La vida era como una película en cámara lenta que pasaba por su mente. Desde una zona rural remota, siguió a su unidad para establecerse en esta soleada y ventosa región central. Su vida militar lo llevó a conocerla, una maestra que amaba criar niños. La boda y los niños nacieron uno tras otro en la pequeña casa que construyó la pareja. Por motivos de trabajo él viaja a todas partes y ella cuida sola a los niños. Después de casi 40 años de vivir juntos, rara vez tiene tiempo para sacar a su esposa e hijos a viajar . Retirándose temprano, quiso compensarla por los meses pasados, aunque fuera un poco, preparándole el desayuno como muchas veces ella lo preparaba para él. Cuando se jubiló, la pareja de ancianos iba a nadar por la mañana y jugaba bádminton por la tarde en el parque de la playa.
Luego descubrió que estaba enferma y que no le quedaba mucho tiempo. Un día a mediados de semana, falleció en paz rodeada de sus seres queridos. Perderla fue un shock para él. En un instante, ha pasado un año desde que se despidió de él. El año pasado ha sido difícil para él. La sensación de soledad y vacío regresó, pero la dedicatoria que escribió en el libro que amaba en vida, "Amor a la Vida" de Jack London, lo reconfortó: "Necesitamos darnos cuenta de que no podemos cambiar la realidad, aprender a aceptar y apreciar cada momento que tenemos. El amor está en ti y te acompañará".
Afuera, la noche estaba muy tranquila, sólo se escuchaba el sonido de las hojas cayendo en el porche.
LAM QUYEN
Fuente: https://baokhanhhoa.vn/xa-hoi/202503/ky-uc-ba74789/
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