La aplicación de la ciencia, la tecnología y el pensamiento verde abren el camino para la agricultura vietnamita

En el contexto de un cambio climático cada vez más severo, la disminución de los recursos naturales y las estrictas exigencias del mercado global, la agricultura vietnamita ya no es competitiva si depende únicamente de la mano de obra y los modelos de producción tradicionales. Un nuevo rumbo se perfila claramente: la combinación de ciencia y tecnología con pensamiento verde para mejorar la calidad, incrementar el valor de los productos agrícolas y abrir las puertas a la integración internacional.

En los últimos años, en muchas áreas de producción, la ciencia y la tecnología han comenzado a integrarse en cada etapa de la cadena agrícola . Desde la siembra, el cuidado de los cultivos, la cosecha, hasta la conservación y el procesamiento, la alta tecnología ayuda a reducir el desperdicio, aumentar la productividad y estabilizar la calidad. Los sistemas de riego por goteo y la fertilización cuantitativa controlada por sensores optimizan el uso de agua y nutrientes, reemplazando gradualmente el método de "juicio empírico", que puede inducir fácilmente errores. En invernaderos y casas de membrana, las variedades de plantas se propagan mediante cultivo de tejidos; las plantas crecen en condiciones controladas de plagas, humedad y luz, utilizando así menos pesticidas y cumpliendo con los requisitos de una producción segura y sostenible.

La aplicación de la ciencia, la tecnología y el pensamiento verde abren el camino para la agricultura vietnamita.

Junto con la tecnología, el pensamiento verde se está convirtiendo en un nuevo marco de referencia para los productores. Este pensamiento no se limita al uso de menos productos químicos, sino que también busca maximizar los recursos y reducir el impacto ambiental. Muchas localidades han aplicado el modelo de reutilización de subproductos, como la paja compostada para producir fertilizante orgánico, los posos de café como acondicionador de suelos y los residuos de procesamiento agrícola convertidos en materias primas para la industria ganadera o la producción de biomateriales. Al cerrar el ciclo, la agricultura ahorra en insumos y reduce la carga sobre el entorno vital, creando valor sostenible en lugar de beneficios a corto plazo.

Un cambio notable es la transición de la "venta en crudo" al "procesamiento profundo". Si antes, la mayoría de los productos agrícolas vietnamitas se exportaban solo en crudo, sujetos fácilmente a la presión de los precios y dependientes de la oportunidad del mercado, ahora muchas empresas han invertido en modernas líneas de procesamiento: liofilización para preservar nutrientes, extracción de aceites esenciales, producción de alimentos funcionales, creación de productos de alta calidad, prolongación del ciclo de vida de los productos agrícolas y expansión de los segmentos de consumo. Ya no existe el concepto de "buena cosecha a bajo precio", cuando los productos agrícolas solo tenían una forma de venderse frescos. Los agricultores y las empresas tienen más opciones: refinarlos, conservarlos a largo plazo o introducirlos en cadenas de distribución de calidad.

Esta transformación no solo se está produciendo a nivel empresarial, sino que también se extiende a las cooperativas y a las zonas de cultivo de especialidades locales. Las marcas agrícolas certificadas por OCOP, VietGAP y GlobalGAP demuestran que los modelos de producción modernos pueden comenzar a pequeña escala, siempre que exista visión y determinación. Los consumidores ya no compran productos solo por su bajo precio, sino que también se preocupan por la transparencia, la trazabilidad y los procesos de producción respetuosos con el medio ambiente. Esto es lo que motiva a los productores a cambiar su mentalidad, pasando de "cómo vender" a "cómo fabricar productos responsables con la salud y el ecosistema".

Junto con la ciencia y el pensamiento verde, está el papel de la gobernanza. La tecnología solo aporta valor cuando se implementa en un sistema sincronizado: infraestructura de datos agrícolas, estándares de calidad, vínculos en la cadena de valor desde los agricultores hasta las empresas y los mercados. Todos los modelos exitosos tienen algo en común: los agricultores reciben capacitación, las empresas invierten a largo plazo, el gobierno apoya las políticas y los científicos acompañan la transferencia. Esta coordinación ayuda a resolver el eterno problema de la agricultura vietnamita: la producción fragmentada, la falta de información y la dependencia de los comerciantes.

Los desafíos no han terminado. Adoptar una mentalidad ecológica y aplicar tecnología requiere inversión inicial, conocimiento y tiempo para cambiar los hábitos de producción de generaciones. Pero los beneficios ya son visibles: suelos más sanos, agua más limpia, menos riesgos para los agricultores y productos vietnamitas que ingresan al mercado mundial con mayor prestigio. Cuando la agricultura no solo se centre en la producción, sino también en la calidad, el valor añadido y la responsabilidad ecológica, la puerta a la competencia internacional se abrirá de par en par.

Aplicar la ciencia y la tecnología con pensamiento verde no es un eslogan, sino un camino práctico para que la agricultura entre en una nueva fase: más eficiente, más sostenible y digna de la posición de un país con una larga tradición de producción agrícola.

Centro de Comunicación de Ciencia y Tecnología

Fuente: https://mst.gov.vn/ung-dung-khoa-hoc-cong-nghe-va-tu-duy-xanh-mo-loi-cho-nong-nghiep-viet-nam-197251130154334041.htm