Los bosques cubren aproximadamente el 31% de la superficie terrestre mundial y son hábitats vitales para millones de especies. Sin embargo, en 2023, cada minuto, el mundo perdió una superficie de bosque primario equivalente a 10 campos de fútbol.
Un informe publicado recientemente por investigadores del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la Universidad de Maryland (EE. UU.) muestra que, si bien la lucha contra la deforestación en la Amazonía ha logrado avances alentadores, el sistema global de bosque primario aún se encuentra en un estado alarmante. En 2023, se perdieron alrededor de 3,7 millones de hectáreas de bosque tropical primario, un área casi tan grande como Bután.
Los investigadores se centraron en los bosques tropicales debido a su singular vulnerabilidad a la deforestación y su capacidad para almacenar CO2, y consideraron diferentes causas de destrucción, como la agricultura, la tala y los incendios. Además de absorber grandes cantidades de CO2, los bosques tropicales protegen el suelo, albergan la mayoría de las especies vegetales y animales del mundo y filtran el aire y el agua. La deforestación y la degradación son actualmente responsables de alrededor del 10 % de las emisiones globales de CO2, con graves consecuencias para la salud humana. Según el Informe sobre el Estado de la Organización Mundial de los Bosques (SOFO), con sede en Roma, se estima que 289 millones de hectáreas de bosque serán destruidas entre 2016 y 2050 solo en los trópicos, lo que supondrá la emisión de 169 000 millones de toneladas de CO2.
El año pasado, Brasil registró una disminución del 36% en la pérdida de bosque primario en comparación con 2022. Esta significativa disminución fue más evidente en la Amazonia, considerada el "pulmón verde" de la Tierra, ya que proporciona alrededor del 20% del oxígeno y absorbe 26.000 toneladas de contaminantes atmosféricos cada año. Las cifras se registraron durante el primer año de la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se comprometió a proteger la Amazonia y restaurar las medidas de protección forestal. Mientras tanto, en Colombia, la tasa de pérdida de bosque primario ha disminuido aproximadamente un 50% en un año.
Sin embargo, estos avances se han visto eclipsados por la deforestación en otras regiones. Bolivia perdió una cantidad récord de bosques por tercer año consecutivo, en parte debido a la conversión de tierras al cultivo de soja. La agricultura también es un importante factor de deforestación en Nicaragua. La República Democrática del Congo, donde se encuentra la enorme cuenca del Congo, que absorbe más CO2 del que emite, perdió más de 500.000 hectáreas de bosque primario por segundo año consecutivo. Los incendios forestales también han causado daños masivos, reduciendo la cobertura arbórea, especialmente en Canadá, donde se han registrado incendios sin precedentes.
Si bien la deforestación en Brasil y Colombia ha disminuido significativamente, la pérdida de bosques tropicales en otras partes ha aumentado, afirmó Mikaela Weisse, directora de Global Forest Watch del WRI. Este es el segundo año con datos anuales completos sobre deforestación desde la 26.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), cuando más de 140 países acordaron detener y revertir la deforestación para 2030. Sin embargo, la pérdida superó en casi 2 millones de hectáreas la necesaria para alcanzar ese objetivo.
SUR
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