Abril llama a la puerta, trayendo consigo el aroma del cambio de estación, cuando las suaves lluvias primaverales dan paso a los primeros rayos de sol de verano. Bajo el sol, que aún conserva algo del frescor de la estación anterior, los lirios, las flores de abril, comienzan a florecer, cubriendo las calles de un blanco puro, como nítidas notas musicales en la sinfonía del cielo y la tierra. Mucha gente espera la llegada de abril para sumergirse en el blanco puro de los lirios. Aunque la temporada de flores llega cada año, cada temporada de flores nunca es igual para el corazón de las personas.
Los lirios, también conocidos como azucenas o flores del oeste, florecen solo en abril, por lo que los amantes de las flores suelen llamarlos las flores de abril. Sus flores de un blanco puro, que se extienden orgullosas sobre ramas verdes, como pequeñas trompetas que llaman al verano con tímida y suave voz. No tan brillantes ni orgullosas como las rosas, ni tan ostentosas como las margaritas, los lirios poseen una belleza elegante y sencilla, pero fascinan. Al sostener un ramo de lirios blancos en la mano, el corazón se calma de repente, como si encontrara un poco de paz en el ajetreo de la vida.
La gente ama los lirios no solo por su belleza, sino también por su suave fragancia, como un susurro, una vaga nostalgia de antaño. Las flores no son exigentes con el jarrón ni el espacio donde florecen, así que cada uno puede admirarlos a su manera. Hay días en que un simple jarrón de lirios en un rincón de la habitación basta para mitigar el calor del verano, haciendo que uno se sienta relajado en medio del ajetreo de la vida. Hay días en que un simple lirio en un vaso diario junto al escritorio de la computadora basta para aliviar el estrés de la oficina.
El lirio es así de simple, como una chica tranquila, discreta pero atractiva. Por eso, en las casas sencillas, algunas personas colocan con cuidado un jarrón de lirios sobre la mesa para que cada mañana, al despertar, puedan contemplarlo y aspirar su delicado aroma, como una forma de disfrutar de la frágil belleza del tiempo.
Quizás sea esta sencilla belleza la que ha convertido a los lirios en una fuente de inspiración para la creación artística de artistas, y los amantes de las flores no pueden olvidar la clásica pintura de To Ngoc Van: una joven con lirios. Se trata de la imagen de una joven con un ao dai blanco, sentada inclinada hacia el jarrón. Su mano izquierda descansa sobre su cabello, su mano derecha acaricia suavemente los pétalos, su rostro refleja tristeza y ensoñación. La figura de la joven forma un arco como si abrazara el lirio.
En Thai Nguyen, los lirios no florecen tanto como en Hanói y otras provincias del país, pero cuando llega abril, los puestos de flores de la calle Ben Oanh, en el Mercado Tailandés, se tiñen de blanco. Y cada mañana, en las calles del centro, se pueden ver bicicletas viejas con jardineras flotando entre el bullicio de vehículos y gente. Los lirios de abril no duran mucho; solo se detienen un instante y luego se van silenciosamente. Pero en ese instante, el color blanco permanece puro como un hermoso recuerdo...
Se acerca abril, los lirios blancos puros te llaman, ¿qué esperas sin arreglarte un jarrón con flores de abril?
Fuente: https://baothainguyen.vn/van-hoa/van-hoc-nghe-thuat/202504/tinh-khoi-ky-uc-thang-tu-ba20605/
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