Por lo tanto, encontrar una manera de prevenir la propagación del cáncer es extremadamente importante, y en un estudio recientemente publicado, científicos estadounidenses han logrado precisamente esto.
El poder del ejercicio contra el cáncer
Para averiguar si el ejercicio puede cambiar las características de crecimiento de los tumores en desarrollo, investigadores del Instituto Oncológico Huntsman de la Universidad de Utah (EE. UU.) analizaron los tumores y el tejido adiposo visceral de 112 pacientes con cáncer de colon en estadio 1-3.
Los participantes se dividieron en dos grupos:
Grupo de ejercicio: 150 minutos por semana de ejercicio moderado a vigoroso (unos 21 minutos por día).
Grupo de bajo nivel de ejercicio: realizan menos de 1 hora de ejercicio por semana.

En los tumores de pacientes que hacen ejercicio, los genes relacionados con la progresión del cáncer son menos activos.
Foto: IA
Utilizando la secuenciación de ARN, los investigadores compararon la expresión genética en tumores y tejido adiposo entre diferentes grupos para observar cómo la actividad física podría influir en su biología.
Los resultados sugieren que el ejercicio regular no solo ayuda a los pacientes con cáncer a sentirse mejor, sino que también puede cambiar la actividad genética tanto en el tumor como en el tejido adiposo circundante.
En concreto, el estudio halló lo siguiente:
En los tumores de los pacientes que realizaban ejercicio, los genes relacionados con la progresión del cáncer presentaban menor actividad. Los genes relacionados con la producción de energía también mostraban menor actividad, lo que podría indicar una disminución del tumor.
En el tejido adiposo, los genes implicados en el metabolismo estaban más activos, lo que sugiere que el ejercicio puede remodelar no solo el tumor, sino también otros tejidos cercanos.
Hacer estas cosas todos los días evitará que el cáncer se propague.
Lo sorprendente es que incluso la capa de grasa profunda junto al tumor puede verse afectada por el ejercicio, explica la Dra. Vicky Bandera, directora del estudio. No se trata solo de pérdida de peso; esto sugiere que el interior del cuerpo podría estar cambiando de maneras que harían que el cáncer fuera menos agresivo, según la Universidad de Utah Health.
La «agresividad» se refiere a la rapidez con que un tumor se forma, crece y se disemina. Los cánceres agresivos tienden a crecer y diseminarse rápidamente, pudiendo metastatizar antes de ser detectados.
Los autores del estudio esperan que en el futuro se realicen más investigaciones para comprender mejor los efectos directos del ejercicio sobre la expresión genética.
Ya sabemos que el ejercicio es beneficioso para los pacientes en muchos sentidos, desde mejorar la fatiga hasta aumentar la supervivencia, entre otros. Esta es una prueba más, esta vez directamente del tumor y el tejido circundante, afirma Bandera.
Fuente: https://thanhnien.vn/co-the-ngan-chan-ung-thu-di-can-bang-viec-don-gian-chi-21-phut-185250730081242746.htm






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