Natasha Santana, de 26 años, es instructora de artes marciales y vive con su esposo e hijo en San José, California (EE. UU.). En 2021, sufrió de sinusitis cinco veces, según el Daily Mail (Reino Unido).
La sinusitis que se extendió al cerebro le provocó síntomas graves como dolores de cabeza, vómitos e irritabilidad.
Las primeras cuatro veces que tuvo sinusitis, se curó con antibióticos. Pero para la quinta, la situación empeoró. Los antibióticos parecían no hacer efecto. Empezaron a aparecer síntomas graves. Sufría de vómitos constantes, fuertes dolores de cabeza, cambios de humor y enojos frecuentes e inexplicables.
Al ingresar al hospital, los médicos solicitaron una tomografía cerebral y le realizaron varias pruebas. Descubrieron que la infección en los senos paranasales se había propagado al cerebro, lo cual no estaba controlado. Dado que los senos paranasales solo separan el cerebro del cerebro por un pequeño grupo de huesos, una infección grave se extendería al cerebro. Además, se había formado una bolsa de pus en el cerebro, lo que aumentaba la presión intracraneal y ponía en peligro su vida.
Pruebas posteriores revelaron que la Sra. Santana tenía una mutación genética que le impedía producir una proteína que activa el sistema inmunológico, lo que significa que los antibióticos que estaba tomando no podían eliminar la infección de los senos nasales.
Para tratarlo, los médicos le realizaron una cirugía de emergencia para extirparle la mitad del cráneo a Santana. Esta parte del cráneo, más grande que una mano, se encuentra en el lado izquierdo de la cabeza y se extiende desde la coronilla hasta la oreja izquierda.
La extirpación de esta parte del cráneo permitió a los cirujanos observar mejor la infección en el cerebro del paciente. Posteriormente, el equipo quirúrgico drenó el pus y extirpó el tejido circundante infectado y dañado.
Debido a la falta del lado izquierdo del cráneo, el cerebro de Santana se encontraba debajo del cuero cabelludo. Durante los cinco meses posteriores a la cirugía, los médicos le exigieron usar casco en todo momento para proteger esta zona vulnerable de la cabeza.
"Llevo casco y trato de no salir de casa. Solo salgo para ir al médico y solo unas cinco veces a otros lugares, como el centro comercial", dijo Santana.
Como ya no tenía cráneo, su cabeza estaba extremadamente frágil. Tenía miedo constante de que alguien la golpeara. La mujer tardó un año en superar el trauma psicológico.
Ahora, con el apoyo de su esposo, quien también es instructor de artes marciales, y su propio esfuerzo, la Sra. Santana ha entrenado y ha regresado a entrenar. Sin embargo, no podrá realizar movimientos complejos como acrobacias ni luchar contra oponentes, según el Daily Mail .
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