Dos libros de dos escritores de Yoko
Un Ogawa Yoko (Yang Zi). Y un Tawada Yoko (Yip Zi).
Ambas escritoras han publicado numerosas obras en Vietnam. Este primer paso ofrece a los lectores una idea de las características básicas de sus carreras literarias.
En términos de edad, ambos tienen algunos años de diferencia (Tawada nació en 1960 y Ogawa en 1962).
Los dos escritores comenzaron sus carreras literarias casi al mismo tiempo, alrededor de 1987-1988.
Dos escritores de Yoko
Tawada Yoko vive actualmente en Alemania y compone tanto en alemán como en japonés.
Sus obras publicadas en Vietnam muestran a una escritora que se centra en explotar situaciones paradójicas y preguntas sobre la identidad y la ontología.
A finales de 2024, se publicó en Vietnam el cuento "El Perro" (traducido por Nguyen Thi Ai Tien, Editorial Mujeres). Tawada se inspiró en el tema del matrimonio entre personas y animales, que aparece en los cuentos populares.
Tawada lleva a los lectores a los suburbios de Tokio, a caballo entre la realidad y la ficción, en la inusual relación entre un maestro y un hombre misterioso que, aunque humano en apariencia, vive como un perro.
Si has leído "La Posada Iris" o "El Diario del Embarazo de Yoko Ogawa", verás que no se queda atrás a la hora de explorar relaciones extrañas. El talento de Ogawa se demuestra en su capacidad para crear una atmósfera tensa a pesar de su narrativa desenfadada, incluso en situaciones estresantes.
Las dos obras, Dog Boy y Pregnancy Diary, ayudaron respectivamente a Tawada y Ogawa a ganar el prestigioso Premio Akutagawa de Japón, un reconocimiento nacional al talento.
A nivel internacional, ambas obras han sido traducidas a numerosos idiomas. La traducción de Tawada de El Emisario ganó el Premio Nacional del Libro de EE. UU. en 2018. En cuanto a Ogawa, su traducción de Cristalización Silenciosa, La Policía de la Memoria, fue preseleccionada para el Premio Booker Internacional de 2020.
Tanto Hien Dang Su como Ket Tinh Tam Lang transcurren en un mundo postapocalíptico, donde los humanos se enfrentan a una existencia precaria. El futuro es ambiguo y escapa al control humano.
En el mundo de Hien Dang Su, casi solo hay ancianos y niños. La longevidad se ha vuelto tan natural que los personajes de la historia creen que no vale la pena celebrarla. La tasa de mortalidad infantil es muy alta. Es un mundo carente de vitalidad porque los brotes originales y vibrantes de la vida mueren pronto.
A pesar de sus elementos fantásticos, Hien Dang Su refleja en cierta medida el envejecimiento de la población en Japón, así como en muchos otros países asiáticos. Los niños de Hien Dang Su, aunque frágiles, asumen la responsabilidad de ser la luz de una humanidad oscura y aislada, tras perder su paraíso.
Alzar la voz contra el olvido
Si Hien Dang Su retrata un mundo de desesperación ante el futuro, Ket Tinh Tam Lang construye un mundo de personas rotas con el pasado.
Ogawa Yoko publicó Cristalización Silenciosa en Japón en 1994. En 2019, esta obra se tradujo al inglés. En 2025, se tradujo y publicó en Vietnam (traducida por Uyen Thiem, Nha Nam y Hanoi Publishing House).
El espacio en esta novela también es un espacio aislado. Una isla desolada es como una imagen en miniatura de la Tierra del Sol Naciente. Aquí todo desaparece gradualmente. Tan pequeño como una cinta. Tan loco como una pierna izquierda. No es solo la desaparición física, sino también los conceptos, los recuerdos... relacionados con esa cosa.
El protagonista de la obra es un escritor que presencia cómo todo a su alrededor desaparece gradualmente. O podríamos decir que las cosas y los recuerdos se van arrebatando a los habitantes de la isla y, en algún momento, ellos también desaparecerán.
Tiene el color de una fábula moderna, pero la desaparición que sugiere Ogawa es una realidad inevitable.
En la historia de la civilización, la humanidad ha presenciado cuántas lenguas han desaparecido, cuántas ciudades y bibliotecas han sido destruidas por la guerra. A ello se suma la desaparición de la memoria humana de una lengua, una historia, una cultura.
El hecho de que el protagonista de Cristal Silencioso decidiera escribir una historia de amor en medio de una época en la que la humanidad se veía amenazada una vez más confirma la fuerte vitalidad del ser humano. El amor resiste al olvido. El amor es más fuerte que la muerte.
Cuando "La mano que escribe la historia, los ojos que derraman lágrimas, las mejillas que dejan rodar las lágrimas desaparecen una a una, lo último que queda es la voz. La gente pierde todo lo que tiene líneas. Solo queda la voz, flotando sin un lugar al que aferrarse".
Mientras haya una voz, aunque sea un murmullo como el sonido de las olas rompiendo contra las rocas de la orilla, la gente no caerá en la desesperación. Al final, por muy trágico que sea el mundo que pintan escritores como Tawada u Ogawa, en las profundidades de esa oscuridad aún hay espacio para aferrarse a la esperanza.
El Cristal Silencioso se está adaptando al cine con el guion de Charlie Kaufman. Kaufman es el guionista de Cómo ser John Malkovich, la adaptación de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.
También escribió y dirigió las películas Anomalisa (codirigida con Duke Johnson) y I'm Thinking of Ending Things.
Huyen Trong Khang
Fuente: https://tuoitre.vn/ogawa-yoko-va-tawada-yoko-van-chuong-cua-niem-hy-vong-20250608100346771.htm
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