Los datos de deforestación provienen de un sistema llamado Deter, gestionado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, una iniciativa centrada principalmente en la detección de la deforestación en tiempo real. Las estimaciones más precisas de deforestación provienen de otro sistema llamado Prodes, cuyos datos se publican anualmente.

João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, señaló que los resultados del año completo dependerán de los próximos meses difíciles. Aun así, los datos son una señal alentadora para el presidente Lula da Silva, quien en su campaña de 2022 se comprometió a frenar la tala ilegal y revertir la destrucción ambiental ocurrida durante la presidencia de Jair Bolsonaro. El presidente Lula da Silva se ha comprometido a expulsar a los intrusos de las áreas forestales protegidas.

La selva amazónica sufrió graves daños. Foto : Reuters.

“En resumen, priorizamos la aplicación de las leyes ambientales”, afirmó Jair Schmitt, director de protección ambiental del Ibama, la agencia ambiental federal de Brasil. El Ibama también ha incrementado el monitoreo remoto, donde se detecta la deforestación mediante imágenes satelitales, añadió Schmitt. Mediante el cruce de datos con los registros de tierras, el Ibama ha podido identificar a los propietarios de las tierras en muchos casos, lo que ha dado lugar a embargos, restricciones al acceso a préstamos financieros y otras sanciones.

Otra estrategia consiste en incautar miles de cabezas de ganado criadas ilegalmente en zonas restringidas. Sin embargo, la falta de personal dificulta la tarea. Muchos oficiales del Ibama se jubilaron y no fueron reemplazados durante el gobierno de Bolsonaro. La plantilla del Ibama se encuentra en su nivel más bajo en 24 años. El presidente Lula da Silva se ha comprometido a restablecer la fuerza.

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Duong Nguyen