Descubra la onda de choque
En marzo de 2022, los arqueólogos oceánicos hicieron uno de los descubrimientos de naufragios más sensacionales desde que se encontró el Titanic.

A una profundidad de aproximadamente 3.000 metros bajo la superficie del mar de Weddell, frente a la costa de la Antártida, los científicos han descubierto los restos del Endurance, el legendario barco del explorador Ernest Shackleton, que se hundió durante su expedición de 1915.
La ardua huida de Shackleton con los marineros lo transformó en un ícono heroico en Gran Bretaña.
Como era de esperar, este descubrimiento causó gran entusiasmo en la comunidad científica. Sin embargo, lo que atrajo igual de atención provino de una expedición anterior en 2019.
Mientras buscaban el Endurance, los investigadores descubrieron inadvertidamente un extraño fenómeno biológico en el lecho marino de la Antártida: un "campo de batalla" de nidos de peces dispuestos en un patrón asombrosamente simétrico.
Durante la expedición al mar de Weddell de 2019, el equipo de expertos se fijó dos objetivos: realizar un estudio científico de la zona y buscar los restos del Endurance. Utilizaron un vehículo teledirigido llamado Lassie para observar bajo el grueso hielo. Aunque no encontraron el barco, el equipo descubrió más de 1000 nidos de peces dispuestos en patrones impecables.
Vista desde arriba, la zona parece un suburbio submarino, con "áreas residenciales" perfectamente dispuestas.
Algunos nidos incluso formaban círculos, dando la impresión de callejones sin salida cerrados. El equipo de investigación capturó tantas imágenes como fue posible antes de verse obligado a retirarse para evitar quedar atrapado en el hielo. Los resultados completos se publicaron posteriormente en la revista Frontiers in Marine Science , causando gran sorpresa en la comunidad científica.
Ecosistemas marinos complejos

Las colonias de peces del mar de Weddell pertenecen a la especie Lindbergichthys nudifrons, comúnmente conocida como bacalao de aleta amarilla, bacalao de roca de aleta amarilla o pez de hielo. Se trata de peces pequeños, de unos 15 cm de longitud, bien adaptados a ambientes de aguas frías y que habitan principalmente en el fondo marino, donde se alimentan de invertebrados.
Lo que más interesa a los biólogos es el comportamiento reproductivo de esta especie de pez. Los peces de hielo construyen sus nidos con mucho cuidado. Limpian el fondo marino en el lugar elegido, crean un nido redondo en la arena, ponen sus huevos en el centro y lo cuidan hasta que eclosionan.
El comportamiento de anidación no es infrecuente en el mundo de los peces, pero el hecho de que más de 1000 nidos estén dispuestos de forma tan compacta es inusual. El análisis de imágenes reveló que los nidos en el centro del grupo albergan a los individuos más pequeños y vulnerables, mientras que los nidos en los extremos pertenecen a peces más grandes y saludables.
Esta estructura forma un sistema de defensa natural, similar a una comunidad cerrada con un “perímetro protector”, que ayuda a reducir el riesgo de depredadores del exterior.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para la conservación de la Antártida.
En invierno, el hielo marino antártico cubre el doble de la superficie de la masa continental y la región está reconocida por el Tratado Antártico como reserva natural para la paz y la ciencia (Foto: Mozgova/Shutterstock).
El descubrimiento de las zonas de anidación del pez hielo en el mar de Weddell se considera un hito importante en la investigación y la conservación antártica. Este descubrimiento solo fue posible gracias al movimiento de la plataforma de hielo antártica. Anteriormente, la zona de anidación estaba oculta por una enorme capa de hielo que se extendía por más de 5000 kilómetros cuadrados.
En 2017, este iceberg se desprendió del continente y se convirtió en el iceberg A68, que durante un breve periodo fue el iceberg más grande del mundo. A medida que se alejaba, los barcos pudieron acceder a las aguas subterráneas, lo que abrió oportunidades para descubrir este ecosistema único.
Estudios posteriores revelaron que la zona de reproducción es mucho mayor. En 2021, los científicos registraron más de 60 millones de nidos de bacalao en la zona, lo que la convierte en el criadero de peces más grande jamás descubierto en la Tierra.
Desde una perspectiva de conservación, este descubrimiento es particularmente significativo. La enorme población de peces ha llevado a que el mar de Weddell sea clasificado como ecosistema marino vulnerable según la clasificación de las Naciones Unidas, lo que abre la posibilidad de establecer medidas de protección rigurosas para garantizar la supervivencia a largo plazo de este ecosistema único bajo la capa de hielo antártica.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/viec-tim-kiem-mot-con-tau-mat-tich-da-dan-den-mot-kham-pha-o-nam-cuc-20251130234652019.htm






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