El ajo mejora la salud del hígado y los riñones.
Expertos han estudiado los efectos del ajo en personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico. Se les dio ajo a los participantes y el 51 % experimentó una mejoría. Además, el estudio reveló que consumir ajo crudo puede reducir el riesgo de cáncer de hígado.
Además, la alicina del ajo puede reducir el riesgo de enfermedad renal, ya que reduce la presión arterial y el estrés oxidativo, lo que ayuda a mejorar la función renal.
El consumo regular y moderado de ajo puede proteger el corazón, el hígado, el sistema inmunológico y la digestión.
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Ayuda a que el sistema inmunológico esté más sano.
Las investigaciones demuestran que el ajo tiene actividad contra una serie de virus que causan muchas infecciones comunes, como: gripe e infecciones respiratorias, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), infecciones por herpes genital, infecciones neurológicas, infecciones gastrointestinales...
Además, el ajo también tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, lo que ayuda a inhibir cepas comunes de bacterias y hongos.
Reducir el riesgo de cáncer
La capacidad anticancerígena del ajo ha sido probada en muchos estudios, específicamente en tipos como: cáncer de huesos, cáncer de mama, cáncer de endometrio, cáncer de pulmón, cáncer oral, cáncer de ovario, cáncer de páncreas, cáncer de próstata, cáncer de estómago.
Signos de riñones sanos
Además, también se ha descubierto que el ajo tiene la capacidad de reparar el daño del ADN, prevenir el crecimiento de células cancerosas y reducir la inflamación.
Niveles más bajos de colesterol
Varios estudios han evaluado la capacidad del ajo para reducir el colesterol. Un metaanálisis reveló que el ajo puede reducir la absorción del colesterol y la síntesis de colesterol y ácidos grasos.
El estudio concluyó que el ajo también redujo el colesterol total, incluido el LDL, también conocido como “colesterol malo”.
El ajo se puede utilizar crudo o combinado con las comidas diarias.
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Presión arterial baja
Un estudio con participantes con hipertensión arterial reveló que la suplementación con ajo redujo la presión arterial sistólica. La disminución de la presión arterial también se asoció con una reducción del 16 al 40 % en el riesgo de eventos cardiovasculares, según los resultados del estudio.
Microbiota intestinal más diversa
La suplementación con ajo aumenta la diversidad de la microflora intestinal, lo que tiene un efecto preventivo sobre los trastornos metabólicos causados por una dieta alta en grasas, que afecta al metabolismo, y la dislipidemia.
Los investigadores concluyeron que el ajo es un prebiótico potencial, que puede ayudar a prevenir trastornos de la microbiota intestinal inducidos por la dieta.
Sistema nervioso protegido
El ajo protege el sistema nervioso, incluyendo el cerebro, la médula espinal y los nervios. Un estudio reveló que el ajo añejado tiene efectos protectores contra trastornos neurodegenerativos, como la isquemia cerebral y el Alzheimer.
¿Quién no debería o debería limitar el consumo de ajo?
La mayoría de los alimentos conservan su máximo valor nutricional al consumirse crudos. Sin embargo, el ajo conserva su actividad antioxidante incluso cocinado. Sin embargo, sus propiedades antibacterianas se reducen o incluso se pierden por completo debido al calor durante la cocción.
Se puede consumir ajo por la mañana, por la noche o incorporarlo a las comidas durante el día. Sin embargo, las siguientes personas deben evitarlo o tener cuidado al consumirlo:
- Alérgico al ajo.
- Acidez estomacal: dado que un efecto secundario del ajo es la acidez estomacal, las personas que suelen padecer esta afección deben limitar su consumo de ajo.
- Tomando anticoagulantes u otros medicamentos: Hable con su médico antes de tomar ajo, ya que puede afectar estos medicamentos.
- Preparación para la cirugía: Porque el ajo puede aumentar el riesgo de sangrado.
Fuente: https://thanhnien.vn/toi-cai-thien-chuc-nang-than-va-nhieu-loi-ich-khac-co-the-ban-chua-biet-185250612072932622.htm
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