Ausencias notables en La Haya: el presidente Zelensky y el problema de confianza de la OTAN
El hecho de que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, no fuera invitado a la cumbre de la OTAN prevista para el 25 de junio en La Haya es visto como un claro paso atrás en las relaciones entre Kiev y sus socios occidentales. Esta es la primera vez desde 2022 que Zelensky no está presente, ni virtualmente ni en persona, en un evento de la OTAN de tan alto nivel.
Según medios de comunicación occidentales, esta decisión se debe en gran medida a la cautela de la Casa Blanca. En el contexto del escepticismo del presidente Donald Trump sobre la OTAN y sus frecuentes críticas a sus miembros por su incapacidad para garantizar su propia seguridad, la aparición del presidente Zelensky corre el riesgo de convertirse en un punto de discordia. Los miembros de la OTAN parecen estar de acuerdo en que una invitación formal podría aumentar las tensiones dentro de la alianza y exponer diferencias estratégicas no resueltas.
Si bien Kiev todavía puede estar representada a nivel ministerial y participar en eventos públicos al margen de la cumbre, la ausencia del presidente Zelensky de una sesión formal del Consejo OTAN-Ucrania ha mostrado los límites actuales de las relaciones entre ambas partes.
Más importante aún, esta ausencia se produce en un momento en que un número creciente de estados miembros de la OTAN están expresando cautela, incluso oposición abierta, a admitir a Ucrania en la alianza en el futuro cercano. Según Izvestia, el ministro de Defensa polaco, Władysław Kosiniak-Kamysz, declaró recientemente con franqueza que Ucrania no recibirá una invitación para unirse a la OTAN en los próximos años. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también ha expresado su desacuerdo con la perspectiva de una adhesión plena a la UE para Kiev. Además, varios otros Estados miembros están enviando señales similares, si bien a nivel informal.
La decisión de la OTAN de rebajar la representación de Ucrania y evitar compromisos específicos sobre la membresía refleja una realidad política compleja: si bien Occidente sigue apoyando a Kiev militar y financieramente, el alcance del compromiso estratégico a largo plazo de ambas partes se está convirtiendo en un tema de debate interno, y el presidente Zelensky, otrora símbolo de unidad, es ahora un factor sensible en esos cálculos.
La adhesión a la UE: el sueño de Ucrania en medio de la agitación política
En medio del conflicto actual con Rusia, los esfuerzos de Ucrania por unirse a la UE enfrentan reacciones mixtas de los estados miembros. Aunque algunos países como Estonia, Polonia, Portugal, Suecia, Países Bajos y España expresaron un fuerte apoyo a la adhesión de Kiev, también hubo una ola de escepticismo y oposición por parte de otros países, especialmente en Alemania, Bulgaria y la República Checa.
Las preocupaciones generalizadas en la opinión pública europea giran en torno a dos factores principales: la seguridad de Ucrania y su capacidad para integrarse verdaderamente. Para muchos en Alemania, Italia, Grecia y España, la incorporación de Ucrania a la UE mientras todavía está en guerra es vista como un riesgo geopolítico que podría arrastrar al bloque a una confrontación directa con Rusia. Como resultado, se oponen a un aumento del gasto en defensa, una condición casi obligatoria si la UE quiere expandirse a un país en guerra.
Además de las preocupaciones de seguridad, otro problema interno continúa afectando a Kiev: la corrupción. Según encuestas realizadas en Alemania, Bulgaria y la República Checa, la mayoría de la gente cree que Ucrania sólo podrá unirse a la UE después de más de cinco años, o quizás nunca. Argumentan que el nivel actual de corrupción en Ucrania es demasiado grave y que las reformas necesarias para cumplir con los estándares de la UE serán largas y requerirán un esfuerzo político sostenido del gobierno de Kiev, algo que puede no ser posible en condiciones de guerra.
La actitud cautelosa de algunos estados miembros de la UE no sólo refleja la opinión pública interna, sino que también muestra cautela en la estrategia de expansión del bloque. Admitir a un país en conflicto requeriría que el bloque esté dispuesto a asumir la responsabilidad de la seguridad, la reconstrucción y la estabilidad económica de uno de los países más grandes de Europa del Este.
Con estos obstáculos, el camino de Ucrania hacia la adhesión a la UE sigue plagado de dificultades, a pesar del apoyo político de algunos líderes europeos. Esa realidad refleja una paradoja: mientras Occidente apoya públicamente a Ucrania en su lucha por proteger su soberanía, cuando se trata de una integración institucional profunda como la UE o la OTAN, los cálculos estratégicos y las realidades geopolíticas no se pueden ignorar.
