La imagen es descrita como una munición de racimo que Rusia acusó a Ucrania de utilizar para atacar su territorio (Foto: Tass).
El gobernador de la región rusa de Kursk, Roman Starovoit, acusó hoy, 9 de noviembre, a un avión no tripulado ucraniano de lanzar municiones de racimo sobre una fábrica de la región.
También publicó una fotografía que muestra el lanzamiento de una bomba de racimo, que se sospecha es de fabricación occidental.
El ataque tuvo lugar en una planta de producción de mantequilla en la ciudad de Sudzha, a menos de 10 kilómetros de la frontera con Ucrania. El gobernador Starovoit dijo que un total de tres municiones de racimo fueron lanzadas en el lugar.
El ataque causó algunos daños pero ninguna víctima. Uno no explotó y está siendo neutralizado por el equipo de desactivación de bombas. En algunas de las fotografías que compartió se pueden observar pequeñas submuniciones en su interior y un fragmento con las letras SH en amarillo.
Ucrania no ha hecho comentarios sobre las acusaciones de Rusia.
Las municiones de racimo son armas que causan daños en un área amplia, lo que les permite atacar múltiples objetivos a la vez. Sin embargo, sus sub-viñetas también tienen una cierta tarifa "plana". Las balas fallidas pueden permanecer en áreas atacadas y poner en peligro a los civiles durante décadas.
(Gráfico: Guardian).
El uso de municiones en racimo ha sido prohibido a nivel mundial por más de 120 países, pero ni Rusia, Estados Unidos ni Ucrania han prohibido estas armas.
En julio, Estados Unidos anunció que enviaría municiones de racimo a Ucrania. Varios aliados, incluidos Alemania, Gran Bretaña y Canadá, se han opuesto a la medida de Washington debido a los riesgos que supone para los civiles.
Mientras tanto, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que se trataba de una decisión extremadamente difícil y que había sido cuidadosamente considerada y consultada con los aliados. Apoyó la decisión de suministrar bombas de racimo a Ucrania porque Kiev necesitaba más municiones para seguir repeliendo la campaña militar de Rusia.
Además, Estados Unidos afirmó que el suministro de bombas de racimo por parte de Washington a Kiev no tenía como objetivo armar a Ucrania para atacar territorio ruso, sino penetrar las defensas de Moscú en un contraataque.
Mientras tanto, el subsecretario de Defensa estadounidense, Colin Kahl, dijo que Kiev había dado a Washington un compromiso escrito de que "no utilizarán bombas de racimo en zonas urbanas pobladas y que mantendrán registros de dónde las utilizan. Esto simplificará los futuros esfuerzos de limpieza de minas".
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, advirtió que si Estados Unidos suministra bombas de racimo a Ucrania, el ejército ruso se verá obligado a utilizar armas proporcionales para responder a las fuerzas ucranianas. Según Shoigu, el ejército ruso ha preparado medidas para proteger a sus fuerzas de las bombas de racimo estadounidenses en Ucrania.
"Quisiera señalar que también contamos con municiones de racimo en nuestro inventario. Hasta ahora, por razones humanitarias, no las hemos utilizado. Sin embargo, podríamos reconsiderar esta decisión", declaró Shoigu en la Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú en agosto.
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