Primer período de evaluación
El Acuerdo de París sobre el Cambio Climático (CC) se adoptó en la Conferencia COP 21 de 2015, centrándose en abordar de forma integral el contenido de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El objetivo es controlar el aumento de la temperatura media global a un nivel significativamente inferior al umbral de 2 grados Celsius para finales de siglo (en comparación con la era preindustrial); al mismo tiempo, instar a los países a intensificar sus esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a tan solo 1,5 grados Celsius.
El Acuerdo de París exige a las Partes que revisen periódicamente sus esfuerzos globales cada cinco años, comenzando en 2023, para informar y promover su implementación por cada Parte y a nivel mundial. Esta disposición busca garantizar que los países intensifiquen sus acciones para alcanzar sus objetivos y estén en vías de alcanzarlos.
El primer GST se publicará en la COP28, programada para el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de 2023 en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). El informe evaluará el progreso mundial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el desarrollo de la resiliencia y la obtención de financiación y apoyo climáticos para afrontar la crisis climática.
El GST 2023 se basa en más de 1.600 documentos de diversas fuentes y de consultas con científicos , gobiernos, ciudades, empresas, agricultores, pueblos indígenas, sociedad civil y otros.
Según el Informe de síntesis de septiembre de 2023, el GST ayudará al mundo a determinar qué tan lejos está de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, identificar áreas clave para una acción más decisiva y establecer una hoja de ruta para la transformación sistémica necesaria para reducir las emisiones, desarrollar resiliencia y proteger el futuro.
Al finalizar la COP28, los países deberían consensuar las conclusiones del GST, utilizando esta evaluación para promover acciones hacia el objetivo global de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C y abordar los impactos del cambio climático. Si se implementa eficazmente, el GST también puede servir de base para orientar las decisiones sobre políticas climáticas e inversiones de los Estados y los actores no estatales. La evaluación también ayuda a acelerar la transición hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
3 áreas de evaluación
En la COP24 en Polonia en 2018, los países acordaron que el GST evaluaría el progreso climático en tres áreas principales, entre ellas: mitigación, adaptación y herramientas de implementación.
En cuanto a la mitigación, el GST evalúa los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París e identifica oportunidades para reducir las emisiones. En cuanto a la adaptación, el GSST mide el progreso en la capacidad de los países para recuperarse y reducir la vulnerabilidad a los impactos climáticos.
En cuanto a los instrumentos de implementación, incluidos el financiamiento climático, la transferencia de tecnología y el desarrollo de capacidades, el GST evalúa el progreso en la alineación de los flujos financieros con los objetivos de reducción de emisiones y resiliencia climática, y brinda apoyo financiero a los países en desarrollo para responder.
Además, la evaluación global también aborda las pérdidas y los daños, lo que ayuda a evaluar las medidas y el apoyo necesarios para responder a los impactos del cambio climático. El GST también considera las consecuencias económicas y sociales imprevistas derivadas de las acciones y la implementación de los compromisos en el marco de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).
Cuestiones clave
El Informe de Síntesis, publicado en septiembre de 2023, resume las principales conclusiones del primer GST. En cuanto al progreso mundial en los objetivos climáticos desde el Acuerdo de París, se proyecta que la temperatura global aumentará entre 2,4 y 2,6 °C para finales de siglo, frente a los 3,7-4,8 °C previstos en 2010. Esto demuestra la necesidad de que el mundo siga implementando objetivos más ambiciosos y urgentes en todos los frentes para combatir la crisis climática.
El Informe de Síntesis también destaca la brecha de emisiones, señalando que las trayectorias actuales no se ajustan a los compromisos climáticos. Establece un nuevo camino a seguir, señalando que una transición energética sistemática conduciría a reducciones de emisiones más sostenibles. Los objetivos más urgentes ahora son eliminar gradualmente los combustibles fósiles, ampliar el uso de energías renovables y transformar gran parte de los sectores del transporte y la industria. Al mismo tiempo, reducir las emisiones de otros gases de efecto invernadero, como el metano; promover la conservación de la naturaleza, poner fin a la deforestación y desarrollar una agricultura sostenible.
Es importante destacar que la evaluación global sitúa a las personas en el centro de estas transiciones, destacando la importancia de la resiliencia a los impactos del cambio climático y la equidad inclusiva en la transición energética. Insta a fortalecer las herramientas para apoyar la adaptación y abordar la vulnerabilidad, en particular de las comunidades vulnerables. El informe señala que los planes, compromisos y apoyo actuales son inadecuados y están distribuidos de forma desigual.
Para abordar estas cuestiones, es importante reorientar la dirección de miles de millones de dólares de las finanzas globales y movilizar recursos hacia un futuro justo y sin emisiones de carbono.
Los enfoques transformacionales, equitativos y localmente pertinentes serán fundamentales para alcanzar estos objetivos ambiciosos y audaces, que apuntan a promover el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza.
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