Cuando Estados Unidos anunció repentinamente un impuesto del 46% sobre los productos vietnamitas —una tasa impositiva récord que amenazaba directamente el flujo de exportaciones de casi 120 000 millones de dólares anuales y el sustento de millones de trabajadores—, la respuesta de los altos dirigentes requirió no solo rapidez, sino también una reflexión integral sobre economía política y capacidad para gestionar crisis a nivel nacional. En menos de 48 horas, el secretario general To Lam llamó proactivamente al presidente de Estados Unidos, optando por la diplomacia más alta para un diálogo directo, transparente y decisivo.
El contenido de la llamada telefónica demostró claramente la garra y la visión estratégica de un auténtico líder nacional. Al proponer la reducción de los aranceles de importación de productos estadounidenses al 0%, el Secretario General no solo demostró su disposición a cooperar, sino que también planteó con destreza la cuestión de la equidad comercial basada en el principio de reciprocidad, protegiendo al mismo tiempo a las industrias manufactureras y la fuerza laboral nacionales del riesgo de inestabilidad.
Sin embargo, lo más destacable es cómo el Secretario General transformó una llamada telefónica circunstancial en una puerta para ampliar la alianza estratégica integral entre Vietnam y Estados Unidos. La invitación oficial al presidente Trump para visitar Vietnam no es solo una acción diplomática estándar, sino también una confirmación de que Vietnam está listo para acompañar a las grandes potencias con base en el respeto, la solidez y los intereses a largo plazo. No se trata solo de gestionar la situación, sino también de sentar las bases para un nuevo ciclo de cooperación en los ámbitos de la inversión en alta tecnología, las energías limpias, la educación, la transformación digital y el comercio justo.
Por lo tanto, el llamado no se limitó a los aranceles. Fue un cambio radical, donde un líder no solo se preocupó por el flujo de bienes a corto plazo, sino que también miró a largo plazo hacia la posición del país en la cadena de suministro global, la competitividad a largo plazo de la economía y el poder blando de Vietnam en el escenario internacional.
En un mundo volátil, la estabilidad política es necesaria, pero la capacidad de dialogar, liderar proactivamente y crear nuevas oportunidades es suficiente para que un país prospere. El Secretario General To Lam ha demostrado una mentalidad de liderazgo moderna: la estabilidad como base, el diálogo como método y el pueblo como centro de todas las decisiones.
A un nivel superior, las acciones del Secretario General demuestran su disposición a liderar a Vietnam hacia una nueva era: una era de coraje, integración y desarrollo. No se trata solo de un diálogo entre dos jefes de Estado, sino de una reafirmación de la posición de Vietnam en un mundo en transformación. Cuando el líder del Partido demuestra claramente su capacidad de macrogestión, un profundo conocimiento de las reglas del mercado y la capacidad de liderar y crear nuevas alianzas estratégicas, la creencia en un Vietnam fuerte y próspero deja de ser una aspiración lejana para convertirse en una realidad cada día.
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Fuente: https://baohaiduong.vn/tu-duy-cua-mot-nguyen-thu-cuoc-dien-dam-mang-tam-chien-luoc-408782.html
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