A medida que los vehículos eléctricos (VE) se generalizan en el sector del transporte, las estaciones de carga se están convirtiendo en algo más que una simple infraestructura; también son un negocio lucrativo. Desde el norte de Europa hasta Asia, los países están experimentando con diferentes modelos para optimizar las ganancias, la experiencia del usuario y la eficiencia energética.
Aprovechar las políticas y la tecnología
Uno de los principales impulsores del modelo de estaciones de carga es el sólido apoyo gubernamental . En Europa, el reglamento AFIR exige a los países de la UE instalar estaciones de carga rápida de 150 kW cada 60 km en la red de autopistas TEN-T para 2025. Esto crea un mercado claro para la inversión empresarial.
Frank Mühlon, presidente de la división de movilidad eléctrica de ABB, comentó: Si queremos alcanzar la meta de 290 millones de puntos de carga a nivel mundial para 2040, el mundo necesita más de 500 000 millones de dólares en inversión público-privada. Y lo más importante, deben existir normas técnicas claras y coordinación entre gobiernos y empresas.
En Europa, los Países Bajos destacan por su enfoque de planificación integrada. La densidad de estaciones de carga públicas es la más alta de la región, gracias al diseño innovador de cargadores instalados en farolas, aparcamientos públicos y otros espacios urbanos. Este enfoque no solo ahorra espacio, sino que también reduce los costes de implementación y aumenta la comodidad para los usuarios.
Noruega es un excelente ejemplo de cómo ha logrado combinar incentivos fiscales, subsidios al consumidor y una red nacional de estaciones de carga. Gracias a su energía hidroeléctrica, el país nórdico ha alcanzado una tasa de ventas de autos nuevos de más del 80%, una cifra que supera con creces la de muchos países desarrollados.
China ha demostrado su fortaleza en escala y velocidad. Con más del 65% de las estaciones de carga públicas del mundo, el país ha invertido fuertemente en el intercambio de baterías, optimizando al mismo tiempo la vida útil y la eficiencia operativa. Programas nacionales como PM E-DRIVE han sentado las bases para una rápida expansión de los vehículos eléctricos en un entorno con un fuerte apoyo gubernamental.
En China, se espera que el número de estaciones de carga rápida aumente de 1,2 millones a 1,6 millones solo para 2024. El coste de los equipos también se ha reducido un 20 % en los últimos dos años, lo que los hace más accesibles para las empresas.
Giovanni Palazzo, CEO de Electrify America, compartió: “El mercado de estaciones de carga estará fragmentado a corto plazo, pero se consolidará y profesionalizará en los próximos años”.
En EE. UU., el liderazgo en infraestructura de carga ha estado en gran medida en manos del sector privado, con empresas como Tesla y Electrify America a la cabeza. Si bien el gobierno ha invertido cerca de 5 mil millones de dólares en la expansión de la red de carga a través del programa NEVI, el progreso ha sido lento. Se están promoviendo colaboraciones público-privadas con la esperanza de crear un ecosistema sostenible a largo plazo.
El problema de los costos, la infraestructura y los hábitos de consumo
A pesar de su potencial, el modelo de estaciones de carga aún enfrenta muchas barreras. En primer lugar, el alto costo de inversión. Las estaciones de carga ultrarrápida (350 kW) pueden requerir actualizaciones de transformadores y cableado, cuyo costo oscila entre $5,000 y $30,000 por punto de carga. Incluso en EE. UU., muchas zonas rurales carecen de suficiente red eléctrica para implementar estaciones de carga rápida. En las etapas iniciales, el comportamiento del consumidor aún no está claro, por lo que las empresas necesitan probar diferentes modelos para encontrar la estrategia adecuada.
Otro desafío importante es la accesibilidad y la experiencia del usuario. Muchos nuevos usuarios de vehículos eléctricos aún tienen dificultades para encontrar estaciones de carga adecuadas debido a la fragmentación de aplicaciones, métodos de pago e interfaces de usuario. Tener que descargar varias aplicaciones, registrarse en cuentas individuales o usar etiquetas RFID inconsistentes hace que la experiencia de carga sea compleja y poco intuitiva.
Según el informe de Roland Berger , El comportamiento de los usuarios de vehículos eléctricos es impredecible, especialmente en las primeras etapas de la transición. Los usuarios pueden cambiar sus hábitos de viaje, tiempos y lugares de carga según las circunstancias, lo que dificulta la construcción de un modelo de negocio estable. Esto exige que los operadores experimenten continuamente, analicen datos de comportamiento y adapten sus estrategias con flexibilidad.
Con altos costos de inversión inicial, largos periodos de amortización y un uso inestable, la implementación de estaciones de carga requiere paciencia y una visión a largo plazo. El experto Giovanni Palazzo afirmó: Un lugar puede tener un gran potencial, pero si no hay red eléctrica, no se puede implementar. Los mayores desafíos son el acceso a terrenos, el apoyo de las autoridades locales y la contratación de personal cualificado.
No existe un modelo estándar
La experiencia de China, donde ya hay más de un millón de puntos de carga públicos, demuestra que la colaboración coordinada entre el gobierno, las empresas y el sector del transporte es vital.
No existe un modelo estándar global para las estaciones de carga. Cada país debe adaptarse a sus características geográficas, el comportamiento de los usuarios y la infraestructura eléctrica. Sin embargo, un sistema de estaciones de carga exitoso debe cumplir condiciones comunes, como políticas claras a largo plazo; tecnología de carga rápida; integración de energías renovables y un modelo de negocio que combine otros servicios básicos (supermercados, publicidad, restauración, alojamiento, etc.).
Fuente: https://baolangson.vn/tram-sac-xe-dien-cuoc-choi-ty-usd-dinh-doat-thanh-bai-cua-viec-chuyen-doi-xanh-5054429.html
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