Si un bebé usa chupete durante mucho tiempo, corre el riesgo de sufrir mordida abierta, dientes de conejo... - Foto ilustración
Los chupetes han sido un artículo popular en el cuidado de bebés y niños pequeños desde hace mucho tiempo. Muchos padres los consideran una "salvación" para ayudar a los niños a dejar de llorar, dormir con facilidad y darles a los padres más tiempo para descansar y trabajar.
De hecho, el hábito de chupar el chupete es común, un fenómeno natural en los niños pequeños. Sin embargo, lo que muchos padres no comprenden del todo es que este hábito aparentemente inofensivo puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo de la mandíbula, los dientes y la cara del niño.
Según estadísticas internacionales, hasta el 63% de los niños de 0 a 6 años han usado chupete. La mayoría lo deja entre los 2 y los 4 años, pero una proporción significativa continúa hasta la dentición permanente. A partir de entonces, comienzan a aparecer problemas dentales, de lenguaje, otorrinolaringológicos y psicológicos.
Riesgos de los hábitos comunes
La mayoría de los niños pequeños se chupan el dedo o el chupete. Ya entre la semana 15 y la 20 del embarazo, se ha observado a muchos fetos chupándose el dedo en ecografías. Tras el nacimiento, el bebé mantiene este reflejo como instinto de autodefensa y autoconsuelo.
Numerosos estudios muestran que aproximadamente el 63 % de los niños de 0 a 6 años han usado chupete al menos una vez. La tasa más alta se da entre los 0 y los 2 años, y luego disminuye gradualmente, aunque aún se observa en algunos niños mayores.
Por lo general, los niños abandonan este hábito a los 4 años. Si el hábito continúa cuando comienzan a crecer los dientes permanentes (alrededor de los 6 años), el riesgo de maloclusión y deformidades de la mandíbula aumentará significativamente.
¿Por qué a los bebés les gusta chupar chupetes?
Necesidades de seguridad y comodidad: Los niños pequeños usan chupetes o se chupan el dedo para consolarse, especialmente cuando están separados de sus padres, frente a desconocidos o en entornos nuevos. Este comportamiento les ayuda a reducir el estrés y a dormir mejor.
Beneficios médicos en algunas situaciones
• Aumento del umbral del dolor: los chupetes ayudan a reducir las molestias durante procedimientos médicos menores.
• Ayuda para dormir: En niños de 1 a 4 años, chupar un chupete ayuda a reducir la frecuencia cardíaca mientras duermen, lo que permite un sueño más profundo.
• Aumento de peso en bebés prematuros: cuando se combinan con música , los chupetes estimulan a los bebés prematuros a succionar, aumentando la eficacia de la absorción de nutrientes.
• Reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante: Las investigaciones demuestran que usar chupetes durante el sueño ayuda a cambiar la posición de la lengua, tonifica los músculos respiratorios y estimula la respiración, reduciendo así el riesgo de este síndrome. Sin embargo, debido a sus posibles efectos secundarios, se recomienda solo para niños menores de un año.
Caso de un niño con dientes frontales salientes relacionado con el chupete - Foto: BSCC
Consecuencias impredecibles
Los beneficios mencionados anteriormente solo son efectivos cuando el niño es pequeño y se usa por un corto tiempo. Si el hábito se prolonga, el chupete puede tener consecuencias impredecibles para su desarrollo maxilofacial y psicológico.
Dientes y mandíbulas desalineados
- Mordida abierta: Los dientes frontales superiores e inferiores no se tocan entre sí al morder.
- Dientes frontales salientes: Los dientes frontales superiores sobresalen hacia adelante, los dientes frontales inferiores retroceden.
- Mandíbula estrecha, mordida cruzada: La prótesis hace que la mandíbula superior se estreche y los caninos queden desalineados.
- Maloclusión permanente: Si persiste después de los 4 años, estas desalineaciones pueden durar toda la vida, requiriendo un tratamiento de ortodoncia complejo.
