PENSAMIENTO FRÍO VIEJO PERO NUEVO
Desde enlaces de regalos gratuitos hasta ofertas de afiliados en línea altamente remuneradas, trucos aparentemente viejos pero nuevos se disfrazan bajo un lenguaje amigable y una tecnología cada vez más sofisticada.
Las escuelas deben considerar la educación sobre seguridad digital como parte de las habilidades para la vida, como enseñar a los estudiantes a nadar en el mundo virtual.
FOTO: DAO NGOC THACH
Incidentes recientes muestran el alarmante nivel de información. Muchos estudiantes de secundaria fueron engañados para descargar solicitudes de becas y luego les robaron sus datos personales. Hubo casos de estudiantes que aceptaron trabajos de ingreso de datos para ganar dinero extra, transfiriendo depósitos y perdiéndolo todo. Muchos padres recibieron llamadas telefónicas de personas que se hicieron pasar por policías o maestros, pidiendo verificar la matrícula o la deuda bancaria de sus hijos. Cada clic, cada llamada, puede abrir la puerta a una pérdida real.
Según el antiguo Ministerio de Información y Comunicaciones (ahora Ministerio de Ciencia y Tecnología), el 73% de los usuarios vietnamitas han recibido mensajes o llamadas fraudulentas. En tan solo 9 meses de 2025, se registraron miles de estafas en línea, de las cuales casi el 40% fueron víctimas menores de 25 años. Según las estadísticas, los usuarios vietnamitas perdieron más de 12 millones de dólares debido al fraude en línea. Y la mayoría de las víctimas admitieron no creer que pudieran ser estafadas.
De hecho, estos ataques psicológicos se han estandarizado como una industria de fraude transnacional. Desde Singapur y Tailandia hasta Vietnam, los ciberdelincuentes comparten datos e identidades falsas. Incluso utilizan tecnología deepfake para crear vídeos falsos y hacer creer a las víctimas que están hablando con familiares reales. El periódico Straits Times advirtió en una ocasión sobre el secuestro virtual mediante llamadas a niños con voces falsas para exigir un rescate. Esta práctica está en auge en el sudeste asiático.
Los estudiantes de secundaria tienden a creer en historias llamativas y sin verificar. Mientras tanto, los padres son más propensos a creer en las llamadas de agencias gubernamentales. La subjetividad de ambas partes crea, sin querer, lagunas legales para los estafadores. En Singapur, la policía advirtió una vez que solo se necesitan 5 segundos para hacer clic en un enlace, pero que se tarda meses en recuperar una cuenta o el honor. En EE. UU., según el FBI, en 2024 hubo 860.000 denuncias de fraude cibernético, que causaron pérdidas de más de 16.600 millones de dólares. Esta es la cifra más alta de la historia.
LA EDUCACIÓN EN SEGURIDAD DIGITAL DEBE CONSIDERARSE COMO PARTE DE LAS HABILIDADES PARA LA VIDA
La solución no está en la tecnología, sino en la concienciación. Las escuelas deben considerar la educación en seguridad digital como parte de las habilidades para la vida, como enseñar a los estudiantes a nadar en el mundo virtual. No solo advertencias teóricas, sino también simulaciones de situaciones reales, como una oferta de trabajo falsa, un mensaje de préstamo o una llamada deepfake. Las experiencias reales de los estudiantes son las lecciones que más perduran.
Convención de Hanoi: Cooperación global para combatir la ciberdelincuencia
La Convención de Hanói, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 24 de diciembre de 2024, reviste una importancia especial. Con 9 capítulos y 71 artículos, sienta las bases para la cooperación global en la lucha contra la ciberdelincuencia, incluyendo la extradición, la recuperación de activos, el intercambio de datos y la asistencia técnica. El evento de firma tendrá lugar en Hanói los días 25 y 26 de octubre con la participación de casi 100 países y 100 organizaciones internacionales. Esta es la primera vez que una convención internacional lleva el nombre de una ciudad vietnamita, y también la primera vez que la ciberseguridad se vincula con los derechos humanos en el espacio digital.
La Convención de Hanói es un marco internacional, pero cada escuela y cada familia es la unidad mínima de implementación. Combatir el fraude no es responsabilidad exclusiva de la policía ni de la industria tecnológica, sino de toda la sociedad, desde enseñar a los niños a mantener la confidencialidad de su información personal hasta la vigilancia de los adultos para obtener enlaces ganadores.
Los padres también necesitan cambiar la forma en que educan a sus hijos, de la prohibición al diálogo. En lugar de regañarlos cuando son engañados, analicen la causa con ellos, guarden pruebas y denuncien a las autoridades.
Algunos países han avanzado considerablemente en la prevención del ciberfraude desde la escuela. En Corea, el Ministerio de Educación, en colaboración con el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia de Seguridad en Internet de Corea (KISA), ha desarrollado un programa de alfabetización digital para estudiantes a partir de tercer grado. En él, los niños aprenden a distinguir las noticias reales de las falsas, identificar enlaces maliciosos y verificar la fuente de fotos y videos antes de compartirlos. Los docentes reciben capacitación en técnicas de alerta temprana para guiar a los estudiantes a responder adecuadamente al encontrarse con contenido sospechoso en las redes sociales. En Seúl, muchas escuelas también realizan simulacros de práctica donde los estudiantes actúan como verificadores de datos al leer noticias, rastrear la fuente y luego debatir qué artículos son confiables y cuáles son "trampa".
