(Periódico Quang Ngai ) - En una tarde de otoño, la suave luz amarilla del sol entra por la ventana, tiñendo la pequeña habitación de cálidos colores. Minh se sienta tranquilamente en su escritorio, acariciando con las manos la invitación de boda que acaba de recibir esta mañana. Un sentimiento indescriptible lo embarga. La invitación es de Mai, su mejor amiga, la persona que una vez creyó que estaría con él el resto de su vida.
Minh se recostó en su silla, con la mirada perdida en el techo. Los recuerdos de Mai eran como un viejo rollo de película que se reproducía lentamente. Diez años atrás, Mai era su mejor amiga. Todos los días, después del colegio, volvían a casa en bicicleta, riendo y charlando mientras caminaban. Mai era una niña menuda, siempre llena de vida, con una sonrisa radiante y ojos brillantes como estrellas.
Pero ese recuerdo también está teñido de dolor.
***
Una tarde de verano de aquel año, Mai tomó la mano de Minh, con la mirada ligeramente confundida, pero intentando mantener una expresión alegre.
-Minh, tengo algo que decirte.
Minh se giró, sorprendido.
- ¿Qué pasa? Dime.
Mai respiró profundamente y luego exhaló, tratando de reprimir sus emociones.
Acabo de conseguir una beca completa para estudiar en el extranjero. Me voy el mes que viene.
Las palabras de Mai fueron como un puñetazo en el pecho de Minh. Se quedó quieto, con los ojos llenos de asombro.
¿Estudiar en el extranjero? Pero... ¿por qué no me lo dijiste?
Mai inclinó la cabeza, sonriendo torpemente.
—Me acabo de enterar. La verdad es que no quería decírtelo tan pronto, pero no quería sorprenderte.
Minh miró a Mai, presentía que algo andaba mal, pero no se atrevió a preguntar. En cambio, sonrió, aunque su corazón estaba lleno de arrepentimiento.
—Oh... felicidades. Es una gran oportunidad. Creo que puedes lograrlo.
Mai miró a Minh con una expresión de conflicto en sus ojos. Pero no dijo nada más.
***
Un mes después, Minh estaba en el aeropuerto, observando a Mai arrastrar su maleta hacia el control de seguridad. Intentó mantener la calma, pero le dolía el corazón como si alguien lo apretara. Nunca le había dicho a Mai que le gustaba. Ese era un secreto que Minh decidió guardar para siempre.
Mai se giró, saludó y sonrió con su sonrisa habitual.
—Minh, prométeme que vivirás bien. No me iré mucho, nos vemos pronto.
Minh asintió, tragándose las lágrimas.
-Sí, lo prometo.
Al principio, las cartas entre ambos eran frecuentes. Mai contaba sobre su vida en un lugar extraño y las nuevas experiencias que experimentaba. Pero luego, las cartas se fueron espaciando hasta desaparecer por completo.
MH: VO VAN |
Minh intentó escribir cartas, intentó llamar, pero no hubo respuesta. Se dijo a sí mismo que quizá Mai estaba demasiado ocupada con sus estudios, que quizá se había olvidado de él.
Sin embargo, Minh nunca olvidó a Mai. Cada vez que pasaba junto al viejo frangipane real donde solían sentarse a estudiar y conversar sin parar, sentía un dolor profundo en el corazón.
***
Diez años después, Minh no esperaba recibir la invitación de boda de Mai. No sabía si alegrarse o entristecerse. Resultó que Mai aún gozaba de buena salud y vivía bien, pero había decidido dejarlo para siempre.
El día de la boda, Minh observaba a Mai desde lejos, con su vestido de novia blanco inmaculado. Seguía tan hermosa como siempre, aún conservaba esa sonrisa, solo que ahora pertenecía a otra persona.
Mai vio a Minh con la mirada un poco confundida. Se acercó y le habló en voz baja.
-Minh... ¿de verdad vienes?
Minh sonrió, ocultando sus sentimientos.
—¿Por qué no? Quiero verte más feliz.
Mai sonrió levemente, pero sus ojos decían algo difícil de decir.
¡Gracias!
Después de terminada la ceremonia, Minh estaba a punto de irse cuando Mai lo llamó.
- Minh, espera. Tengo algo que decirte.
Minh se detuvo y se dio la vuelta. Mai lo condujo a un rincón tranquilo donde brillaba la luz de la luna.
—Minh, lo siento. Te mentí antes.
Minh se sorprendió.
- ¿Mentir? ¿Sobre qué?
Mai respiró profundamente, intentando mantener la calma.
Nunca he estudiado en el extranjero. De hecho... ese día me enteré de que tenía una cardiopatía congénita y necesitaba cirugía. Pero el médico dijo que las probabilidades de éxito eran muy bajas. No quería que estuvieras triste por mi culpa, así que mentí.
Las palabras de Mai fueron como un rayo para Minh. No podía creer lo que acababa de oír.
—Tú... ¿por qué me lo ocultaste? Puedo ayudarte.
Mai meneó la cabeza y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
—No, no quiero que me veas sufrir, no quiero que te preocupes. Creo que si miento, me olvidarás más fácilmente.
Minh permaneció en silencio, con el corazón lleno de emoción.
- Pero... ¿por qué estás tan saludable ahora?
Mai sonrió levemente.
Tuve suerte de recibir un trasplante de corazón a tiempo. Me recuperé, pero no me atreví a volver a contactarte. Tenía miedo de que me odiaras.
Minh miró a Mai con el corazón dolido. No sabía si alegrarse de que Mai hubiera sobrevivido o entristecerse por los años de separación y malentendidos.
—Mai, eres tan estúpida. Prefiero estar contigo, superar todas las dificultades contigo, que vivir atormentado durante los últimos diez años.
Mai estalló en lágrimas.
—Lo siento, Minh. Me equivoqué. Pero de verdad solo quiero lo mejor para ti.
Bajo la luz de la luna. Los dos se sentaron juntos bajo el viejo frangipane, donde se guardaban tantos recuerdos. Mai tomó una taza de té con leche y se la dio a Minh.
¿Recuerdas? Esta es nuestra bebida favorita.
Minh sonrió levemente y aceptó.
- Sí, lo recuerdo. ¿Cómo podría olvidarlo?
Bebieron juntos, nadie dijo nada. Solo se oía el susurro de las hojas al viento.
—Minh, gracias por venir hoy. Sabes, al verte, siento que me has perdonado.
Minh dejó su taza de té y miró a Mai.
—Mai, nunca te culpé. Solo me culpé a mí mismo por no darme cuenta antes.
Mai miró a Minh con los ojos llenos de gratitud.
- Sigues siendo tan bueno como siempre.
Minh sonrió tristemente.
—No, he cambiado. Pero mis sentimientos por ti nunca han cambiado.
Mai se quedó callada. No sabía qué decir.
***
Esa noche, Minh regresó a casa, se acostó en la cama y miró al techo. Sabía que sus sentimientos por Mai serían para siempre un recuerdo hermoso, pero intocable.
Las mentiras de Mai, dulces o dolorosas, son parte integral de su vida. Le recuerdan el amor, el sacrificio y los errores irreparables.
Y entonces, Minh cerró los ojos, dejando que sus sueños lo llevaran al pasado, donde estaba Mai, donde había sonrisas inocentes y días inolvidables.
DUC ANH
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Fuente: https://baoquangngai.vn/van-hoa/van-hoc/202412/truyen-ngan-loi-noi-doi-ngot-ngao-b2f1482/
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