionan de dos maneras: se diferencian, lo que provoca que el cabello se vuelva gris, o continúan dividiéndose, lo que puede dar lugar al crecimiento de tumores. Así pues, cuando el cabello se vuelve gris, podría ser una señal de que el cuerpo ha evitado el melanoma.
Según la profesora Emi Nishimura, coautora de este estudio, existe cierta conexión entre las canas y el melanoma. El estudio destaca que la diferenciación inducida por el estrés, que da lugar a las canas, puede proteger al organismo de células anormales. Esto demuestra que las canas no son solo un signo de envejecimiento, sino también una respuesta biológica positiva del cuerpo.
Además, el equipo de estudio señaló que se necesita más investigación para comprender mejor la relación entre el cáncer de piel y las canas.
El melanoma se considera el tipo de cáncer de piel más peligroso debido a su alto potencial de metástasis a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo.
El riesgo de melanoma aumenta con la edad. La edad promedio de diagnóstico en Estados Unidos es de 66 años. Sin embargo, la enfermedad también se presenta en muchas personas menores de 30 años, especialmente en mujeres jóvenes.
Las personas que tienen muchos lunares, antecedentes personales o familiares de melanoma, o que han sufrido quemaduras solares, especialmente durante la infancia, también corren un mayor riesgo debido a la exposición al sol.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/su-that-toc-bac-canh-bao-nguy-co-ung-thu-da-20251030175604973.htm






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