Rico en colesterol y grasas saturadas
La cantidad de colesterol en 100 gramos de intestinos de cerdo puede ser de hasta 270 mg - 500 mg, mientras que la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) recomienda que los adultos no consuman más de 300 mg de colesterol por día.
Los altos niveles de grasas saturadas y colesterol aumentan los niveles de colesterol LDL, un factor de riesgo importante para la aterosclerosis, la presión arterial alta, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. Este efecto es especialmente grave para las personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes o trastornos lipídicos.

Alto contenido de purinas: puede causar gota.
Los intestinos, el hígado y el corazón del cerdo son órganos que contienen gran cantidad de purinas, que al entrar al organismo se convierten en ácido úrico. Los niveles altos de ácido úrico en la sangre pueden provocar fácilmente gota. Para las personas que han tenido gota, comer despojos de cerdo puede provocar fácilmente que la enfermedad reaparezca y se vuelva difícil de controlar.
Intestinos de cerdo con alcohol: una combinación peligrosa
En los bares, los despojos se suelen comer con cerveza y vino. Esta es una combinación dañina a la que muchas personas no prestan atención. El alcohol hace que el hígado trabaje más para eliminar el etanol, al tiempo que ralentiza el proceso de eliminación del ácido úrico.
Cuando se combina con purinas y colesterol de despojos, el hígado se sobrecarga, lo que puede derivar fácilmente en hepatitis crónica, deterioro de la función hepática e incluso cirrosis si se repite con frecuencia.
Los intestinos de cerdo contienen proteínas de mala calidad.
Aunque contiene proteínas, las proteínas del intestino del cerdo son principalmente elastina y colágeno, proteínas que son más difíciles de digerir que las proteínas del músculo esquelético que se encuentran en la carne magra o el pescado. En personas con sistemas digestivos débiles, estas proteínas pueden causar fácilmente hinchazón e indigestión.

Riesgos para la seguridad alimentaria
De hecho, los intestinos del cerdo contienen muchas bacterias y parásitos porque esta es la parte del intestino que contiene los desechos digestivos. A menudo contienen bacterias como Salmonella, Campylobacter, E. coli o huevos de gusanos.
Si no se limpia y cocina adecuadamente, el consumidor puede sufrir diarrea aguda, intoxicación alimentaria o infección parasitaria.
Además, los intestinos de cerdo procesados de forma insegura son un eslabón en la cadena de transmisión de enfermedades de los animales a los humanos. Entre ellas se encuentran algunas enfermedades como la hepatitis E, la gripe A/H1N1, el Streptococcus suis (causante de meningitis, sepsis).
Las personas que preparan o consumen directamente órganos crudos o poco cocidos corren el riesgo de contraer la infección.
Los intestinos de cerdo son un alimento que se echa a perder fácilmente y es susceptible a las bacterias debido a su estructura blanda, vascular y húmeda. En el caso de los cerdos La exposición a antibióticos, hormonas de crecimiento, metales pesados, los órganos internos serán el lugar donde se acumulen estas toxinas.
Además, algunas instalaciones de producción pueden utilizar sustancias peligrosas como alumbre, bórax, peróxido de hidrógeno o blanqueador industrial para ayudar a que los intestinos de los cerdos sean blancos, crujientes y masticables.
Estas sustancias irritan la mucosa intestinal y estomacal y provocan disfunción hepática y renal si se acumulan durante un largo periodo de tiempo. Aumentando así el riesgo de cáncer del sistema digestivo.
recomendación del médico
No coma regularmente intestinos de cerdo ni órganos de animales. Cada comida debe limitarse a menos de 100 gramos. Los intestinos de cerdo y otros órganos animales no deben utilizarse habitualmente como platos principales.
Evite por completo los despojos de cerdo si tiene un alto riesgo de padecer: colesterol alto, presión arterial alta, enfermedad cardiovascular, diabetes, gota, hígado graso o insuficiencia renal.
No utilizar intestinos de cerdo de origen desconocido. No coma despojos que tengan olor extraño, estén amoratados, grises o viscosos.
Si come despojos, priorice el consumo de verduras primero para ayudar a la digestión, aumentar la fibra y limitar la absorción de colesterol.
A la hora de prepararlo, lavarlo muchas veces con agua salada, vinagre o limón, hervirlo bien la primera vez, retirarlo y lavarlo nuevamente antes de procesarlo. Cocine completamente para matar las bacterias y los huevos de gusanos. No consumir despojos con alcohol y minimizar la cocción con aceite.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/su-that-ve-loai-dac-san-van-nguoi-me-post794250.html
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