En la década de 1960, el inventor Buckminster Fuller propuso la idea de construir ciudades para humanos en forma de esferas gigantes que se elevarían gracias al aire caliente.
Una cúpula geodésica diseñada por Buckminster Fuller. Foto: Laurent Bélanger/Wikimedia Commons
Buckminster Fuller, arquitecto e inventor estadounidense, ideó la construcción de Cloud Nine en la década de 1960. Cloud Nine es esencialmente una gigantesca esfera flotante habitable. La idea de Fuller se basó en una esfera geodésica, compuesta por numerosas piezas triangulares ensambladas en una estructura delgada que se asemeja a una gran esfera. La ventaja de este método de construcción radica en que distribuye la presión por toda la estructura.
Según Outdoor Igloos, la empresa fabricante de domos geodésicos, el triángulo es la única disposición de elementos estructurales que puede ser estable por sí sola, sin necesidad de conexiones adicionales en las intersecciones para evitar deformaciones geométricas. En otras palabras, al aplicar presión a un lado del triángulo, esa fuerza se distribuye uniformemente entre los otros dos lados, que a su vez la transmiten a los triángulos adyacentes. Esta distribución de presión es la forma en que los domos geodésicos distribuyen eficazmente la tensión a lo largo de toda la estructura.
Curiosamente, las esferas y las cúpulas geodésicas se vuelven proporcionalmente más resistentes a medida que aumentan de tamaño. Además, al aumentar el radio de la esfera, su volumen también aumenta a un ritmo mayor.
A continuación, veamos la flotabilidad. La flotabilidad es una fuerza ascendente en un fluido (cualquier sustancia que fluye, incluido el aire) que actúa sobre cualquier objeto que se encuentre dentro de él. Esta fuerza surge del aumento de la presión dentro del fluido a medida que el objeto se sumerge. La presión en la parte inferior de un objeto en un fluido es mayor que en la parte superior, lo que genera una fuerza ascendente.
Si la fuerza de flotación del fluido es mayor que el peso del objeto, este flotará. El helio puede ascender porque es más ligero que otros elementos de la atmósfera terrestre. Lo mismo ocurre cuando el aire de un globo aerostático se calienta y se vuelve menos denso que el aire exterior, lo que le permite ascender.
Fuller sugirió que si el aire dentro de una gigantesca esfera geodésica se calentara tan solo un grado Celsius por encima de la temperatura ambiente, la esfera podría levitar. Un globo de este tipo, afirmó, podría elevar una masa considerable, permitiendo que los humanos vivieran en ciudades esféricas flotantes.
Sin embargo, aún está por verse si este método es viable en la práctica. Algunos expertos estiman que crear áreas habitables, por ejemplo, en capas, haría que todo el sistema resultara demasiado pesado rápidamente. Esto haría que una ciudad de bolas voladoras fuera muy poco práctica, sin mencionar el riesgo de que la bola se estrellara contra el suelo.
Fuller no espera que Cloud Nine se implemente en la vida real a corto plazo. En cambio, presenta la idea como una forma de hacer reflexionar a la gente sobre cómo lidiar con una población creciente.
Thu Thao (Según IFL Science )
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