Hungría, donde cada fuente termal tiene su propia historia que abarca siglos...
Con más de 1.300 fuentes termales minerales, Hungría no solo es conocida como un paraíso turístico, sino que también tiene una cultura de spa de larga data, donde los visitantes pueden disfrutar de terapias únicas en medio de una arquitectura histórica y una naturaleza majestuosa.
El lago termal de Hévíz, en el oeste de Hungría, está formado por agua mineral natural con propiedades curativas. (Fuente: Silatti Panzió és Apartmanház) |
Cultura de larga data
Más que un simple tratamiento, los baños minerales en Hungría se han convertido en una tradición cultural de larga data. Aquí, sumergirse en aguas termales ricas en minerales es un hábito diario que ayuda a relajar el cuerpo y a mantener la salud.
Cada manantial mineral de Hungría tiene una composición mineral diferente, lo que cumple diversos propósitos terapéuticos: algunos son ricos en azufre, beneficioso para la piel; otros contienen radón, que ayuda a aliviar el dolor articular; y otros son salados debido a su alto contenido mineral. Esta diversidad ha contribuido al desarrollo de una próspera cultura termal, que atrae a visitantes de todo el mundo .
Mientras que en otros países los spas suelen asociarse con el lujo, en Hungría son parte de la vida cotidiana. Es fácil encontrar baños públicos para relajarse tras un día estresante de trabajo, y los turistas lo consideran una experiencia imperdible al visitar este país.
Los baños termales de Széchenyi Fürdő, de estilo neobarroco. (Fuente: Viaje Hongrie) |
Las marcas del tiempo
Cuando se trata de aguas termales húngaras, es imposible ignorar las estructuras históricas. En Budapest, baños como Rudas, Király y Veli Bej son testimonio viviente del período otomano. Con su característica arquitectura abovedada y la luz natural que entra por las pequeñas ventanas del techo, estos baños crean un espacio misterioso que transporta a los visitantes al siglo XVI.
Mientras tanto, Széchenyi, el complejo termal al aire libre más grande de Europa, impresiona con su magnífico estilo neobarroco, que destaca en el corazón de la capital. Gellért, otro icono de Budapest, combina la arquitectura art nouveau con intrincados mosaicos, convirtiendo la experiencia termal en un viaje artísticode descubrimiento .
Hungría no solo es famosa por sus antiguos baños, sino también por sus excepcionales maravillas naturales. El lago termal de Hévíz, el lago mineral natural más grande de Europa, es un destino ideal para quienes disfrutan de los baños de barro y los tratamientos minerales en plena naturaleza. Miskolctapolca ofrece una experiencia única: baños minerales en el único sistema natural de cuevas de piedra caliza de Europa. El agua caliente fluye a través de las estalactitas, creando un espacio misterioso y relajante a la vez.
En particular, el manantial mineral de Egerszalók, con sus terrazas de travertino blanco formadas por agua mineral caliente que fluye a través de acantilados de piedra caliza, es una rara maravilla que recuerda a muchas personas las "terrazas de Pamukkale" de Turquía.
Liderar la industria del turismo
Además de los antiguos baños y las maravillas naturales, Hungría desarrolla constantemente modernos balnearios, convirtiendo este recurso natural en un sector turístico clave. Uno de los lugares más impresionantes es el Hagymatikum en Makó, una obra maestra de la arquitectura orgánica diseñada por el famoso arquitecto Imre Makovecz (1935-2011). Con líneas suaves y curvas que imitan la naturaleza, este lugar ofrece una experiencia de spa combinada con un arte arquitectónico único.
Hagymatikum visto desde el interior. (Fuente: Facebook Makói Hagymatikum Fürdő) |
Otra historia interesante es la de Bük y Zalakaros, dos manantiales minerales descubiertos por accidente durante la extracción de petróleo en la década de 1950. En lugar de petróleo, se encontraron aguas termales ricas en nutrientes y, en pocas décadas, ambas zonas se convirtieron en destinos terapéuticos populares, atrayendo a millones de visitantes cada año.
Si Budapest es el centro de la cultura termal, Hajdúszoboszló —un nombre peculiar en medio de las Grandes Llanuras— es un destino imprescindible para quienes buscan tratamientos de salud. Antaño una zona agrícola, hoy se ha convertido en un gigantesco complejo termal, conocido como una «farmacia natural» gracias a su sistema de piscinas minerales y más de 40 tratamientos especializados.
Mientras tanto, Aquaticum en Debrecen ofrece una experiencia diferente con un parque acuático tropical ubicado en medio de una exuberante vegetación, un destino ideal para familias que quieran combinar relajación y diversión.
Con sus abundantes recursos de aguas minerales, su cultura termal centenaria y sus obras arquitectónicas únicas, Hungría no sólo es un destino de historia y arte, sino también un paraíso para los amantes del turismo de salud.
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Fuente: https://baoquocte.vn/hungary-thien-duong-suoi-khoang-dau-an-nghi-duong-giua-long-chau-au-308125.html
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