Este cambio es la respuesta de Apple a la presión de la Comisión Europea (CE) para utilizar un cargador USB-C común y reducir la cantidad de residuos electrónicos. Sin embargo, antes de lograr este objetivo, Apple deberá enfrentarse a otro problema del que la experiencia de sus predecesores puede servirles de lección.
El iPhone solo cambió a USB-C tras la presión de la CE
El desafío de los residuos electrónicos
Los desechos electrónicos son una de las corrientes de residuos de más rápido crecimiento a nivel mundial, derivada de la vida útil más corta de los dispositivos electrónicos, las opciones de reparación limitadas y la creciente demanda de los consumidores de los últimos productos de alta tecnología.
En los 11 años transcurridos desde la aparición de Lightning en el iPhone 5 en 2012, se han creado y distribuido una gran cantidad de cables Lightning a los usuarios. Más de mil millones de iPhones y iPads en el mundo cuentan con puertos Lightning, por lo que cambiar a la carga USB-C hará que tu colección de cables Lightning sea prácticamente inútil.
Como resultado, la discontinuación de los cables Lightning en los iPhone probablemente creará un aumento en los desechos electrónicos, ya que los usuarios de iPhone desecharán sus viejos cables Lightning, convirtiéndolos en desechos electrónicos.
Una gran cantidad de cables Lightning abandonados creará un gran desafío para el medio ambiente.
En algunos países, los programas de reciclaje buscan brindar a hogares y pequeñas empresas acceso gratuito a servicios de recolección y reciclaje patrocinados por la industria. Sin embargo, en Vietnam, el problema de los residuos electrónicos está creciendo, pero aún es poco conocido, lo que hace que la mayoría de los cables de carga viejos, como los USB-C, terminen en lugares donde no deberían estar.
Por su parte, aunque siempre ha considerado las cuestiones medioambientales como un lema en sus actividades actuales, Apple no ha tomado medidas claras para gestionar los cables de carga Lightning obsoletos. Esto impide que la compañía los reutilice y tenga que explotar más materiales para producir nuevos productos.
Necesidad de combinar fluidamente innovación y sostenibilidad
Aunque Apple ha cambiado recientemente a USB-C para el iPhone, el ecosistema USB-C lleva mucho tiempo presente. Muchos fabricantes lo han adoptado como estándar para la mayoría de sus dispositivos. Samsung, por ejemplo, empezó a ofrecer sus primeros dispositivos USB-C en 2018 con el Galaxy Note 7, cuando el USB-C aún no estaba muy extendido.
Esto es parte de un paso que Samsung ha preparado cuidadosamente durante los últimos 30 años en su compromiso con la responsabilidad ambiental, asegurando prácticas comerciales ecológicas para lograr una vida mejor y más sustentable.
El Galaxy S23 Ultra tiene hasta 12 componentes fabricados con materiales reciclados
Samsung ha cumplido este compromiso en los productos que ha lanzado a lo largo de los años. En particular, en 2023, el Galaxy S23 Ultra no solo se fabrica con base en el compromiso ambiental de Samsung, sino que también convierte a la compañía coreana en una marca pionera en una nueva era de innovación vinculada al desarrollo sostenible.
Samsung ha utilizado más materiales reciclados en el Galaxy S23 Ultra que en cualquier smartphone Galaxy anterior, incluyendo un diseño de empaque hecho con papel 100 % reciclado. Además, el número de componentes reciclados en el Galaxy S23 Ultra ha aumentado a 12, frente a los 6 del Galaxy S22 Ultra. Gracias a todos estos esfuerzos, los productos de la serie Galaxy S23 pueden durar mucho tiempo con alta durabilidad y facilidad de reparación, lo que los hace confiables durante años. Este compromiso contribuye a garantizar un ecosistema más sostenible en el futuro.
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