Deje que el ventilador sople directamente sobre la persona.
Este es el hábito más común, pero también el más peligroso. Cuando el ventilador sopla directamente sobre el cuerpo, la piel y los músculos pierden agua rápidamente, lo que provoca sequedad, grietas e incluso espasmos musculares. Además, dejar que el ventilador sople directamente sobre el cuerpo también puede causar enfermedades respiratorias como dolor de garganta, rinitis, gripe, etc.
Utilice ventiladores en habitaciones cerradas
Al usar un ventilador en una habitación cerrada, el aire no circula, lo que provoca falta de oxígeno. Esto puede causar síntomas como dolor de cabeza, mareos, náuseas e incluso desmayos. El flujo de aire constante del ventilador puede causar sequedad ocular y fatiga visual, especialmente en niños.
Usar un ventilador en una habitación cerrada también facilita la proliferación de bacterias y moho, lo que afecta la salud, especialmente el sistema respiratorio. En una habitación cerrada, el ruido del ventilador resonará, aumentando su volumen y causando incomodidad, lo que afecta el sueño.
Muchos hábitos de uso de ventiladores están minando silenciosamente la salud de los usuarios. Foto: Daily Express
Encender el ventilador continuamente
Cuando el ventilador se enciende demasiado, el viento fuerte puede provocar una rápida pérdida de líquidos, lo que provoca sequedad en la piel, dolores de cabeza e incluso mareos. En una habitación cerrada, usar un ventilador con una velocidad de viento demasiado alta puede provocar que el aire circule solo en un rango pequeño, sin enfriar eficazmente toda la habitación.
Los fuertes vientos de los ventiladores pueden introducir polvo y bacterias en el cuerpo, causando irritación respiratoria y, como consecuencia, dolor de garganta, tos y otras enfermedades respiratorias. La exposición prolongada a fuertes vientos puede causar espasmos musculares, que a su vez provocan dolores musculares, especialmente en la zona del cuello y los hombros.
Usando un ventilador demasiado viejo
Con el tiempo, los componentes eléctricos del interior del ventilador como cables, motores, condensadores... pueden envejecer, perder electricidad o dañarse, generando riesgo de incendio, poniendo en peligro a los usuarios y a la propiedad.
Tras un tiempo de uso, la carcasa de plástico del ventilador puede agrietarse, dejando expuestas piezas internas como aspas, motores, etc., lo que facilita que los usuarios reciban descargas eléctricas si la tocan accidentalmente. Los ventiladores viejos suelen hacer ruidos fuertes debido al desgaste y la vibración de sus piezas internas, lo que afecta la audición y causa molestias a los usuarios.
No limpiar el ventilador regularmente
Los ventiladores son dispositivos que están constantemente expuestos al aire, acumulando fácilmente polvo, bacterias y moho. Al funcionar, estos agentes nocivos se dispersan en el aire, afectando el sistema respiratorio, especialmente en niños y ancianos, y causando fácilmente enfermedades como dolor de garganta, tos, alergias y asma.
El polvo en el ventilador puede causar irritación de la piel, dando lugar a enfermedades cutáneas como acné, dermatitis atópica... En algunos casos, el polvo en las aspas del ventilador y en el motor puede reducir la capacidad de refrigeración, provocando que el motor se sobrecargue, genere calor elevado y provoque riesgo de incendio y explosión.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/giat-minh-voi-nhung-thoi-quen-dung-quat-dang-bao-mon-suc-khoe-ban-moi-ngay-172240630161029988.htm
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