El dilema económico : una estanflación leve
En teoría, la tarea del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y sus colegas en su reunión del 16 y 17 de septiembre es bastante clara: lidiar con una economía que está enviando señales mixtas.
La realidad, sin embargo, es mucho más compleja. La economía estadounidense se enfrenta a un dilema que los economistas describen como "estanflación leve", un escenario de pesadilla para cualquier banco central. La estanflación se define como una economía que enfrenta tres factores principales simultáneamente: alta inflación, crecimiento económico lento o nulo (estanflación) y alto desempleo.
Por un lado, hay indicios claros de que el mercado laboral, que ha sido un pilar fundamental de la economía estadounidense, está comenzando a desacelerarse. Esto presiona a la Reserva Federal para que actúe, concretamente para recortar los tipos de interés y así estimular la actividad económica, prevenir el riesgo de recesión y proteger el empleo.
La inflación, por otro lado, se mantiene obstinadamente alta, rondando por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Parte de la razón se debe a las subidas arancelarias de la administración Trump, que han ralentizado el crecimiento y elevado los precios de las materias primas.
Esta es la trampa económica perfecta. La única herramienta que tiene la Reserva Federal para apoyar el mercado laboral, que es bajar las tasas de interés, corre el riesgo de echar más leña al fuego inflacionario.
Powell se mueve sobre una cuerda floja: si se relaja demasiado, la inflación se disparará. Si se ajusta demasiado pronto, la economía podría entrar en recesión. El recorte de 0,25 puntos porcentuales, ampliamente esperado, se considera un paso intermedio, un intento de apaciguar a ambas partes sin complacer completamente a ninguna.

El comité de política de tasas de interés de la Reserva Federal se reúne el martes y miércoles, y se espera que se tome una decisión a las 14:00 h (hora del este) del miércoles. Esta decisión influirá no solo en la economía, sino también en el futuro de la propia Reserva Federal (Foto: Reuters).
La discordia interna alcanza niveles históricos
Si las matemáticas económicas ya son lo suficientemente desalentadoras, la situación dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) es aún más tensa. La Fed está profundamente dividida sobre el camino a seguir, y la reunión de esta semana podría registrar un nivel histórico de disenso público.
Un grupo, conocido como los "halcones", está preocupado por el riesgo de que la inflación se mantenga alta. Creen que recortar los tipos de interés ahora es demasiado pronto y podría provocar una inflación descontrolada. Quieren mantener los tipos de interés sin cambios para garantizar la estabilidad de precios.
Los moderados, por otro lado, se centran en las señales de debilidad del mercado laboral. Para ellos, el riesgo de recesión y pérdida de empleos es una amenaza mayor. Favorecen recortes más drásticos de los tipos de interés para evitar un colapso económico.
La polarización fue tan intensa que Matt Luzzetti, economista jefe del Deutsche Bank, dijo: "Esta puede ser la primera reunión desde 1988 en la que tres gobernadores votaron en contra, y también puede ser la primera vez desde septiembre de 2019 que hubo oposición de ambos lados".
Una votación dividida (algunos pidiendo un recorte más profundo y otros manteniéndose firmes) sería una señal altamente inusual de desunión y confusión dentro del organismo encargado de formular políticas, lo que haría casi imposible para el presidente Powell transmitir un mensaje claro y consistente a los mercados.
La independencia de la Reserva Federal se encuentra bajo una prueba sin precedentes
Como si los conflictos internos y los problemas económicos no fueran suficientes, la Fed también enfrenta un ataque directo y sistemático del poder ejecutivo, poniendo la independencia del banco central a una prueba histórica.
En el centro de esta crisis política giran dos figuras: la gobernadora Lisa Cook y el candidato Stephen Miran.
En primer lugar, el presidente Trump busca destituir a la gobernadora Lisa Cook, acusándola de mentir sobre los registros hipotecarios antes de unirse a la Reserva Federal. Esta es una medida sin precedentes que desafía el principio fundamental de que los gobernadores de la Reserva Federal están protegidos de la interferencia política, lo que les permite tomar decisiones basadas exclusivamente en datos económicos. El caso está pendiente ante un tribunal de apelaciones, y la decisión podría llegar justo antes de la reunión, lo que genera incertidumbre.
En segundo lugar, paralelamente a la destitución de un gobernador, la Casa Blanca está utilizando un proceso acelerado para que el Senado confirme a Stephen Miran, actual presidente del Consejo de Asesores Económicos de Trump y uno de los críticos más acérrimos de la Reserva Federal, para ocupar el puesto vacante en la Junta de Gobernadores. Si se aprueba a tiempo para el lunes, Miran podría jurar su cargo y participar en la reunión de política monetaria del 16 de septiembre.
Derek Tang, de LH Meyer, advierte sobre las consecuencias a largo plazo: "Cada vez más, la gente tenderá a ver a los gobernadores de la Reserva Federal a través del prisma político de quién los nombró, en lugar de verlos como tomadores de decisiones objetivos. Y eso será cada vez más difícil de evitar".
Politizar la Fed corre el riesgo de erosionar la confianza del mercado global, que se basa en la credibilidad e independencia de la institución.
La actuación de Powell
En medio de la agitación económica y política, todas las miradas estarán puestas en el presidente Jerome Powell en su conferencia de prensa tras el anuncio de la decisión sobre las tasas. Su forma de desenvolverse en la reunión, responder a las preguntas y transmitir su mensaje dará pistas sobre el rumbo de la Fed en los próximos meses.
Los expertos también están divididos sobre la estrategia de Powell:
Escenario de cautela: Antulio Bomfim, exasesor de Powell, cree que el presidente de la Fed será cauteloso. Probablemente intentará calmar las expectativas del mercado de un nuevo recorte en octubre, enfatizando que los riesgos de inflación siguen siendo altos y que el mercado laboral no se ha desplomado hasta el punto de requerir medidas urgentes.
En este escenario, el próximo recorte podría tener que esperar hasta diciembre. Bomfim también cree que la presión política externa podría, inadvertidamente, hacer que los miembros de la Fed se unan más para proteger a la institución.
Escenario proactivo: En contraste, Matt Luzzetti, de Deutsche Bank, predice que Powell anunciará tres recortes de tasas este año (septiembre, octubre y diciembre) para anticipar y prevenir un deterioro más pronunciado del mercado laboral. Esta es una estrategia de "seguro" para asegurar que la economía siga creciendo.
Vincent Reinhart, exfuncionario de la Reserva Federal, ofrece una perspectiva interesante: Powell podría optar por lo seguro con un pequeño recorte, permitiendo al mismo tiempo que los miembros disidentes expresen sus opiniones mediante un "diagrama de puntos", donde cada funcionario proyecta anónimamente la trayectoria de las tasas de interés futuras. Esta es una forma de mantener la apariencia de unidad en la decisión conjunta, sin dejar de reconocer las divisiones subyacentes.
La próxima semana de la Reserva Federal pasará a la historia, pero probablemente no por su decisión de recortar 0,25 puntos porcentuales porque el mercado lo esperaba.
Es una prueba del liderazgo de Jerome Powell, de la resiliencia de una institución independiente bajo ataque y de la capacidad del banco central más poderoso del mundo para dirigir la economía en uno de los períodos más complejos e inciertos de la historia reciente.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/fed-va-tuan-le-dinh-menh-20250914212812341.htm
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