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Según datos de la empresa alemana Statista, antes del nacimiento de la empresa estadounidense SpaceX en 2019, solo había 2300 satélites en órbita terrestre. Hasta la fecha, esta cifra ha alcanzado los 10 500 satélites, de los cuales 8100 siguen activos. Tan solo la red de telecomunicaciones Starlink de SpaceX cuenta actualmente con unos 4700 satélites en órbita.
Satélites para la red Starlink de SpaceX |
En un informe presentado a la Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. a finales de junio, la compañía del multimillonario Elon Musk afirmó haber tenido que realizar más de 50.000 maniobras para evitar colisiones desde el despliegue de la red Starlink en 2019, de las cuales más de la mitad se realizaron en un periodo de seis meses (del 1 de diciembre de 2022 al 1 de mayo de 2023). Esto demuestra que el riesgo de colisión entre satélites ha aumentado drásticamente, con un promedio de casi 140 riesgos de colisión al día. Según el profesor de Aeroespacial Hugh Lewis, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), el número de maniobras para evitar colisiones se ha multiplicado por diez en tan solo dos años. Se prevé que esta cifra alcance las 50.000 y las 100.000 en los próximos seis meses.
Mientras tanto, el número de satélites lanzados al espacio sigue aumentando. SpaceX planea lanzar hasta 12.000 satélites para la primera generación de Starlink. La segunda generación de Starlink podría contar con hasta 30.000 satélites. Amazon, con su proyecto Kuiper, y China, con su proyecto GW, planean lanzar numerosos satélites. Según expertos aeroespaciales, para finales de esta década, el número de objetos espaciales orbitando la Tierra podría alcanzar los 100.000.
SpaceX cuenta con un sistema de alerta de colisión que ordena automáticamente a los satélites que tomen medidas evasivas cuando la probabilidad de colisionar con otro objeto en su trayectoria supera un umbral de 1 entre 100.000. Este umbral se considera más estricto que el de 1 entre 10.000 utilizado por otras compañías espaciales. Sin embargo, los cálculos del sistema de alerta no son completamente precisos debido a la influencia de los cambios en el clima espacial, como las tormentas electromagnéticas, que pueden distorsionarlos. Además, cuantos más objetos haya en órbita, mayor será el riesgo de colisión.
Además de los satélites, actualmente existen numerosos fragmentos de escombros de diferentes tamaños en el espacio, y su número aumenta rápidamente, lo que dificulta aún más garantizar la seguridad de los satélites. Según el profesor Lewis, si no se implementan mejores medidas de gestión, la situación se volverá incontrolable. Según la Agencia Espacial Europea, actualmente hay 36.000 fragmentos de escombros de más de 10 cm y un millón de fragmentos pequeños (de más de 1 cm) volando a una velocidad de 28.000 km/h alrededor de la Tierra. A una velocidad tan terrible, cualquier colisión, incluso con el fragmento más pequeño, puede causar graves daños.
Ante esta perspectiva, se han desarrollado numerosas tecnologías para monitorear las trayectorias de vuelo de satélites y desechos, utilizando medios de radar, ópticos o electromagnéticos. Por ejemplo, la empresa estadounidense LeoLabs ha construido numerosas estaciones de radar capaces de detectar objetos de hasta 2 cm en órbita baja. Con esta tecnología, pueden predecir el riesgo de colisión con 7 días de antelación y, por lo tanto, tomar medidas para evitar accidentes.
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