Según una nueva investigación publicada en la prestigiosa revista científica Nature Communications, consumir refrescos que contengan azúcar blanco puede alterar el ADN de las bacterias intestinales, afectando negativamente al sistema inmunológico del organismo.
Científicos del Instituto Tecnológico de Israel (Technion) advierten que el azúcar blanco, especialmente en los refrescos, puede alterar la función inmunitaria y la composición genética de las bacterias simbióticas del tracto digestivo. Sin embargo, la buena noticia es que estos efectos son reversibles si se suspende el consumo de azúcar.
El equipo de investigación realizó estudios en ratones y en un entorno de laboratorio. Determinaron la relación entre el consumo de carbohidratos (especialmente azúcar blanco) y los cambios en el ADN y las funciones inmunomoduladoras de Bacteroides thetaiotaomicron (B. theta), una cepa bacteriana intestinal que desempeña un papel importante en la protección de la mucosa intestinal y la prevención de la inflamación.
Según el equipo de investigación, el microbioma intestinal (una colección diversa de bacterias que viven en el tracto digestivo) juega un papel clave en la salud humana, especialmente en el desarrollo y la regulación del sistema inmunológico.
Sin embargo, no solo la composición bacteriana, sino también la función inmunitaria de cada cepa bacteriana es muy diferente, e incluso puede ser opuesta (potenciando o inhibiendo la respuesta inflamatoria). Por lo tanto, es fundamental estudiar a fondo la función de cada cepa bacteriana en diferentes condiciones nutricionales.
Mediante análisis, los científicos descubrieron que el consumo de azúcar blanco (presente en refrescos no dietéticos y té/café dulce) provocaba "inversiones de ADN" en la bacteria B. theta. Como resultado, la bacteria alteró su capacidad para regular la inmunidad, aumentó los marcadores inflamatorios, alteró el número de linfocitos T, afectó la secreción de citocinas y afectó la permeabilidad intestinal.
Cabe destacar que, al administrar agua azucarada a ratones, se produjeron rápidamente cambios en el ADN bacteriano, lo que provocó una respuesta inmunitaria adversa. Al dejar de consumir azúcar blanco, el ADN bacteriano volvió a su estado original y el sistema inmunitario se recuperó gradualmente. Esto abre la posibilidad de personalizar las dietas en función de las respuestas de las bacterias intestinales, con el objetivo de mejorar la salud y la inmunidad individuales.
Fuente: https://baohaiphong.vn/nuoc-ngot-co-duong-trang-gay-viem-lam-bien-doi-gene-vi-khuon-duong-ruot-520407.html






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