En Francia, el programa EMI, introducido en el sistema educativo nacional en 2015, exige que todos los alumnos de primaria aprendan a verificar la información. Se les enseña a encontrar rastros técnicos de noticias falsas en direcciones web y nombres de dominio, a recortar imágenes y a practicar la capacidad de sospechar en los momentos adecuados. Las clases no enseñan a los alumnos a temer a internet, sino a vivir con seguridad, incluyendo cuándo detenerse, cuándo preguntar a un adulto y cuándo denunciar.
Muchos países europeos consideran ahora la alfabetización en seguridad digital como un indicador de competencia cívica. La Unión Europea incluso ha publicado un marco de alfabetización digital para ciudadanos, que enfatiza la verificación de datos como una habilidad fundamental para protegerse a sí mismo y a la comunidad del fraude, la manipulación y la desinformación.

En Vietnam, la educación en habilidades digitales todavía es espontánea y no se ha convertido todavía en un plan de estudios formal.
Foto: TN creada por AI
Estos modelos demuestran que la prevención del fraude no puede basarse únicamente en la tecnología o las sanciones, sino que debe comenzar con la educación, enseñando a los niños a ser escépticos, a preguntar y a verificar. Porque en la era 4.0, saber cuándo ser escéptico también es una forma de inteligencia de supervivencia.
En Vietnam, la educación en habilidades digitales aún es espontánea y no se ha convertido en un currículo formal. Algunas escuelas grandes de Ciudad Ho Chi Minh, Hanói y Da Nang han organizado seminarios sobre la prevención del fraude en línea, pero se trata principalmente de propaganda a corto plazo. Mientras tanto, la Ley de Educación de 2019 y el Programa General de Educación de 2018 abren la puerta a la integración de habilidades para la vida y la educación para la ciudadanía digital en asignaturas como tecnologías de la información, educación cívica o actividades experienciales.
Lo que falta es un marco unificado de competencias digitales cuando se necesita enseñar a los estudiantes a identificar noticias falsas, verificar información, proteger cuentas y comprender la privacidad de los datos personales según el Decreto 13/2023/ND-CP y la Ley de Protección de Datos Personales de 2025. Cuando los estudiantes sepan leer un enlace con atención, revisar las direcciones de correo electrónico y comprender los riesgos de compartir imágenes, las estafas sobre préstamos a través de Zalo o la obtención de becas dejarán de existir.

Los estudiantes de la escuela secundaria Bui Thi Xuan estaban entusiasmados con la charla del experto en seguridad cibernética Ngo Minh Hieu (Hieu PC).
FOTO: TAM NGUYEN
LA EDUCACIÓN EN SEGURIDAD DIGITAL DEBERÍA SER UN TEMA ANUAL OBLIGATORIO
El sector educativo puede implementar esto desde el principio, estableciendo la educación en seguridad digital como una asignatura anual obligatoria, similar a la prevención de incendios o la prevención de abusos. Los departamentos de educación locales pueden colaborar con el Ministerio de Seguridad Pública, el Ministerio de Ciencia y Tecnología y empresas tecnológicas para diseñar documentos breves y fáciles de entender, ilustrados con situaciones reales. Los alumnos de 5.º grado pueden aprender a verificar fotos, los de 9.º grado pueden aprender a establecer contraseñas seguras y los de 12.º grado pueden comprender los derechos sobre los datos personales antes de ingresar a la universidad.
Impartir habilidades digitales en las escuelas no solo sirve para prevenir el fraude, sino también para crear una cultura digital segura donde los jóvenes puedan participar con confianza en internet y sepan cómo protegerse. Cuando una generación de estudiantes vietnamitas crezca con la capacidad de verificar información, esta será el primer y más sólido escudo de la sociedad en la era cibernética.
Vietnam va por buen camino en la creación de una plataforma de alerta centralizada, animando a la comunidad a denunciar sitios web fraudulentos a través del proyecto Chongluadao.vn. Sin embargo, es necesario añadir mecanismos para proteger a los grupos vulnerables, a los menores y a los usuarios primerizos, como funciones de alerta ante transferencias irregulares de dinero o herramientas para bloquear automáticamente enlaces sospechosos. Solo cuando los sistemas bancarios, de telecomunicaciones y educativos compartan los datos de alerta se podrá crear un verdadero escudo digital.
El ciberespacio no tiene fronteras, pero cada usuario puede construir una frontera segura con conocimiento, habilidades y vigilancia. Cuando los estudiantes saben cómo rechazar invitaciones sospechosas, cuando los padres saben cómo verificar antes de transferir dinero, cuando las escuelas enseñan habilidades digitales junto con el conocimiento, es cuando la campaña "No estoy solo" se convierte en una acción real. Porque en la lucha contra el fraude, el arma más poderosa no es un cortafuegos, sino la inteligencia y la confianza depositadas en el lugar correcto.
Fuente: https://thanhnien.vn/de-hoc-sinh-khong-mot-minh-tren-mang-185251017215509349.htm
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