Por lo tanto, prevenir las intoxicaciones alimentarias requiere que tanto las personas como las empresas alimentarias tomen conciencia y adopten medidas específicas.
Para los consumidores
Elige alimentos de origen conocido. Compra en mercados, supermercados o tiendas que cumplan con las normas de higiene y seguridad alimentaria. Revisa las etiquetas, las fechas de caducidad y las condiciones de almacenamiento. Evita bajo cualquier circunstancia comprar productos flotantes de origen desconocido, especialmente carne, mariscos, leche, dulces y alimentos funcionales sin certificación.
Consérvese correctamente en el refrigerador. Los alimentos frescos y cocinados deben mantenerse separados y en recipientes herméticos. Mantenga la temperatura del refrigerador a unos 5 °C y la del congelador a unos -18 °C. No reutilice los alimentos que hayan estado a temperatura ambiente durante más de dos horas, especialmente en climas cálidos y húmedos, ni los que presenten signos de deterioro como cambios en el sabor, presencia de moho o baba.
Consuma alimentos cocinados, beba agua hervida y lávese las manos antes de comer. Este es el principio básico de las "tres limpiezas" y sigue siendo la protección más eficaz. Los utensilios de cocina deben limpiarse con regularidad para evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocinados.
Cuidado con los alimentos "inusualmente baratos" o "muy atractivos". La comida callejera y la comida rápida con procesos de elaboración desconocidos presentan un alto riesgo de contaminación con Salmonella, E. coli, Staphylococcus aureus...
Es fundamental la detección y el tratamiento tempranos de una posible intoxicación. Los síntomas comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. No se automedique con antidiarreicos ni antibióticos. Acuda rápidamente al centro médico más cercano para recibir tratamiento oportuno e informe sobre la procedencia del alimento ingerido.

Los síntomas comunes de intoxicación alimentaria incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre.
Ilustración: IA
Para establecimientos de producción, procesamiento y comercialización de alimentos
Cumplir estrictamente con las normas de seguridad alimentaria
Poseer un certificado de higiene y seguridad alimentaria, realizar controles de salud periódicos y capacitar a los empleados. Realizar pruebas a las materias primas, especialmente a los alimentos perecederos como carne, huevos, leche y verduras frescas.
Aplicando el principio de las "5 claves de oro" de la OMS
Mantén la higiene. Separa los alimentos crudos de los cocinados. Cocina bien los alimentos. Mantén los alimentos a temperaturas seguras. Usa agua e ingredientes seguros.
Desarrollar un proceso de trazabilidad alimentaria y almacenamiento de muestras
Conservar muestras de cada ración colectiva durante al menos 24 horas para su análisis en caso necesario. Mantener un registro de ingredientes, procesamiento y distribución conforme a la normativa.
Control estricto de la cadena de suministro
No se deben importar mercancías flotantes de origen desconocido. Se dará prioridad a los productos certificados por VietGAP, HACCP o ISO 22000.
estrecha coordinación con las autoridades sanitarias
Informe de inmediato si detecta alguna posible intoxicación alimentaria. Coopere activamente en las inspecciones, el control y la trazabilidad.
Las intoxicaciones alimentarias se pueden prevenir por completo si se controla rigurosamente cada paso de la cadena alimentaria, desde la granja hasta la mesa. Para proteger la salud pública, es fundamental que cada ciudadano sea un consumidor informado y que cada empresa productora y comercial priorice la ética profesional.
El cumplimiento de las normativas no solo evita consecuencias negativas para los usuarios, sino que también genera confianza, una base sostenible para las marcas y las comunidades.
Fuente: https://thanhnien.vn/goc-blouse-ngo-doc-thuc-pham-khong-chi-la-su-co-ngau-nhien-185251111171729528.htm






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