El hígado graso puede tener un impacto negativo en la salud. Cuando se acumula demasiada grasa en el hígado, daña las células hepáticas y provoca inflamación. Ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir esta afección.
La consecuencia del hígado graso es una inflamación que deja cicatrices en el hígado. Con el tiempo, la enfermedad puede progresar a cirrosis e incluso a cáncer de hígado, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
La hepatitis puede causar dolor en la parte superior derecha del abdomen, justo donde se encuentra el hígado.
Las señales de advertencia del hígado graso a las que las personas deben prestar atención incluyen:
Aumento de la circunferencia de la cintura
Una barriga grande es un signo común de hígado graso. Esta afección se produce cuando se acumula demasiada grasa en el hígado. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27 tienen un alto riesgo de hígado graso. Quienes aumentan de peso y acumulan grasa en el abdomen también tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad que quienes acumulan grasa en las caderas o los hombros.
Constantemente cansado
Sentirse cansado y aletargado durante un tiempo prolongado puede ser un signo de problemas hepáticos. Esto suele deberse a la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Dolor en el abdomen superior derecho
El hígado es un órgano grande ubicado en la parte superior derecha del abdomen. Por lo tanto, el dolor y las molestias persistentes en esta zona pueden ser una señal de alerta de problemas hepáticos, como el hígado graso.
Acné
El hígado graso no causa acné. Sin embargo, si la enfermedad progresa hasta la etapa de inflamación hepática y deterioro de la función hepática, puede causar acné. Esto se debe a que un hígado dañado no puede eliminar eficazmente las toxinas del cuerpo, lo que provoca su acumulación y la aparición de acné.
Además, el hígado desempeña un papel importante en la regulación hormonal. Cuando el hígado no funciona correctamente, las hormonas pueden verse alteradas, aumentando la producción de sebo y causando acné.
Náuseas, pérdida de apetito.
Cuando el hígado no realiza correctamente su función de desintoxicación, las toxinas se acumulan en la sangre, causando náuseas y disminución del apetito. El hígado también desempeña un papel importante en la secreción de bilis para digerir la grasa. Cuando el hígado sufre daños, el proceso digestivo se ve afectado, lo que provoca hinchazón, flatulencia, náuseas y pérdida de apetito.
Para tratar el hígado graso, los pacientes deben ajustar su dieta, reducir las grasas nocivas y priorizar el consumo de plantas ricas en fibra y antioxidantes. Bajar de peso y controlar la diabetes y la presión arterial también ayudan a mejorar eficazmente el hígado graso, según Healthline.
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Fuente: https://thanhnien.vn/5-bieu-hien-canh-bao-can-di-kham-gan-nhiem-mo-185250126213255163.htm
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