Fotografía: Lockheed Martin.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió a las preguntas sobre el suministro de más misiles interceptores Patriot a Ucrania con una única y vaga palabra: "Tal vez".
Dado que Kiev necesita más apoyo para reforzar sus defensas, la respuesta de Trump ha planteado preguntas sobre el futuro de la ayuda militar estadounidense a Ucrania y sus implicaciones más amplias para la OTAN y la seguridad global.
El sistema de defensa aérea Patriot, desarrollado por Raytheon y utilizado por el ejército estadounidense desde la década de 1980, sigue siendo una de las plataformas más avanzadas para contrarrestar las amenazas aéreas.
En Ucrania, los misiles Patriot están operativos desde principios de 2023, suministrados por Estados Unidos, Alemania y los Países Bajos. Sin embargo, el elevado coste del misil PAC-3 MSE, estimado en unos 4 millones de dólares por misil, y la limitada capacidad de producción han puesto en peligro la capacidad de Ucrania para mantener sus defensas.
La ambigua respuesta de Trump a la cuestión de las transferencias de misiles Patriot llega en un momento crucial del conflicto entre Rusia y Ucrania. Las fuerzas rusas están intensificando las operaciones aéreas, y Ucrania ha solicitado urgentemente más aviones interceptores. Su vacilación refleja la compleja interacción de consideraciones estratégicas, diplomáticas y nacionales que podrían determinar la trayectoria del apoyo estadounidense a Kiev.
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Trump ha expresado previamente su escepticismo sobre la ayuda ilimitada, enfatizando que los aliados europeos deben asumir una mayor carga. Sus declaraciones del 25 de junio en la cumbre de la OTAN en La Haya, donde señaló que los misiles Patriot son "muy difíciles de obtener", subrayaron las diversas demandas de estos sistemas, especialmente considerando que Estados Unidos también los ha suministrado a Israel en conflictos recientes.
La decisión de proporcionar misiles adicionales implicó sopesar los riesgos de agotar las reservas estadounidenses frente al imperativo estratégico de apoyar a Ucrania. El ejército estadounidense mantiene un arsenal limitado de misiles PAC-3 MSE. Proporcionar misiles Patriot adicionales a Ucrania podría socavar la preparación de Estados Unidos ante otras incertidumbres globales, una preocupación que Trump ha planteado en las conversaciones sobre cómo equilibrar los compromisos con aliados como Israel y los socios de la OTAN.
La falta de apoyo podría socavar la capacidad de Ucrania para defender su flanco oriental y las defensas de la OTAN. Aliados europeos, como Alemania y los Países Bajos, se han comprometido a suministrar sistemas Patriot adicionales, pero sus contribuciones se ven limitadas por sus propios arsenales. La postura de Trump de no comprometerse podría reflejar un intento de presionar a los miembros de la OTAN para que aumenten el gasto en defensa, un tema recurrente en su política exterior, o para mantener su influencia en posibles negociaciones con Rusia.
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La respuesta de Trump también tuvo implicaciones más profundas, reflejando la ambigüedad deliberada característica de su enfoque de las relaciones internacionales. Al evitar compromisos firmes, mantuvo la flexibilidad, dejando a aliados y adversarios con la incertidumbre sobre sus intenciones.
Esta táctica no es nueva. Durante su primer mandato, Donald Trump empleó una ambigüedad similar al hablar de Corea del Norte, amenazando con "fuego y furia" y luego recurriendo a la diplomacia. Su decisión de 2019 de suspender las entregas del F-35 a Turquía porque este último país adquirió el sistema ruso S-400 también explotó la incertidumbre para presionar a Ankara, lo que en última instancia transformó la dinámica de la OTAN en la región.
La falta de claridad de Washington complica aún más la planificación estratégica de Ucrania, obligando a sus fuerzas armadas a redistribuir los aviones interceptores existentes y priorizar objetivos de alto valor como Kiev y Dnipropetrovsk. Para Rusia, la postura de Trump podría interpretarse como una señal de la vacilante determinación de Estados Unidos.
En el ámbito nacional, la respuesta de Trump se orienta a un colegio electoral dividido. Quienes apoyan la continuación de la ayuda a Ucrania, incluyendo a muchos republicanos en el Congreso, argumentan que reforzar a Kiev es necesario para contrarrestar a Rusia. Por el contrario, un sector favorece un enfoque aislacionista, priorizando los asuntos internos sobre los conflictos externos. Al mantenerse sin compromiso, Trump preserva su capital político de cara a las elecciones intermedias de 2026.
La distinción entre retórica y política es crucial. La respuesta de Trump, "quizás", quizá no haya impedido el lanzamiento de los misiles Patriot, pero sí moldeó la percepción en Kiev, Moscú y los países de la OTAN. Como señaló el presidente ucraniano Zelenski en su discurso del 25 de junio ante el Parlamento neerlandés, el daño psicológico causado por la incertidumbre afectó la moral de Ucrania y su capacidad para planificar su defensa a largo plazo. Ya sea con diplomacia deliberada o con vacilaciones, la ambigüedad de Donald Trump pone de relieve la fragilidad de la alianza transatlántica en un momento en que la unidad es primordial.
TD
Fuente: https://baothanhhoa.vn/dang-sau-quan-diem-cua-ong-trump-ve-cung-cap-ten-lua-patriot-cho-ukraine-253506.htm






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