En el contexto de una economía digital en rápido desarrollo, el comercio electrónico se ha convertido en un importante motor para el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes). No solo representa un nuevo canal de ventas, sino también una herramienta para mejorar la productividad, optimizar procesos y potenciar la competitividad. Con el apoyo de la tecnología, las pymes pueden llegar a clientes de todo el mundo, reducir costes operativos e incrementar la eficiencia productiva y empresarial.
Uno de los impactos más evidentes del comercio electrónico es la posibilidad de expandir el mercado más allá de las fronteras geográficas tradicionales. Anteriormente, las pymes solían estar limitadas por el alcance de las ventas locales, el costo de abrir una tienda o construir una amplia red de distribución. Sin embargo, gracias a la plataforma en línea, con tan solo una tienda en la plataforma de comercio electrónico o su propio sitio web, las empresas pueden llegar a millones de clientes nacionales e internacionales. Esto no solo aumenta el número de pedidos, sino que también mejora la utilización de los recursos, ya que con el mismo personal, los ingresos pueden ser mucho mayores que con los canales tradicionales.
El comercio electrónico también contribuye a reducir significativamente los costos operativos. El uso de software para la gestión de almacenes, pedidos, pagos en línea y la conexión con las unidades de envío permite ahorrar tiempo y recursos humanos. Los procesos manuales, como la contabilidad, la confirmación de pedidos y el cobro, se reemplazan por procesos automatizados. Las empresas ahorran costos y reducen errores, mejorando así la productividad laboral. Además, el almacenamiento y análisis de los datos de ventas en línea ayuda a las pymes a tomar decisiones más acertadas, evitando el desperdicio de recursos.

Fotografía ilustrativa
Otra ventaja del comercio electrónico es la capacidad de medir y controlar el rendimiento. Indicadores como las tasas de conversión, las tasas de cancelación, los tiempos de entrega y la satisfacción del cliente se actualizan en tiempo real. Las pymes pueden utilizar estos datos para mejorar sus productos, servicios y procesos. Con una mejor gestión, la productividad va más allá del número de pedidos y refleja la calidad del servicio y la satisfacción del cliente.
Se ha demostrado el impacto positivo del comercio electrónico en la productividad empresarial. Un estudio realizado en Irán en el sector manufacturero mostró que las empresas que implementaron el comercio electrónico y la promoción en línea lograron una productividad general significativamente mayor que las empresas tradicionales.
En Vietnam, el mercado minorista en línea superó los 25 mil millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento de aproximadamente el 20 % con respecto al año anterior, gracias a la fuerte participación de las pymes. Muchas pequeñas empresas han aprovechado el canal de exportación mediante el comercio electrónico transfronterizo, superando así las barreras de distribución tradicionales y expandiéndose a los mercados internacionales. Esto ofrece a las pymes la oportunidad de mejorar su productividad, tanto a nivel nacional como global.
Otro beneficio importante es que el comercio electrónico ayuda a las empresas a adaptarse con flexibilidad a las fluctuaciones del mercado. Cuando estalló la pandemia de la COVID-19, muchos comercios minoristas tradicionales tuvieron dificultades, mientras que aquellos que se habían digitalizado con antelación pudieron mantener sus operaciones e incluso prosperar. Esta adaptabilidad es un factor clave que ayuda a las pymes a mejorar su productividad a largo plazo, ya que les permite mantener el flujo de caja y los recursos en tiempos de incertidumbre.
Sin embargo, es innegable que aún existen barreras que impiden a las pymes aprovechar plenamente el potencial del comercio electrónico. El creciente coste de la publicidad online y la feroz competencia con grandes empresas que cuentan con presupuestos abundantes dificultan que muchos pequeños negocios se hagan un hueco en el mercado.
En realidad, en Vietnam, muchas tiendas en plataformas de comercio electrónico casi no reciben pedidos debido al desconocimiento de las estrategias de marketing digital y ventas en línea. Además, la infraestructura de pagos electrónicos y logística no está sincronizada, sobre todo en zonas rurales, lo que incrementa los costos operativos de las pymes. Estos factores dificultan la productividad y, de no resolverse, será difícil maximizar los beneficios del comercio electrónico.
Para que el comercio electrónico se convierta en un verdadero motor de mejora de la productividad y la calidad, las pymes deben invertir de forma proactiva en la capacitación en competencias digitales de su personal, implementar herramientas de gestión en línea y consolidar una marca de prestigio en el entorno digital. Por parte del Estado, es necesario seguir mejorando la infraestructura de pagos y logística, crear un entorno competitivo justo e implementar políticas que apoyen la participación de las pymes en las exportaciones a través del comercio electrónico. Cuando las empresas y las políticas trabajen en conjunto, la productividad de las pymes mejorará de forma sostenible, impulsando así la economía.
El comercio electrónico no es solo un nuevo canal de ventas, sino que se ha convertido en una estrategia fundamental para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a mejorar su eficiencia operativa. Con un enorme potencial de mercado, el respaldo tecnológico y las políticas adecuadas, el comercio electrónico seguirá siendo sin duda un importante motor de la productividad de las pymes en el futuro, contribuyendo a promover un crecimiento económico integral y sostenible.
Fuente: https://mst.gov.vn/thuong-mai-dien-tu-luc-day-cho-doanh-nghiep-nho-va-vua-nang-cao-nang-suat-197251121084242182.htm






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