BSCKII. Nguyen Tien Dung, subdirector del Centro de Ictus del Hospital Bach Mai, afirmó que las grasas saturadas son una de las causas del aumento del colesterol LDL (grasas malas) en sangre. Los niveles elevados de colesterol LDL en sangre incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e ictus.
Según el Dr. Dung, las grasas saturadas suelen ser sólidas a temperatura ambiente. Entre los alimentos que contienen grasas saturadas se incluyen la carne de res, el cordero, el cerdo y las aves, especialmente la piel y la grasa animal.
"Las grasas saturadas pueden causar problemas de salud porque aumentan los niveles de colesterol en sangre ", afirma el Dr. Dung.
Debes optar por una dieta que limite solo entre un 5 % y un 6 % de las calorías provenientes de grasas saturadas. Si necesitamos unas 2000 calorías al día, no más de 120 de ellas deberían provenir de grasas saturadas, lo que equivale a unos 13 gramos diarios.
Las grasas insaturadas pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol malo y triglicéridos, al tiempo que proporcionan nutrientes esenciales que el cuerpo necesita.
La experta explicó que para alcanzar y mantener un peso saludable, es importante equilibrar la ingesta calórica con las necesidades calóricas. Asimismo, recomienda elegir cereales integrales, carnes magras y proteínas vegetales, además de una variedad de frutas y verduras. También aconseja limitar el consumo de sal, azúcar, grasas animales, alimentos procesados y alcohol.
Además, para llevar una dieta cardiosaludable, debemos optar por carnes magras y aves sin piel. También conviene limitar el uso de aceites tropicales como el de coco, el de palma y el de palmiste al cocinar.
Priorice una dieta rica en pescado y frutos secos, y sustituya parte de la carne por legumbres. Las familias deben aumentar la cantidad de frutas, verduras y cereales en su alimentación para ayudar al cuerpo a absorber menos calorías.
Come más pescado y añade aguacate para reducir la grasa mala en la sangre.
Dieta para reducir la grasa mala en la sangre
- Consuma más pescado: Ingiérase al menos entre 200 y 300 gramos de pescado crudo a la semana. Elija pescados grasos como anchoas, arenque, caballa, bacalao negro, salmón, sardinas, atún rojo, pescado blanco, lubina rayada y cobia, ricos en ácidos grasos omega-3 esenciales.
- Consume frutos secos: Un puñado pequeño de frutos secos y semillas sin sal aporta grasas saludables, energía, proteínas y fibra. Algunas buenas opciones son las almendras, los anacardos, las nueces de macadamia, las avellanas, los cacahuetes, los pistachos, las semillas de calabaza, las semillas de girasol y las nueces.
- Usa más aguacate: Come aguacate o cocínalo para añadir grasas saludables, fibra y vitaminas y minerales esenciales.
- Elija aceites de cocina de buena calidad: Utilice aceites con bajo contenido en grasas saturadas. Algunas buenas opciones son el aceite de aguacate, canola, maíz, semilla de uva, oliva, cacahuete, cártamo, sésamo, soja y girasol.
Sustituya los productos lácteos enteros por productos desnatados o bajos en grasa. Si consume carne o aves, elija las variedades más magras.
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