(NLDO) - Los resultados de las resonancias magnéticas funcionales realizadas a algunos voluntarios muestran el horror de los objetos encontrados en manos de las víctimas aztecas sacrificadas.
Un equipo de investigación dirigido por el neurocientífico Sascha Frühholz de la Universidad de Zúrich (Suiza) probó los efectos en el cerebro humano y la psicología de los famosos "silbatos de la muerte" de la civilización azteca.
Los aztecas fueron una antigua civilización que floreció en el centro de México desde el siglo XIV hasta el siglo XVI.
Partiendo de una pequeña tribu, los aztecas llevaron a cabo conquistas y luego construyeron un poderoso imperio con magníficas ciudades y una cultura rica y única.
Entre los artefactos encontrados en antiguas ciudades aztecas, los "silbatos de la muerte" destacan por su aterradora forma de calavera, así como por el escalofriante sonido que emiten.
Tres silbatos de muerte aztecas en la colección del Museo Etnográfico de Berlín - Alemania - Foto: MUSEO ETNOLÓGICO DE BERLÍN
Se han encontrado varias versiones de "silbatos de muerte" aztecas en tumbas aztecas que datan de 1250 a 1521. Eran portados por víctimas de sacrificios.
El Dr. Frühholz cree que el silbato pudo haber sido diseñado para simbolizar a Ehecatl, el dios azteca del viento.
Los autores reclutaron a 70 voluntarios para evaluar si la "sirena de la muerte" azteca era tan aterradora como cuenta la leyenda.
A los voluntarios se les reprodujeron varios sonidos aleatorios, incluido el sonido de un silbato azteca.
Restos de una víctima sacrificada con un silbato de la muerte en la mano - Foto: INAH México
Desconocían el origen del silbido, pero todos se sentían sumamente incómodos y asustados cuando sonaba. Un sonido que describían como espeluznante y que no se podía distinguir si era natural o artificial.
Treinta y dos de los voluntarios fueron sometidos a pruebas adicionales mediante escáneres cerebrales de resonancia magnética funcional (fMRI).
Los resultados mostraron que sus cerebros estaban confundidos, incapaces de clasificar el sonido de la "sirena de la muerte" como otros tipos de sonidos.
Los autores explican que un mecanismo natural permite a nuestro cerebro categorizar todos los sonidos que recibimos como información sensorial, antes de asignarles un valor determinado, como que nos gusten o que nos disgusten.
El silbato de la muerte azteca, sin embargo, crea una extraña mezcla de sonidos naturales y artificiales.
“Cuando algo no encaja en una categoría clara, la ambigüedad nos hace sentir incómodos”, explica el Dr. Frühholz.
En primer lugar, la sirena estimula la corteza auditiva inferior del lóbulo temporal, que es responsable de los sonidos desagradables como los gritos, el llanto de los bebés, etc. Esta estimulación dirige a otras regiones del cerebro para que continúen analizando más a fondo.
Esta inquietante sirena también estimula tanto la corteza frontal inferior, que se encarga de la categorización compleja de los sonidos, como la corteza frontal medial, una región implicada en el procesamiento asociativo.
Esta activación "aleatoria" da lugar a una serie compleja de procesos para comparar, contrastar, clasificar y, finalmente, colocarla en un grupo separado.
El cerebro lo percibe como una sirena o un disparo, y como algo muy parecido a sonidos humanos que expresan miedo, dolor, ira y tristeza.
En general, nos genera un caos de señales negativas.
El estudio, publicado en la revista Communications Psychology, también señala que la naturaleza del silbato sugiere que estaba destinado a cumplir propósitos rituales que requerían que infundiera miedo en los participantes en lugar de intimidar a los enemigos en la batalla.
Fuente: https://nld.com.vn/nghe-coi-bao-tu-tu-mo-nguoi-aztec-70-nguoi-co-trieu-chung-la-196241120111956345.htm






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