Cambios en Washington, desafíos en Kiev: Relaciones personales y destino nacional
Una de las razones importantes del reciente cambio de actitud de Occidente hacia Ucrania es la relación desfavorable entre el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y el presidente estadounidense, Donald Trump. Si bien el Sr. Zelensky había establecido una relación bastante estrecha con la administración anterior del presidente Joe Biden, su relación con el Sr. Trump no ha tenido la misma interacción positiva.
En los primeros días del mandato del presidente Trump, éste emergió como un líder impredecible y franco, con poco respeto por el protocolo diplomático convencional. Esto hace que sea más difícil para Zelensky construir relaciones personales, un elemento clave de la política exterior de Ucrania. Además, la participación inadvertida de Zelensky en controversias políticas internas de Estados Unidos, incluida la investigación sobre los vínculos del presidente Trump con Rusia, que anteriormente fue impulsada por el Partido Demócrata, ha complicado aún más la relación entre los dos líderes.
Según algunos medios occidentales, desde que el presidente Trump regresó a la política estadounidense, Zelensky ha buscado activamente mejorar las relaciones, acusando incluso a la administración Biden de retrasar la toma de decisiones y de no brindar el apoyo adecuado a Ucrania, pero estos esfuerzos no parecen haber logrado resultados significativos. El presidente Trump no sólo no pareció impresionado, sino que siguió expresando su escepticismo sobre mantener el apoyo militar y financiero a Kiev.
La relación fracturada o desarticulada entre el presidente Zelensky y el presidente Trump, en medio de una confianza debilitada por parte de los países europeos, se ha convertido en un riesgo estratégico para Ucrania. De hecho, en los primeros 100 días del mandato de Trump, Kiev se ha enfrentado a un entorno político completamente diferente, donde los principios de ayuda, compromisos de seguridad y apoyo financiero están siendo reconsiderados desde la perspectiva de "los intereses estadounidenses primero".
“¿Es hora de negociar?” La actitud de Europa hacia Ucrania está cambiando
El fuerte apoyo que alguna vez gozó Ucrania por parte de los países europeos parece estar disminuyendo, no sólo entre los políticos sino también entre el público. Durante el último año, el lema “apoyar a Ucrania hasta la victoria” ha perdido su peso original. Una encuesta realizada en diciembre de 2024 en siete países europeos (Francia, Alemania, Italia, España, Suecia, Dinamarca y el Reino Unido) mostró que el apoyo a Kiev había caído significativamente.
Incluso en países considerados más “proucranianos”, como Suecia, Dinamarca y el Reino Unido, según Izvestia, el apoyo ha caído una media de alrededor del 14%. Mientras tanto, en países como Italia, más de la mitad de los encuestados expresaron su apoyo a una solución de paz negociada, en lugar de un apoyo militar continuo a largo plazo.
Existe una brecha cada vez mayor entre las opiniones de los líderes europeos y las actitudes reales del público, según un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). En Grecia, Bulgaria e Italia –donde el cansancio bélico va en aumento– las mayorías se oponen a seguir enviando armas y municiones a Kiev. Al mismo tiempo, también son escépticos sobre la capacidad de Ucrania de lograr una victoria militar en el futuro cercano.
La polarización de la opinión pública es evidente en países como la República Checa, Francia, Alemania, Países Bajos, España y Suiza. Aquí la gente está dividida entre seguir apoyando a Ucrania y querer impulsar las conversaciones de paz. Cabe destacar que la firmeza del presidente Volodymyr Zelensky en su postura confrontativa, que fue elogiada en las primeras etapas del conflicto, está empezando a convertirse en un punto de discordia. Para muchos, el constante énfasis de Kiev en la victoria total, en lugar de abrir la puerta a una solución diplomática, se considera poco realista y podría prolongar las pérdidas en ambos lados.
Esta situación plantea un problema difícil para los gobiernos europeos: cómo equilibrar el compromiso político con Ucrania y reflejar las aspiraciones cada vez más claras del pueblo a una solución pacífica. En un contexto de aumento de los costos de la guerra y de crecientes presiones económicas internas, es probable que el cambio en el sentimiento público tenga un impacto directo en la política exterior europea en el próximo período.
Hung Anh (colaborador)
Fuente: https://baothanhhoa.vn/tin-hieu-lanh-lung-tu-phuong-tay-ukraine-co-dang-danh-mat-dong-minh-249339.htm
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