Caries: El uso continuo de chupete durante 18 meses es un factor de riesgo alto de caries, posiblemente el doble que en el grupo que no usa chupete.
Retraso en el habla y desarrollo limitado del lenguaje: Los niños que usan chupetes durante mucho tiempo tienen tres veces más probabilidades de presentar retraso en el habla. Los chupetes llenan la boca, lo que limita la capacidad de balbucear e imitar sonidos. Muchos expertos creen que los padres compran el silencio a costa del desarrollo del lenguaje de sus hijos.
Riesgo de otitis media : Existen estudios que demuestran que el uso de chupete en niños menores de 4 años duplica el riesgo de otitis media recurrente. Esto se debe a que las bacterias pueden propagarse fácilmente de la nariz al oído medio.
Efectos psicológicos y emocionales: Los niños que usan chupetes con frecuencia tienen menor capacidad para imitar expresiones faciales y puntuaciones más bajas de inteligencia emocional en la edad adulta. Este fenómeno se ha comparado con las inyecciones de bótox, que adormecen los músculos faciales y limitan la expresión. Las niñas se ven menos afectadas, posiblemente debido a su flexibilidad en el desarrollo emocional.
Adicción al chupete: El niño puede desarrollar dependencia y no poder dormir sin él. Cuando el padre se retira, el niño llora desconsoladamente, lo que causa estrés psicológico a toda la familia.
Efectos en la lactancia materna: Los bebés pueden tener confusión del pezón: su lengua está en una posición incorrecta y se niegan a mamar. Amamantar con menos frecuencia hace que la madre produzca menos leche y el bebé carezca de nutrientes valiosos.
- Además, puede haber riesgos: Que el niño se ahogue o se asfixie si se le cae el chupete; Alergia al plástico con el que está fabricado el chupete; Infección si la higiene es deficiente.
¿Cómo ayudar a los niños a romper hábitos?
Para eliminar el hábito de chupar el chupete, hay muchas maneras diferentes de hacerlo, como: (1) Interrumpirlo bruscamente. (2) Los padres explican al niño las malas consecuencias del hábito, lo que puede hacer reír a los amigos. (3) Aplicar una sustancia desagradable al chupete. (4) Un dentista le aconsejará al niño que deje de usarlo explicándoselo y pidiendo a los padres que le cuelguen incentivos.
Además, ahora existen chupetes de ortodoncia diseñados para limitar el impacto negativo en la mandíbula. Sin embargo, esto es solo una solución temporal y no sustituye la retirada oportuna.
Consejos prácticos para padres:
• Dejar el chupete antes de los 3-4 años.
• Mantener la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, combinada con lactancia materna hasta los 2 años de edad.
• Destete gradual: reduce el tiempo de uso durante el día, tómalo sólo cuando tengas sueño y luego elimínalo por completo.
• Recompense y anime a su hijo a sentirse orgulloso de dejar el chupete.
• Lleve a su hijo a controles dentales regulares para detectar de forma temprana la maloclusión.
Es innegable que, en muchos casos, los chupetes son una herramienta útil para ayudar a los bebés a calmarse, aliviar el dolor, mejorar el sueño y apoyar a los prematuros. Pero lo cierto es que sus beneficios solo duran poco tiempo y en las condiciones adecuadas. Cuando los padres abusan o retrasan el destete, los chupetes pasan de ser "amigos" a "culpables", causando numerosas consecuencias a largo plazo para la salud y la estética de los niños.
El mensaje más importante es:
• Utilizar en el momento adecuado (niños menores de 1 año, bien después de la lactancia materna).
• Úselo de forma adecuada (limpio, seguro, sin cuerdas peligrosas).
• Destetar en el momento adecuado (antes de los 3-4 años).
Fuente: https://tuoitre.vn/thoi-quen-mut-num-vu-gia-va-nhung-he-luy-den-rang-mieng-ngon-ngu-tai-mui-hong-cua-tre-20251001114946802.htm
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