
Mucha gente cree que la idea de la tendencia "men men voice" surgió de un videoclip en el que una niña de una minoría étnica compartía sus dificultades mientras trabajaba en un polígono industrial de la ciudad, en idioma kinh y con una entonación peculiar. La niña confesó haber sido maltratada y que prefería quedarse en casa y "comer men men agrio".
El videoclip se convirtió rápidamente en tendencia en TikTok, pero lo que vale la pena reflexionar es la reacción del público: en lugar de simpatizar y compartir con una joven trabajadora que enfrenta la injusticia y la discriminación, se unieron para imitar su voz, añadiendo expresiones "tontas", exagerando la entonación y creando una serie de parodias humorísticas. De ahí surgió la tendencia de imitar voces de hombres.
En TikTok, Facebook, YouTube... hay miles de videoclips de "voz de hombres hombres", con todo tipo de "creación de contenido": desafío de habla de "voz de hombres hombres", cantar en "voz de hombres hombres", popularización de "voz de hombres hombres" elemental para principiantes, prueba de habla de "voz de hombres hombres" 9.0, enseñar a extranjeros a hablar "voz de hombres hombres"...
La mayoría de los participantes adoptaron la postura de la mayoría, riéndose de las diferencias sin darse cuenta de que contribuían a la creación de prejuicios. Esto no es un fenómeno local, sino evidencia de un mecanismo de poder lingüístico: la voz del grupo dominante se convierte en la norma, mientras que la voz de la minoría se convierte fácilmente en objeto de burla.

Este fenómeno no es nuevo si lo vemos en un contexto más amplio, desde comedias, dramas hasta productos de videoclips en Internet, muchas veces el público ha sido testigo de la imagen de minorías étnicas retratadas a través de un lenguaje torpe, vestimenta "inusual" y comportamiento "ingenuo".
Muchos creadores de contenido en redes sociales también siguen ese camino, convirtiendo las costumbres y el idioma en elementos para la risa. Un ejemplo típico que ha causado indignación pública es el caso del canal de YouTube A Hy TV, con numerosos sketches que se consideran difamatorios e insultantes para el honor y la dignidad de las minorías étnicas, y el Comité Étnico ha solicitado la intervención de la agencia gestora para gestionarlos. En esencia, estos productos no son solo "entretenimiento", sino actos de explotación de las expresiones culturales de grupos desfavorecidos a cambio de visitas.
La pronunciación de las minorías étnicas al hablar la lengua común es el resultado de un historial de contacto lingüístico, un sistema fonémico único, ritmos y tonos diferentes; es evidencia de bilingüismo, que demuestra la capacidad de adaptarse al idioma, no evidencia de una comprensión deficiente. Imitar acentos, distorsionar tonos o separar un sustantivo nativo (por ejemplo, "men men") de su significado original para convertirlo en un adjetivo despectivo es un proceso de transformación lingüística que busca menospreciar al sujeto. Desde una perspectiva más amplia, este comportamiento es una manifestación de discriminación basada en el acento, que genera sentimientos de discriminación y trauma psicológico en la persona imitada, haciéndole perder la confianza e incluso afectando sus oportunidades laborales y educativas .
Las consecuencias del ridículo no se limitan a los sentimientos personales. También existe el riesgo de perder la voz. Cuando la voz se percibe como una broma, el riesgo de muchos mensajes que las minorías étnicas quieren transmitir se ve fácilmente eclipsado por las risas de la multitud. Los oradores ya no son escuchados con seriedad, y los oyentes carecen del respeto necesario para considerarlos. A largo plazo, esto puede llevar a las generaciones más jóvenes de minorías étnicas a intentar ocultar su identidad lingüística, obligándose a hablar de forma estándar para evitar la discriminación. Por lo tanto, la diversidad lingüística corre el riesgo de desaparecer, cuando los tonos y ritmos característicos desaparecen gradualmente en el esfuerzo por integrarse mediante la asimilación.
A nivel social, la discriminación por acento profundiza la brecha entre "nosotros" y "ellos". La mayoría se siente segura riéndose de las diferencias, mientras que las minorías sienten una capa adicional de vergüenza. Peor aún, en la era de las redes sociales, un solo video de parodia puede volverse viral, acumulando millones de visualizaciones, más rápido que cualquier contraargumento o esfuerzo educativo. Estereotipos que parecían haber desaparecido reviven y se replican bajo la apariencia de entretenimiento inofensivo.
Entonces, ¿qué debemos hacer? En primer lugar, los creadores de contenido deben asumir responsabilidades sociales y culturales. Deben comprender que la risa no puede basarse en la denigración de los demás. Hay muchas maneras de hacer reír a la gente sin dejar de ser civilizados y humanos. Además, las agencias de gestión deben gestionar con firmeza los casos de aprovechamiento de las características culturales étnicas para difamar, menospreciar y burlarse. Al mismo tiempo, la prensa y los medios de comunicación deben difundir proactivamente historias positivas, afirmando el valor de la diversidad lingüística y cultural. Y lo más importante, es necesario crear oportunidades para que las minorías étnicas se expresen, cuenten sus historias con sus propias voces y sean escuchadas con respeto.
La voz no es solo un medio de comunicación, sino también un patrimonio vivo de una comunidad. Es portadora de historia, memoria, conocimiento y orgullo. Convertir esa voz en un hazmerreír no solo es un insulto al individuo, sino también a toda una cultura. Condenar el acto de burla no es una dureza excesiva, sino un paso necesario para construir una sociedad justa que respete la diversidad. Solo cuando un país sabe escuchar y valorar todas las voces puede ser verdaderamente rico en cultura y puede afirmar la civilidad en la forma en que las personas se comportan entre sí.
Fuente: https://baonghean.vn/gieu-nhai-giong-noi-thieu-so-tren-mang-xa-hoi-van-nan-van-hoa-10308708.html
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