La nueva perspectiva es crear una institución abierta, flexible e interconectada, donde la inversión pública desempeñe un papel protagónico, impulsando la socialización. En este contexto, el papel del profesorado se percibe con mayor claridad: son tanto el factor directo en la creación de conocimiento como el puente que lleva las principales orientaciones políticas a la práctica formativa, preparando al país para una nueva generación de ciudadanos con conocimientos, habilidades y aspiraciones para contribuir.
El Secretario General To Lam y excelentes estudiantes. Foto: Ministerio de Educación y Formación |
El conocimiento: la base para crear el futuro
La profesión docente es, ante todo, una profesión de conocimiento. El profesorado universitario es considerado un "almacén vivo de conocimiento": enseña, investiga, transfiere tecnología y ofrece orientación académica al alumnado. Los títulos y las cualificaciones profesionales son necesarios, pero nunca suficientes. El conocimiento del profesorado no se limita a los libros, sino que debe estar siempre actualizado y vinculado a la realidad social, a la ciencia y la tecnología, que cambian a diario.
Un profesor de automoción no puede ignorar el desarrollo de los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial ni las baterías de hidrógeno. Un profesor de economía debe comprender e incorporar nuevas tendencias como el comercio electrónico, la economía digital y la transformación verde en sus clases. Y un profesor de medicina tendrá dificultades para completar sus tareas si no comprende los avances de la biotecnología o los productos farmacéuticos de nueva generación.
Este conocimiento requiere humildad, curiosidad y un espíritu de aprendizaje permanente. Un verdadero maestro debe «aprender antes de enseñar, aprender enseñando», para que cada hora de clase no se limite a impartir conocimientos, sino también a compartir experiencias, guiando a los estudiantes hacia el mundo académico abierto.
Habilidades: la clave para convertir el conocimiento en valor
Un conocimiento profundo no tendrá pleno valor sin habilidades pedagógicas. Las habilidades de un profesor no solo consisten en impartir clases magistrales, sino también en inspirar, escuchar, gestionar el aula, realizar investigación científica y adaptarse al cambio.
Una clase monótona puede cansar fácilmente a los estudiantes. Sin embargo, si el mismo contenido se transmite con un lenguaje familiar, vinculado a situaciones de la vida real, combinado con métodos de enseñanza interactivos y aplicaciones tecnológicas, el conocimiento se volverá vívido, fácil de recordar y quedará profundamente grabado en el alumno.
Estudiantes de farmacia durante una sesión práctica. Foto cortesía. |
En la era digital, los docentes también deben dominar las plataformas en línea, el software de simulación y las herramientas de inteligencia artificial, y saber cómo motivar a los estudiantes a participar activamente. Fuera del aula, las habilidades para conectar con empresas, implementar temas de investigación y ampliar la cooperación internacional también son requisitos indispensables. Los docentes actuales no solo enseñan teoría, sino que también deben acercar a los estudiantes al entorno profesional real, convirtiéndose en un puente entre lo académico y la vida real.
El valor duradero de la profesión
Jóvenes estudiantes y profesores de la Universidad Nacional de Ciudad Ho Chi Minh durante el horario de investigación científica. Foto: nhandan.vn |
Si el conocimiento y las habilidades son la columna vertebral de la profesión docente, entonces el corazón es el alma. Un profesor puede ser bueno en su materia, pero si carece de empatía, escucha y dedicación hacia los estudiantes, será difícil inspirar confianza y despertar sus aspiraciones.
Un profesor universitario es un comunicador, un compañero, un asesor y, a veces, incluso un segundo padre o madre. Comparte con los estudiantes sus inquietudes profesionales, los apoya cuando tropiezan y los guía en las encrucijadas de la vida. Esta es la relación profesor-alumno que ni el tiempo ni la tecnología pueden reemplazar. Ese corazón también está vinculado a la responsabilidad social: estricto pero humano en la evaluación; con principios pero no distante; impartiendo conocimientos y alimentando sueños. Estas son las cualidades que crean el valor duradero de la profesión.
El papel social de la profesión docente
Muchas universidades están implementando soluciones para atraer a buenos profesores y así mejorar la calidad de la formación y la integración internacional. Foto: nhandan.vn |
En el contexto de la integración y la innovación educativa, la profesión docente se enfrenta a numerosos retos, con una carga de trabajo cada vez mayor: docencia, investigación, publicaciones internacionales, participación en proyectos, innovación metodológica, etc. Además, la nueva generación de estudiantes es más dinámica, más práctica, pero también se distrae fácilmente con la tecnología, lo que requiere que los profesores innoven constantemente y se mantengan al día con la psicología de los alumnos.
Muchos profesores jóvenes se enfrentan a dificultades económicas y a la presión de la competencia profesional. Pero es en estos desafíos donde se fomenta el amor por la profesión y el sentido de la responsabilidad, demostrando la valía de los docentes dedicados.
La profesión docente no se limita al aula; son quienes participan directamente en la formación de recursos humanos de alta calidad, factor decisivo para el desarrollo del país. Una generación de estudiantes maduros, creativos y socialmente responsables, que incluye los logros silenciosos de sus horas de docencia.
Además, los docentes son el puente entre el conocimiento académico y la vida comunitaria. La investigación científica, las innovaciones tecnológicas, las soluciones socioeconómicas, etc., que realizan no solo contribuyen al desarrollo académico, sino que también contribuyen directamente al desarrollo nacional. En la era de la globalización, los docentes también representan la imagen de la educación vietnamita en el ámbito internacional, mediante programas de cooperación, intercambios académicos y la docencia para estudiantes extranjeros.
Un verdadero maestro es quien sabe equilibrar estos tres elementos, para que cada hora de clase no sea solo una lección, sino también un viaje para sembrar la fe, inspirar sueños y nutrir la personalidad de las jóvenes generaciones. La sociedad puede cambiar, la tecnología puede desarrollarse, pero los valores fundamentales de la profesión docente —conocimiento, habilidades y corazón— perdurarán para siempre.
Tu Huu Cong
Fuente: https://baodongnai.com.vn/xa-hoi/202509/thach-thuc-va-ban-linh-nguoi-giang-vien-trong-thoi-dai-moi-a7c189c/
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