Las manzanas son una excelente opción para quienes buscan mejorar su salud intestinal. Se pueden comer frescas, en jugo o añadir a ensaladas, yogur o cereales, según el New York Post (EE. UU.).
Emily Leeming, científica y nutricionista estadounidense, reveló que las manzanas son una fruta familiar y barata que puede aportar beneficios a la salud intestinal equivalentes a productos caros.

Las manzanas son una fuente rica de fibra, especialmente pectina.
Esto se debe a que las manzanas contienen 100 millones de bacterias beneficiosas, junto con fibra y especialmente fibras probióticas llamadas pectina y polifenoles, que ayudan a alimentar a las bacterias beneficiosas.
En concreto, las manzanas son una fuente rica de fibra, especialmente pectina. La fibra desempeña un papel importante en la promoción de la motilidad intestinal, facilitando la digestión y previniendo el estreñimiento.
La pectina que se encuentra en las manzanas también es un prebiótico, que ayuda a nutrir las bacterias beneficiosas en el intestino.
La fibra de las manzanas también ayuda a que los alimentos pasen por el intestino más rápido, lo que ayuda a reducir el riesgo de hinchazón, indigestión y reflujo ácido.
Las bacterias intestinales juegan un papel importante en muchas funciones corporales, desde la digestión hasta el estado de ánimo y la piel.
Emily Leeming afirma que no todo el mundo necesita probióticos. Si bien algunas personas pueden beneficiarse de ellos, como quienes padecen síndrome del intestino irritable (SII), para quienes tienen un intestino sano, los probióticos no son realmente necesarios.
Además de las manzanas, muchas frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras también proporcionarán a tu intestino las bacterias beneficiosas que necesita.
La Sra. Leeming advierte que algunos suplementos probióticos pueden causar efectos secundarios. Por ejemplo, el uso de antibióticos puede retrasar la recuperación de la flora intestinal.
En lugar de tomar suplementos probióticos, debería centrarse en una dieta saludable. Comer abundantes frutas, verduras y cereales integrales es la mejor manera de mejorar la salud intestinal.
El tipo de suelo también juega un papel importante en la diversidad microbiana de los alimentos. Un buen suelo favorece el crecimiento de frutas y verduras ricas en bacterias beneficiosas, especialmente las hortalizas de raíz.
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