
Estos diminutos hígados, llamados organoides hepáticos, miden aproximadamente 0,5 mm cada uno y funcionan de manera similar a los hígados de los bebés recién nacidos. El equipo espera que estos hígados organoides puedan utilizarse para tratar pacientes con enfermedad hepática terminal.
Para crear estos órganos, el equipo -incluido el profesor Takanori Takebe de la Facultad de Medicina de la Universidad de Osaka- decidió utilizar bilirrubina (una sustancia que se produce cuando los glóbulos rojos se descomponen) y vitamina C porque ambas sustancias controlan la función hepática. Cuando las células iPS y estas dos sustancias se colocan en un recipiente en determinadas condiciones y se cultivan, se forma tejido hepático con una estructura compleja de aproximadamente 0,5 mm.
En experimentos con ratones con insuficiencia hepática grave, más del 50% de los ratones trasplantados con miles de tejidos hepáticos organoides seguían vivos después de 30 días, una tasa de supervivencia mucho mayor que la de menos del 30% en los ratones que no recibieron el mismo tratamiento. El equipo espera que la tecnología para producir hígados organoides pueda aplicarse para desarrollar dispositivos hepáticos artificiales, como los que se utilizan para diálisis para reemplazar la función hepática.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/phat-trien-gan-thu-nho-tu-te-bao-goc-da-nang-cam-ung-post791318.html
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