A nivel mundial , numerosos informes de la Federación Internacional de Diabetes (FID) y agencias de investigación epidemiológica indican un aumento significativo en la tasa de diagnóstico de diabetes tipo 2 en niños y adolescentes durante los últimos 20 años. En varios países desarrollados, los nuevos casos anuales se han multiplicado por mucho en comparación con la década de 1990. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han advertido que, de continuar esta tendencia, la diabetes se convertirá en una de las enfermedades crónicas más comunes entre los adolescentes en un futuro próximo.
En Asia, el ritmo de aumento es aún más rápido debido a las características físicas y los estilos de vida urbanizados. Los estudios demuestran que los niños asiáticos tienen un alto riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, incluso con un ligero aumento de peso, lo que aumenta la probabilidad de que la enfermedad se presente de forma temprana. El auge de las bebidas azucaradas y la comida rápida, sumado a la falta de actividad física de los niños y al exceso de tiempo frente a pantallas, ha creado una preocupante combinación de riesgos.
En Vietnam, el número de personas con diabetes aumenta constantemente cada año, y el grupo de edad afectado se está desplazando hacia personas más jóvenes. Varios centros de salud han reportado un aumento en el número de casos de diabetes entre niños y adolescentes, especialmente aquellos con diabetes tipo 2, en comparación con años anteriores. Además, la tasa de casos sin diagnosticar sigue siendo alta, lo que lleva a que muchos niños solo sean diagnosticados cuando ya se han desarrollado complicaciones como dislipidemia, hipertensión u obesidad en etapa III.
Las causas de esta "aparición a una edad más temprana" son diversas. El sedentarismo, el consumo excesivo de calorías y el hábito de consumir comida rápida y bebidas azucaradas embotelladas son factores principales. Los niños urbanos suelen tener menos tiempo para actividades al aire libre, mientras que el tiempo prolongado frente a pantallas provoca un aumento de peso descontrolado. Además, factores genéticos, el estrés escolar y los trastornos del sueño también contribuyen a la aparición temprana de la enfermedad.
La carga de la diabetes en los jóvenes es inmensa. Quienes reciben un diagnóstico temprano se enfrentan al riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, oculares, renales y neurológicas a una edad muy temprana, lo que afecta gravemente su calidad de vida y su productividad futura. El coste del tratamiento a lo largo de la vida también supone una presión considerable para las familias y el sistema sanitario.
Ante esta situación, los expertos recomiendan fortalecer la prevención temprana, especialmente en escuelas y familias. Crear un entorno nutricional saludable, minimizar el consumo de bebidas azucaradas y aumentar la actividad física infantil a al menos 60 minutos diarios son medidas fundamentales. Se deben implementar programas de detección regular para niños con sobrepeso u obesidad, o con antecedentes familiares de diabetes, para su detección temprana. Mientras tanto, a nivel nacional, la implementación de políticas para reducir el consumo de azúcar, desarrollar espacios públicos para la actividad física y promover cambios en el estilo de vida desempeña un papel crucial.
La creciente prevalencia de la diabetes entre los jóvenes no es solo un problema de salud, sino un problema comunitario. Si no actuamos hoy, muchas generaciones se enfrentarán a esta enfermedad crónica antes de llegar a la edad adulta. El esfuerzo conjunto de las familias, las escuelas, los profesionales sanitarios y la sociedad en su conjunto es fundamental para revertir esta alarmante tendencia y proteger nuestro propio futuro.
Fuente: https://soyte.camau.gov.vn/bai-khoa-hoc-chinh-tri-va-xa-hoi/dai-thao-duong-dang-tre-hoa-bao-dong-tu-loi-song-hien-dai-292283






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