En 2014, Japón aprobó una ley de secretos nacionales que incluye una jerarquía de poderes de seguridad, pero relacionados principalmente con la defensa, la diplomacia, la contrainteligencia y el contraterrorismo, no con la tecnología de doble uso civil- militar .
Esto impide que empresas y expertos japoneses participen en foros internacionales o proyectos de investigación en campos de seguridad de vanguardia. La falta de acceso a la seguridad garantizado por el gobierno también impide que Japón coopere más estrechamente con el grupo de inteligencia Cinco Ojos, según Sanae Takaichi, ministra de seguridad económica .
Según la nueva propuesta, el gobierno japonés presentará el proyecto de ley en 2024 tras conversaciones con expertos empresariales y legales. Se dice que el país está considerando modelos de Estados Unidos y Europa. El nuevo sistema se dividirá en dos o tres niveles, lo que permitirá a las empresas acceder a información confidencial compartida entre Japón y otros países, así como participar en programas de contratación pública de gobiernos extranjeros. Las personas y organizaciones que deseen disfrutar de este acceso seguro deberán aprobar previamente una verificación de antecedentes y tener la capacidad de controlar la información.
La Sra. Takaichi afirmó que las empresas japonesas corren el riesgo de perder oportunidades de negocio debido a la falta de acceso a la seguridad, a medida que crecen las áreas que involucran tecnología sensible con posibles aplicaciones militares. Sin embargo, también afirmó que el acceso debería limitarse a la información que el gobierno realmente necesita proteger, como tecnología crítica, vínculos con sanciones económicas, ciberamenazas o proyectos gubernamentales conjuntos.
Revelando la 'conferencia secreta' donde se reunieron los líderes de inteligencia mundial a lo largo de los años
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