Los astronautas estadounidenses Butch Wilmore y Suni Williams se están recuperando después de regresar a la Tierra en marzo de 2025, poniendo fin a una misión de prueba de la nave espacial Starliner de Boeing que se extendió inesperadamente a nueve meses debido a un problema técnico.
La misión estaba inicialmente programada para durar solo ocho días, pero problemas técnicos impidieron que la nave espacial realizara el viaje de regreso previsto. Sin embargo, un rescate de nueve meses permitió que los dos astronautas regresaran sanos y salvos a la Tierra a principios de este año.
Tras su regreso, los astronautas Wilmore y Williams se sometieron a 45 días de fisioterapia para recuperar el tono muscular, el equilibrio y las funciones básicas de la vida diaria. Cada día, pasaban al menos dos horas con especialistas en rehabilitación del equipo médico de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Además, ambos se están acostumbrando poco a poco a la creciente carga de trabajo en el marco del programa Starliner de Boeing, el operador de la Estación Espacial Internacional (ISS) de la NASA en Houston y sus equipos de investigación afiliados.
En declaraciones a la prensa, el astronauta Wilmore comentó que la gravedad fue un gran obstáculo en las primeras etapas del tratamiento. Sin embargo, gracias al tiempo y al tratamiento adecuado, superó los síntomas de los trastornos vestibulares.
Mientras tanto, la astronauta Williams dijo que tenía dificultad para despertarse por la mañana, fatiga persistente e incluso agotamiento, efectos posteriores al espacio que hicieron que el proceso de recuperación fuera más desafiante.
El Sr. Wilmore también reveló que antes del vuelo sufría de dolor de cuello y espalda tan intenso que no podía girar la cabeza por completo. Sin embargo, la ingravidez del espacio le ayudó a aliviar el dolor. Desafortunadamente, estos síntomas reaparecieron poco después de su regreso a la Tierra.
Según los expertos, el cuerpo humano, que evolucionó durante millones de años bajo la gravedad de la Tierra, no está "diseñado" para adaptarse al entorno espacial.
La ingravidez puede provocar muchos cambios fisiológicos como atrofia muscular, cambios en la circulación sanguínea y muchos otros problemas de salud.
Además, vivir en un espacio confinado, la exposición a altas radiaciones y la falta de protección atmosférica también afectan en gran medida la salud de los astronautas.
Un incidente que dejó a dos astronautas varados en la ISS obligó a la NASA a devolver la nave espacial Starliner a la Tierra sin piloto.
En este contexto, Boeing -el desarrollador de Starliner- se enfrenta a una gran presión, especialmente porque la NASA considera la posibilidad de exigir un vuelo de prueba no tripulado adicional antes de autorizar las próximas misiones humanas.
Boeing ha gastado más de 2.000 millones de dólares en el programa Starliner, incluidos 410 millones para un vuelo de prueba no tripulado en 2022, después de un fracaso inicial en 2019.
La NASA dijo que los resultados de las pruebas técnicas de Starliner este verano determinarán si la nave espacial está calificada para continuar su misión de transporte humano.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/tinh-hinh-suc-khoe-cua-2-phi-hanh-gia-mac-ket-9-thang-tren-vu-tru-post1041473.vnp
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