sector empresarial multimillonario

Los pagos de rescate divulgados públicamente casi se duplicaron en 2023, superando la marca de los mil millones de dólares, lo que convierte al año pasado en un año récord para la extorsión por internet, según datos de la firma de investigación Chainalysis.

La cifra real es sin duda mucho mayor, ya que no todas las víctimas hacen públicos sus casos. Sin embargo, un dato alentador es que los pagos de rescate han disminuido a finales de año. Esto se debe a los esfuerzos por mejorar las capacidades de ciberdefensa, así como a una mayor concienciación entre las víctimas de que los hackers cumplen sus promesas de eliminar o devolver los datos robados.

Rescate récord

Si bien cada vez más víctimas de ransomware se niegan a pagar los rescates, las bandas de ciberdelincuentes han compensado este descenso aumentando el número de víctimas a las que atacan.

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Los ataques de malware se están convirtiendo en un problema para las empresas y los negocios.

Tomemos como ejemplo el ataque a MOVEit, donde el grupo de ransomware Clop explotó una serie de vulnerabilidades hasta entonces desconocidas en el software MOVEit Transfer, ampliamente utilizado, para robar datos de los sistemas de más de 2700 víctimas. Muchas organizaciones tuvieron que pagar rescates para evitar la publicación de datos confidenciales.

Chainalysis estima que el grupo Clop ha recaudado más de 100 millones de dólares en rescates, lo que representa casi la mitad del valor total de los casos de ransomware en el período comprendido entre junio y julio de 2023.

En septiembre, el gigante de casinos y entretenimiento Caesars pagó cerca de 15 millones de dólares para evitar que los hackers divulgaran datos de clientes. Cabe destacar que el ataque a Caesars en agosto no se reportó.

Pero MGM Resorts, un importante grupo hotelero, no se detuvo ahí y también tuvo que gastar más de 100 millones de dólares para recuperarse tras negarse a pagar el rescate. La negativa de MGM a pagar provocó la filtración en línea de datos confidenciales de clientes, incluyendo nombres, números de seguridad social y datos de pasaporte.

Mayor riesgo

Para muchas organizaciones como Caesars, pagar rescates es una opción más sencilla que afrontar una crisis de relaciones públicas. Pero a medida que las víctimas se niegan cada vez más a pagar, las bandas de ciberdelincuentes recurren a tácticas más extremas.

Por ejemplo, en diciembre del año pasado, unos hackers atacaron un hospital que trataba a pacientes con cáncer. O, de forma más sofisticada, el grupo de hackers Alphv (también conocido como BlackCat) utilizó la normativa estadounidense sobre divulgación de incidentes cibernéticos para extorsionar a MeridianLink, acusándola de no haberles notificado una grave filtración de datos de clientes e información operativa.

¿Prohibir o no prohibir los pagos de rescate?

Coveware, empresa especializada en casos de extorsión cibernética, evaluó que si Estados Unidos o cualquier otro país prohibiera el pago de rescates, las empresas casi con seguridad dejarían de denunciar los incidentes a las autoridades y se revertiría la cooperación entre las organizaciones de víctimas y las fuerzas del orden. Además, esta prohibición facilitaría el mercado de pagos de rescate ilegales.

Mientras tanto, algunos expertos del sector creen que prohibir a las empresas pagar a los hackers sería una solución a largo plazo, aunque a corto plazo podría provocar un aumento de los ataques de malware.

Allan Liska, analista de amenazas de Recorded Future, afirmó que mientras los pagos de rescate sigan siendo legales, esta práctica continuará. «Antes me oponía a la idea de prohibir los pagos de rescate, pero las cosas están cambiando», declaró Liska. «La extorsión está en aumento, no solo en cuanto al número de ataques, sino también en cuanto a su naturaleza y las bandas que los perpetran».

(Según TechCrunch)

En 2024 aparecerán muchos tipos nuevos de malware dirigidos a usuarios de teléfonos inteligentes . Se espera que en 2024 los usuarios de teléfonos inteligentes se enfrenten a más tipos nuevos de malware que pueden penetrar, explotar vulnerabilidades y tomar el control de los teléfonos, incluidos los dispositivos que ejecutan sistemas operativos Android e iOS.