Aunque el vínculo entre los microplásticos y la demencia aún no está claramente establecido, los hallazgos resaltan la importancia de reducir la exposición a los microplásticos en la vida diaria, especialmente en el entorno de la cocina - Foto: AI
Científicos de la Universidad de Queensland (Australia) acaban de anunciar un descubrimiento sorprendente: un solo ciclo de lavado con utensilios de plástico puede liberar casi un millón de partículas microplásticas y nanoplásticas, con una masa total suficiente para acumular en el cuerpo humano unos 6 miligramos al año.
En particular, estas partículas microplásticas pueden atravesar la barrera hematoencefálica, entrar en el tejido cerebral y estar presentes en zonas importantes como el bulbo olfatorio, que procesa la información del olor y transmite señales al sistema nervioso central.
Descubrimos que los artículos de plástico, incluidos los que se usan específicamente en la cocina, al lavarlos en el lavavajillas liberan grandes cantidades de microplásticos en el agua. Estas partículas no solo se adhieren a otros artículos, sino que también ingresan al medio ambiente a través de las aguas residuales y luego reingresan a la cadena alimentaria humana, explicó el Dr. Elvis Okoffo, autor principal del estudio.
En la simulación experimental, el equipo de investigación utilizó 13 artículos plásticos domésticos comunes, como platos, cucharas, tazas, recipientes para alimentos, etc., y puso en funcionamiento el lavavajillas en modos estándar. Observaron que las altas temperaturas (hasta 70°C), combinadas con productos químicos de limpieza y movimiento mecánico, provocaban el desgaste de las superficies plásticas, liberando microplásticos al agua.
Aunque los microplásticos no han sido identificados como una causa directa de la enfermedad de Alzheimer o la demencia, evidencia reciente muestra que su presencia en los cerebros de los pacientes es mucho mayor que la de las personas normales.
En otro estudio, un equipo de investigación de la Universidad de São Paulo (Brasil) también descubrió microplásticos en los bulbos olfatorios y la mucosa nasal de 8/14 personas fallecidas. Esto refuerza la hipótesis de que respirar aire contaminado en espacios cerrados como las cocinas puede ser la principal vía de entrada de plástico al cerebro.
No sólo eso, los microplásticos y nanoplásticos con tamaños extremadamente pequeños (menos de 5 mm y 100 nanómetros) tienen la capacidad de penetrar las barreras biológicas y entrar en las células, afectando así el metabolismo y la actividad neurológica. Además de la demencia, los estudios han relacionado los microplásticos con: cáncer, enfermedades cardiovasculares, alteraciones endocrinas y reducción de la fertilidad.
Se estima que en Estados Unidos, en 2025, 7,2 millones de personas mayores de 65 años vivirán con la enfermedad de Alzheimer. Se prevé que para 2030, esta cifra podría aumentar a 9 millones y llegar a 12 millones de personas en 2040.
Aunque la cantidad de microplástico emitido en cada sesión de lavado de platos es muy pequeña en comparación con la fuente total de contaminación plástica, los expertos dicen que sigue siendo una señal de advertencia de los impactos silenciosos de las actividades diarias en la salud a largo plazo.
Cómo reducir el impacto de los microplásticos en la cocina
Para proteger su salud, los expertos recomiendan:
Limitar el uso de plástico en la cocina y el almacenamiento de alimentos; Prefiera materiales como vidrio, metal o cerámica.
Evite calentar alimentos en recipientes de plástico, especialmente en el microondas.
Utilice purificadores de aire y una buena ventilación en la cocina para reducir las concentraciones de microplásticos en el aire.
Limpie periódicamente las superficies y los electrodomésticos de la cocina para eliminar el polvo que contiene microplásticos.
Reducir el consumo de alimentos procesados y envasados en plástico.
Fuente: https://tuoitre.vn/dung-nau-bep-nhieu-co-the-lam-tang-nguy-co-sa-sut-tri-tue-20250527161519638.htm
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