Cuando llega el frío, mucha gente piensa que la dieta de verduras se vuelve más monótona que en verano. Sin embargo, el invierno es la época ideal para que algunas verduras crezcan con vigor, casi sin necesidad de pesticidas. Las bajas temperaturas reducen las plagas y enfermedades, las plantas tienen menos presión para sobrevivir y, por lo tanto, presentan una mayor resistencia natural.
Por lo tanto, las verduras de temporada fría no solo son ricas en nutrientes sino también más limpias, con menos residuos químicos.
Investigaciones de la Escuela de Salud Pública de Harvard muestran que las verduras cultivadas en condiciones templadas y libres de plagas tienden a tener niveles más altos de polifenoles y vitamina C que las mismas variedades cultivadas en climas más cálidos.
En los mercados y supermercados vietnamitas, se encuentran cuatro tipos de verduras típicas de la temporada de frío, fáciles de conseguir y muy apreciadas por los nutricionistas debido a su seguridad y valor nutricional. Son opciones razonables para aumentar la ingesta de vitaminas, fibra y minerales, especialmente recomendables para niños y personas mayores durante esta época del año.
Repollo

La col es una verdura de temporada fría, fácil de preparar, rica en vitaminas y con pocos residuos de pesticidas (Foto: Getty).
Esta verdura es muy común y abunda en los mercados durante la temporada de frío, donde se usa frecuentemente para encurtir, saltear o preparar guisos. Además de ser un ingrediente fácil de preparar, la col se considera una verdura muy limpia gracias a su resistencia a plagas y enfermedades cuando bajan las temperaturas.
En cuanto a su valor nutricional, la col aporta una gran cantidad de vitamina C, vitamina K y fibra soluble. Estas sustancias favorecen la digestión, previenen el estreñimiento y, gracias a su bajo contenido calórico, resultan especialmente adecuadas para personas que siguen una dieta para adelgazar. El consumo regular de col también ayuda a aumentar las defensas durante los días fríos.
rábano blanco

El rábano blanco es rico en vitaminas, fácil de cultivar en estaciones frías y es conocido por su capacidad para resistir plagas y enfermedades (Foto: Getty).
Conocido como «ginseng blanco», el rábano blanco es un alimento con alto valor medicinal, especialmente durante la época de frío. Su gran vitalidad y corto ciclo de crecimiento le permiten prosperar en condiciones adversas sin necesidad de pesticidas. En particular, el aceite de mostaza natural presente en sus hojas y tallos repele eficazmente los insectos.
Los rábanos blancos son ricos en vitamina C, fibra y minerales como el potasio y el calcio.
Según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, los compuestos glucosinolatos del rábano blanco, específicamente la glucorafenina, pueden convertirse en isotiocianatos, sustancias biológicamente activas que ayudan a activar las enzimas desintoxicantes y contribuyen a la prevención del cáncer.
Este tubérculo también ayuda a descomponer el almidón y la grasa, lo que facilita la absorción de nutrientes en personas con sistemas digestivos débiles.
Lechuga

La lechuga es rica en vitaminas y fibra, ayuda a purificar los intestinos y favorece la digestión natural (Foto: Getty).
La lechuga es una verdura de hoja verde que se desarrolla bien en climas fríos y norteños. Sus hojas son suaves, dulces y frescas, lo que la hace perfecta para comer cruda en ensaladas, panecillos o como acompañamiento del estofado, un plato popular de invierno.
Gracias a sus condiciones de cultivo favorables y su corto ciclo de crecimiento, la lechuga generalmente está libre de plagas, lo que significa que los agricultores rara vez necesitan usar pesticidas con frecuencia. Esto la convierte en una opción segura durante la temporada de frío.
La lechuga es rica en vitaminas A, C y K, además de fibra. Su consumo regular ayuda a limpiar los intestinos, facilita la digestión y tiene un efecto laxante natural sin irritar.
raíz de loto

La raíz de loto crece en el lodo, es casi resistente a las plagas, rica en antioxidantes y naturalmente segura (Foto: Getty).
Pocas personas esperan que el tubérculo que crece en las profundidades del lodo sea considerado uno de los alimentos más limpios y nutritivos en la temporada de frío.
Las raíces de loto crecen bajo capas de lodo estancado, prácticamente aisladas de insectos y plagas. Gracias a este entorno de crecimiento natural, las raíces de loto casi no se ven afectadas por los productos químicos agrícolas, algo poco común en la industria alimentaria moderna.
Un estudio publicado en la revista Antioxidants reveló que la raíz de loto posee la mayor actividad antioxidante entre más de 30 vegetales analizados. Los compuestos fenólicos de la raíz de loto no solo protegen las células del daño, sino que también ayudan a regular la presión arterial y a reducir el colesterol en modelos experimentales.
Con su textura crujiente y suave y su sabor ligeramente dulce, la raíz de loto es perfecta para guisos o sopas, ya que ayuda a calentar el cuerpo y a reforzar el sistema inmunitario durante el clima frío.
En el contexto de la creciente preocupación por los residuos químicos en los alimentos, aprovechar las verduras de temporada fría no solo es una solución económica, sino también una opción segura e inteligente.
Los consumidores deben elegir puntos de venta de confianza, conservar las verduras adecuadamente y priorizar métodos de procesamiento que preserven los nutrientes, como la cocción rápida al vapor o la preparación de sopas con el agua de cocción de las verduras. En lugar de abusar de la carne y las grasas en invierno, incorporar verduras frescas de temporada ayudará al organismo a mantenerse sano, resistiendo mejor el frío y las enfermedades estacionales.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/4-loai-rau-cu-mua-lanh-vua-sach-vua-bo-ban-day-cho-viet-20251103191320050.htm






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